El 'flechazo' de don Juan Carlos y doña Sofía contado por un testigo (y por ellos mismos)
"Me pareció un chico mono y joven, nada más", dijo la reina a la BBC sobre el crucero Agamenón, donde se conocieron. "Salió alguna boda que otra", recuerda Simeón de Bulgaria
“Me pareció un chico mono y joven, nada más, otro de mis primos”. Así fue la primera impresión que la reina Sofía tuvo de Juan Carlos I cuando se conocieron a los 16 años, en 1954, en el crucero Agamenón. Lo recordó la Reina en un documental de la BBC filmado en 1981, en el que habla con su marido, entre risas, de aquel crucero que montó la reina Federica de Grecia para reunir a los royals europeos. “Realmente hizo que nos conociéramos porque por la guerra había divisiones ideológicas, sentimentales, geográficas, pero hubo este reencuentro que consolidó otros encuentros con los parientes y de allí salió alguna boda que otra”, dice ahora Simeón de Bulgaria, el único asistente al crucero que ha hablado sobre el viaje.
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Habla en el podcast 'XRey', que solo puede escucharse en Spotify y al que Vanitatis ha tenido acceso en exclusiva, en el que se recorren aquellos años. Sus autores, Eva Lamarca y Álvaro de Cózar, entrevistan a uno de los asistentes a aquel viaje en el que se limaron muchas asperezas provocadas por los duros años de la guerra. “En el famoso crucero de la reina Federica, es donde le conocí yo”. Es como Simeón de Bulgaria recuerda cómo empezó su relación con don Juan Carlos. Y añade que se iniciaron relaciones entre primos royals que no hubieran sido posibles de otra manera. Muchos ni siquiera sabían el uno del otro. “Poco a poco sabía de su existencia”, comenta Simeón sobre cómo fueron las cosas después de aquel viaje.
Lo contaron también los Reyes eméritos en el citado documental de la BBC, producido por Jeremy Bennett, en 1981. “Era muy difícil hablar con ella, yo no sabía inglés demasiado bien y griego, menos, claro”, decía don Juan Carlos entre risas, con un inglés mucho peor que el de la reina Sofía, cuyo manejo del idioma es el de una nativa. “Ella no sabía español y se nos hacía muy difícil tener una conversación”, recordaba.
De Nápoles a Londres
Tras aquella primera aproximación, los futuros Reyes se encontraron de nuevo en Italia, en 1960, en los Juegos Olímpicos de Roma. Ellos estaban en Nápoles por las regatas, que se celebraban en la ciudad sureña, y coincidieron en el mismo hotel. Al año siguiente, en la boda de los duques de Kent, ya fueron designados como pareja y entraron juntos a la ceremonia. Aquellos días sirvieron para afianzar la relación, con paseos por Londres, salidas al cine y hasta tomar té en el hotel Savoy. Lo recordaba el periodista Màrius Carol en su libro titulado precisamente ‘Un té en el Savoy’, publicado con motivo de las bodas de oro de los Reyes eméritos. Y lo confesaba la Reina en el libro 'La reina muy de cerca' (2008), de Pilar Urbano: “Fue entonces cuando empezamos a sentir el tirón del atractivo”.
El documental 'XRey', en su cuarto capítulo, recurre a la hemeroteca para caminar por la historia sentimental de Juan Carlos I. Y de paso incide en cómo su padre, don Juan, se implicó desde el exilio para conseguir la mejor novia para su hijo. En esa elección hubo una pugna entre el dictador Francisco Franco y el Rey en el exilio, y ganó el segundo. Franco prefería a la candidata Olghina Robiland, pero don Juan se había negado porque no era adecuada. Así que este noviazgo duró poco tiempo. También fue corta la relación que don Juan Carlos mantuvo con María Gabriela de Saboya, la candidata elegida por don Juan y rechazada por Franco.
Lo que queda muy claro en el documental es la falta de voz del joven Juan Carlos en su propia vida, comandada por su padre desde Portugal y por el dictador desde que sus padres lo mandaron a vivir a España, de pequeño. Una vez casado con Sofía, empezó a tomar las riendas de su vida, a trabajar por lograr ser nombrado el heredero de Franco. Bautizos, visitas a hospitales, fábricas, ferias… Los Príncipes, sin título oficial y sin trabajo designado, se dedicaron a darse a conocer entre los españoles con un objetivo: ser los Reyes de España a la muerte del dictador.
“Me pareció un chico mono y joven, nada más, otro de mis primos”. Así fue la primera impresión que la reina Sofía tuvo de Juan Carlos I cuando se conocieron a los 16 años, en 1954, en el crucero Agamenón. Lo recordó la Reina en un documental de la BBC filmado en 1981, en el que habla con su marido, entre risas, de aquel crucero que montó la reina Federica de Grecia para reunir a los royals europeos. “Realmente hizo que nos conociéramos porque por la guerra había divisiones ideológicas, sentimentales, geográficas, pero hubo este reencuentro que consolidó otros encuentros con los parientes y de allí salió alguna boda que otra”, dice ahora Simeón de Bulgaria, el único asistente al crucero que ha hablado sobre el viaje.