El alimento que no falta en la dieta de Rania de Jordania para mantenerse en forma
La monarca hachemita intenta llevar una alimentación equilibrada y de bajo índice glucémico, aunque no renuncia a algún capricho de vez en cuando
Que su imagen es fundamental para Rania de Jordania es innegable. Mucho se ha comentado sobre sus frecuentes retoques estéticos, que han hecho que su rostro sea algo distinto del que lucía antes. Su idilio con el quirófano y los tratamientos comenzaba en 1991, con una rinoplastia a la que se sometió un año antes de su boda con el rey Abdalá. Y desde entonces han sido una constante. Por eso, es lógico que Rania se preocupe de igual forma por su figura para lucir los estilismos que la han convertido en una de las reinas más elegantes de la actualidad.
Para ello, la monarca hachemita sigue una dieta equilibrada y, lo más importante, de bajo índice glucémico, es decir, el modo en el que los alimentos influyen en el nivel de azúcar en la sangre. Por eso, no solo tiene en cuenta las comidas que toma sino la forma de prepararlas. Así, combina este sistema con la dieta mediterránea, a la que no renuncia. Por eso, no se priva de ciertos productos, como el arroz, que en otro tipo de dietas estarían poco recomendados, pero lo toma integral y al vapor. Lo que nunca falta en su mesa es un plato de verduras al vapor que combina con una de sus comidas preferidas, el cordero, o el pescado a la plancha, al que es igualmente fiel.
Por supuesto, la reina jordana también combina esta alimentación sana y equilibrada con ejercicio. Rania practica yoga y pilates, ejercicios aeróbicos y running al aire libre siempre que puede, además de una actividad de lo más sorprendente, el kickboxing. Eso sí, aunque intenta controlar su dieta y tener una rutina de ejercicios, no se queda sin ciertos caprichos: le encantan las hamburguesas, que suele preparar además el rey Abdalá en casa los fines de semana, y el chocolate, cuanto más puro, mejor, según ella misma ha confesado en alguna que otra ocasión.
Así, combinando la dieta basada en el bajo índice glucémico y una rutina de ejercicios casi diaria, Rania mantiene una figura que apenas ha cambiado en estos años y gracias a la que luce espectacular en casi cada aparición pública. Y sus últimas imágenes, las primeras en varias semanas sin agenda oficial, no han sido una excepción. Con un pantalón blanco y una chaqueta de punto de línea deportiva con detalles en las mangas y volantes en los puños, ha vuelto a demostrar por qué es un icono de elegancia.
Que su imagen es fundamental para Rania de Jordania es innegable. Mucho se ha comentado sobre sus frecuentes retoques estéticos, que han hecho que su rostro sea algo distinto del que lucía antes. Su idilio con el quirófano y los tratamientos comenzaba en 1991, con una rinoplastia a la que se sometió un año antes de su boda con el rey Abdalá. Y desde entonces han sido una constante. Por eso, es lógico que Rania se preocupe de igual forma por su figura para lucir los estilismos que la han convertido en una de las reinas más elegantes de la actualidad.