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El príncipe Carlos y su 'cabezadita' en Barbados: el vídeo viral
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EL BELLO DURMIENTE

El príncipe Carlos y su 'cabezadita' en Barbados: el vídeo viral

El cansancio, el jet-lag... Todo hizo mella en el hijo de la reina Isabel II, que luchó contra el sueño en la ceremonia que marcaba el inicio del país caribeño como república

Foto: El príncipe Carlos, en Barbados. (Reuters/Pool/Jeff J Mitchell)
El príncipe Carlos, en Barbados. (Reuters/Pool/Jeff J Mitchell)

Los royals también son humanos. Se cansan, tienen sueño, hambre, se enfadan, lloran... El problema es cuando estos sentimientos tan normales se manifiestan en público. Su estatus muchas veces les impide mostrarse tal cual y les obliga a ceñirse a los protocolos la mayoría del tiempo. De ahí que llame mucho la atención cuando un royal cae presa de estas emociones tan humanas. La última 'víctima' ha sido el príncipe Carlos y una pequeña cabezadita que daba durante un acto público en Barbados, hasta donde viajaba esta semana.

Les ponemos en situación: este martes, Barbados dejaba de tener como jefa de Estado a la reina Isabel II para pasar a ser una república. Y como representante de la monarquía británica y para hacer llegar sus bendiciones desde Reino Unido para su nueva forma de gobierno, estaba el príncipe Carlos, que viajaba hasta la isla caribeña para participar en la ceremonia de proclamación de la república, que a la vez servía para que tomara posesión como presidenta Sandra Mason. No faltó nada: bailes autóctonos, fuegos artificiales, discursos, actuaciones... Hasta la participación de Rihanna, nombrada heroína nacional.

placeholder Rihanna, saludando al príncipe Carlos. (Reuters/Pool)Toby Melville)
Rihanna, saludando al príncipe Carlos. (Reuters/Pool)Toby Melville)

El problema es que entre actuación y actuación y discurso y discurso, las horas de vuelo, el cansancio y el sueño comenzaron a afectar al príncipe Carlos. Por un momento, reflexionó más de la cuenta y se miró por dentro más tiempo del estipulado como correcto. Fue una imagen de apenas unos segundos, en los que se ve cómo cierra los ojos y se aprecia claramente que pierde el control de su cabeza, que va cayendo lentamente... Un tono de voz ligeramente más alto de la persona que estaba en ese momento hablando en público sirvió al príncipe de Gales para deshacerse del sopor y espabilarse.

Y si el hecho de que el sueño le hubiera afectado en público ya era un problema, otro más grave es que las cámaras lo captaron. Fueron solo unos segundos, pero suficientes para que los más espabilados no tardaran en compartirlo en sus redes sociales. Un gesto muy humano pero que viene de un royal, así que no ha tardado en convertirse en viral y ser portada de prácticamente toda la prensa británica, que al menos otorga el beneficio de la duda al futuro rey, dejando en el aire si realmente cayó rendido en los brazos de Morfeo o es solo lo que parece. Afortunadamente, las imágenes están ahí, así que pueden juzgar ustedes mismos.

Lo bueno es que el príncipe Carlos tiene un consuelo: no es el único royal que se ha quedado dormido en un acto público. Su 'tío' don Juan Carlos -muy lejanos, sí, pero parientes al fin y al cabo- lo ha hecho en numerosas ocasiones. Una de las más sonadas fue en marzo de 2012, más que nada por lo paradójico que resultó. Era la entrega de las becas de la Fundación La Caixa y en su discurso dijo: "El paro juvenil me quita el sueño", tal cual. Lo curioso es que no tardó mucho en quedarse dormido poco después y no porque hubiera solucionado el problema del paro juvenil precisamente.

Y volvemos a Reino Unido y a la familia real británica, porque el hijo mayor de nuestro protagonista de hoy también se quedó amodorrado en una cita pública. Fue en la abadía de Westminster, y la verdad es que no fue víctima de muchas críticas de parte de la prensa porque había una razón para su cansancio. Solo dos días antes, había nacido el príncipe Louis, su tercer hijo. De ahí que muchos entendieran que al príncipe Guillermo le costara mantener los ojos abiertos. Era la vida con un recién nacido.

Pero si hay una imagen por antonomasia protagonizada por un royal echándose una cabezadita es, curiosamente, la de Diana de Gales. Corría noviembre de 1981 cuando no pudo evitar quedarse traspuesta durante un acto público. La imagen, portada de todos los periódicos al día siguiente, enfureció al príncipe Carlos -que quizá ahora entendería a su exmujer-, pero enterneció al resto del mundo fuera de Buckingham. De hecho, muchos titulares coincidieron y 'la bella durmiente' eran las palabras más repetidas en los tabloides británicos al día siguiente.

placeholder La princesa Diana, cual bella durmiente en 1981. (Getty)
La princesa Diana, cual bella durmiente en 1981. (Getty)

Aunque nadie se lo había tomado como si fuera un auténtico escándalo, la Casa Real no tardó en hacer un anuncio, que a la vez servía como explicación para este pequeño desliz de la princesa: Diana estaba embarazada de su primer hijo. La intensa agenda real y los síntomas de la gestación -entre los que quedarse dormida en cualquier momento y rincón es más que frecuente- pudieron con ella. El resultado, una imagen de bella durmiente que dio la vuelta al mundo. Lo que no nos imaginábamos entonces es que su exmarido, que tanto se enfadó con ella por aquella cabezadita, sería el protagonista de una anécdota parecida cuarenta años después.

Los royals también son humanos. Se cansan, tienen sueño, hambre, se enfadan, lloran... El problema es cuando estos sentimientos tan normales se manifiestan en público. Su estatus muchas veces les impide mostrarse tal cual y les obliga a ceñirse a los protocolos la mayoría del tiempo. De ahí que llame mucho la atención cuando un royal cae presa de estas emociones tan humanas. La última 'víctima' ha sido el príncipe Carlos y una pequeña cabezadita que daba durante un acto público en Barbados, hasta donde viajaba esta semana.

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