Exclusiva | Amalia de Holanda, la princesa madrileña: pillada de nuevo en la capital

“Voy a ser muy sincera, todavía lo estoy pasando muy mal. Echo de menos la vida normal, la vida de estudiante. Andar por la calle, poder ir a una tienda”. Estas palabras las pronunciaba la princesa Amalia en la entrevista que puso fin a su gira por el Caribe. Fue el 28 de enero cuando los reyes de los Países Bajos se embarcaron en un tour por las Antillas holandesas en el que por primera vez estuvieron acompañados por la heredera, y que terminó con la tradicional rueda de prensa que Guillermo Alejandro y Máxima conceden a los medios de comunicación siempre que ponen fin a un viaje.

La princesa de Orange, que durante todo el viaje se convirtió en la protagonista, se abrió a los medios al hablar de las amenazas que ha recibido por parte de la mafia y que han hecho que su vida en los Países Bajos haya cambiado por completo. De ahí que Amalia haya buscado una alternativa para poder disfrutar de la libertad que merece una joven de 19 años. Y es la de viajar a Madrid con asiduidad. Aquí, en la capital española, puede llevar una vida normal, ser una más, algo que lamentablemente no se le permite en su país por motivos de seguridad.

Tal como ha podido confirmar Vanitatis, tras regresar de su tour caribeño el pasado 9 de febrero y asistir a clase durante la semana, Amalia ponía rumbo a España, concretamente a Madrid, para disfrutar de un fin de semana con amigos. Testigos presenciales cuentan a este medio que el viernes la primogénita de Guillermo Alejandro y Máxima estuvo con un grupo de amigos en un local de la zona de Recoletos. Llegó con un grupo de colegas, entre los que había españoles y también holandeses, y estuvo allí hasta entrada la madrugada.

Mientras sus colegas estaban más animados, Amalia se mantuvo en un segundo plano, fiel al carácter discreto que demostró durante su tour por el Caribe y que nada tiene que ver con el de su madre, mucho más extrovertida. En todo momento estuvo acompañada por miembros de seguridad, que, al igual que ocurrió en su anterior visita a la capital -en esa ocasión con su madre antes de la gira por las Antillas-, hablaban en español.

Aunque este medio conoce el nombre del local, desde donde nos confirman la presencia de la princesa, por motivos de seguridad preferimos no revelarlo. Puestos en contacto con periodistas holandeses, aseguran que son conscientes de las visitas de Amalia a nuestro país, aunque no informan de ellas para no complicarle la vida a su futura reina. Asimismo, desde el Gobierno de los Países Bajos, que se encarga de la comunicación y todo lo relacionado con la Casa Real, nos informan de que se trata de un tema privado y que, además, "nunca comentamos sobre asuntos relacionados con la seguridad".

Con tantos viajes a Madrid, se ha llegado incluso a pensar que Amalia podría estar residiendo aquí, pero fuentes cercanas confirman a Vanitatis que no es así. La princesa sigue asistiendo diariamente a sus clases de Política, Psicología, Derecho y Economía en la Universidad de Ámsterdam, pero aprovecha los fines de semana o festivos para estar en España. De hecho, algunos de sus compañeros se quejaron de que a la heredera le habían permitido desde la facultad saltarse días lectivos para poder cumplir con la gira caribeña.

En busca de la libertad

Fue el pasado mes de septiembre cuando Guillermo Alejandro y Máxima hacían pública la situación de Amalia: su primogénita es víctima de amenazas por parte del crimen organizado, que ve en la heredera la moneda de intercambio adecuada para sacar de prisión a sus líderes y demás secuaces que se encuentran entre rejas, especialmente el cabecilla del grupo más peligroso, Ridouan Taghi. Esta situación ha provocado muchos cambios en la vida de Amalia, entre ellos tener que dejar el piso universitario al que se había mudado en la capital y volver a residir junto a sus padres en el palacio de Huis ten Bosch, en La Haya.

Las dos semanas en el Caribe fueron de una inmensa felicidad para Amalia "por la libertad con la que he podido vivir y la acogida que me han dado en las seis islas”. Esa sensación de liberación que sintió en el Atlántico es la misma que disfruta en sus asiduas visitas a Madrid. En mayo del año pasado, la heredera pasó unos días en la capital acompañada por unos amigos. Asimismo, y como avanzábamos, a finales de enero la princesa fue fotografiada por la milla de oro de Madrid, de compras junto a su madre. Disfrutaron de un almuerzo en Cristina Oria, muy discretas y acompañadas por un grupo de amigos y también por un gran equipo de seguridad.

Estas continuas visitas a Madrid han hecho saltar las alarmas acerca de si Amalia tiene un motivo especial para visitar España, además de esa libertad: un novio. Lo único que se ha sabido de la vida amorosa de la futura reina de Holanda es que tenía un romance con Isebrand, un joven perteneciente a una saga de empresarios de muy alto poder adquisitivo de la región de Westfalia. Pero eso fue en 2021 y ya no se ha vuelto a saber de él, por lo que las opciones están abiertas.