El recadito de la princesa Ana a Meghan Markle y Harry en una entrevista insólita

El próximo 15 de agosto, la princesa Ana cumple 70 años. Se espera que si el coronavirus ha dado tregua en Reino Unido, tenga una gran fiesta, con representantes de todas las instituciones y de los diferentes patrocinios que tiene, que no son pocos. De hecho, se dice de ella que es la más trabajadora de la familia real, con más de 500 compromisos al año. Un trabajo que la edición estadounidense de 'Vanity Fair' ha querido comprobar para celebrar por adelantado su 70 cumpleaños, con una entrevista en la que no ha faltado un recadito para sus sobrinos, los duques de Sussex, recién salidos de la Casa Real.

Acostumbrada al servicio a la Corona y al país que han prestado sus padres, a la única hija de Isabel II le cuesta entender la visión que tienen las nuevas generaciones reales, especialmente en el trabajo benéfico, que para ella no es necesario cambiar, como están intentando hacer Meghan y Harry: "No deben olvidar lo básico. No creo que esta generación más joven entienda lo que se estaba haciendo en el pasado. No reinventen esto, porque nosotros ya hemos estado ahí, lo hemos hecho. Y algunas de estas cosas no funcionan. Puede que tengan que volver a lo básico".

Aunque es un mensaje de reproche por la decisión que han tomado con respecto a la Casa Real, no hay que olvidar que es muy parecida a la que tomó la propia princesa Ana para sus hijos cuando nacieron ambos, adelantándose al futuro que podrían tener como royals. Tanto a Peter como a Zara les correspondía por nacimiento el título de príncipe y princesa y el tratamiento de Alteza Real, algo a lo que ella renunció, rompiendo con la tradición: "Creo que probablemente fue más fácil para ellos y creo que la mayoría de la gente argumentaría que hay inconvenientes en tener títulos, así que probablemente fue lo correcto".

Para entonces, Ana ya había roto con muchas tradiciones familiares. Siempre ha sido conocida por su carácter rebelde. En su juventud, fumaba y llevaba faldas más cortas de lo conveniente para un miembro de la realeza, además de ser el primer miembro de la familia real en competir en unas olimpiadas. Fue en Montreal, en 1976, marcando un hito en la historia de los Windsor. Es, precisamente, su faceta deportiva de la que se siente más orgullosa, al conseguir hacerse un hueco en el mundo de la hípica que, por las leyes del Reino Unido, no pudo tener en el futuro de la Casa Real, quedando relegada cuando nacieron sus hermanos pequeños. Una posición que supo ver como más favorecedora y que forjó todos los pasos que ha ido dando en estos 70 años.