Los detalles de la visita imprevista de Leonor a Girona cuatro años después de la promesa del Rey

Corría noviembre de 2019 y el rey Felipe VI compartía un cóctel con los asistentes a los X Premios Princesa de Girona, celebrados entonces en Barcelona tras el boicot que había anunciado el Ayuntamiento de Girona. Allí, entre selfie y selfie, el monarca tuvo tiempo de compartir impresiones con grupos que se le acercaban encantados. “A ver si puedo llevar a Leonor a Girona”, les decía a un trío de mujeres entregadas, llegadas desde Girona para la ocasión.

Han pasado más de cuatro años y el deseo de aquellas mujeres y del propio Rey se ha cumplido. Aunque, seguramente, no ha sido en las condiciones que todos esperaban.

Este martes por la mañana, la princesa Leonor y su hermana, la infanta Sofía, tenían programada una visita por la provincia en la que no estaba incluida la ciudad de Girona, hostil con la monarquía. Las hermanas estuvieron en Caldes de Malavella, en el hotel Camiral, dentro del lujoso complejo del golf PGA, donde este año se entregan los premios de la Fundación Princesa de Girona. Tras un encuentro con jóvenes que trabajan con la fundación, la agenda de las hijas de los Reyes presentaba un hueco considerable. Durante la reunión con los citados jóvenes, según informaba después Casa Real, doña Leonor preguntó los motivos por los que no se había celebrado la reunión en la sede de la Fundación Princesa de Girona y expresaba su deseo de conocer el recinto.

Improvisado

De 14 a 16 horas, la agenda estaba clareada, tal como nos reconocían después algunos miembros de la fundación, quienes además aseguraban que habían preguntado varias veces qué iban a hacer las hijas de los Reyes durante ese tiempo. Contra todo pronóstico y sin estar anunciado, la Princesa y su hermana se dirigieron a las oficinas de la entidad, en el centro de la capital gerundense. La visita se organizó, según Casa Real, de forma improvisada. Tanto que llegaron a asegurar que fue durante el trayecto en coche del hotel a su siguiente visita cuando Leonor pidió visitar la sede de la fundación, algo que quedó después en duda.

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Porque la visita estaba ya en la mente de muchos, pero no se quiso publicitar para que no hubiera ningún encontronazo con habitantes de la ciudad, o con grupos antimonárquicos, muy arraigados en Girona. La capital se ha mostrado siempre hostil con la Casa Real y más ahora, cuando en las últimas elecciones municipales ha ganado el grupo Guanyem, integrado por partidos como las CUP.

Así pues, Princesa e Infanta llegaban a la sede de la entidad acompañadas por el presidente, Francisco Belil, y el director general, Salvador Tasqué. Allí eran recibidas por algunos trabajadores, algo sorprendidos ante la visita de las jóvenes. No fue una reunión clandestina pero sí sorpresa, casi secreta, porque las imágenes y la información de lo ocurrido llegaban después de que tuviera lugar.

"A mi hermana y a mí"

Una vez en las oficinas, cercanas a la estación de tren, las jóvenes posaron junto a un cartel de luces blancas con el logo de la fundación y la princesa dejó una dedicatoria: ”A mi hermana Sofía y a mí nos alegra mucho conocer la sede de la fundación que presido en la ciudad de Girona. Y agradecedemos a todo el equipo su dedicación y esfuerzo. Amb el nostre profund afecte, Leonor y Sofía”.

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Pese a haber escrito en catalán, ninguna de las dos hermanas usó ese idioma en ningún momento, ni en la sede la fundación ni en su siguiente visita. Y eso que, según fuentes de Zarzuela, ambas lo hablan a la perfección gracias a las clases que han recibido desde niñas. En el acto de este miércoles, Vanitatis ha confirmado que la princesa Leonor sí hablará en catalán.

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Un gesto simbólico que no parece suficiente en Girona. Porque la Casa Real no ha logrado que la ciudad acoja los premios, pese a que el procés independentista ha bajado muchos octanos, por lo que los premios que entrega la princesa Leonor cada año se deben celebrar en un recinto privado. Hacía cinco años que no era en la provincia de Girona el escenario de unos premios que entrega doña Leonor desde 2019, aquel año en el que el rey Felipe prometió a unas señoras que haría lo posible por llevar a su heredera a esta ciudad.

Con Ferran Adrià

Sea como sea, esa anhelaba visita se llevó a cabo el martes, durante unos 20 minutos en los que pudo conversar tranquila y animada con quienes estaban en las oficinas. Tras ese breve encuentro, la Princesa y la Infanta se dirigían a la Cala Montjoi, donde está la Bulli Foundation y donde se ha inaugurado el museo dedicado al mítico restaurante. El 15 de junio abría sus puertas y este martes era un hospitalario Ferran Adrià quien daba la bienvenida a la heredera. La cabeza pensante de esta especie de milagro gastronómico, que empezó hace décadas en una recóndita cala de la Costa Brava, mostraba orgulloso lo que se ha convertido en todo un símbolo de la región.

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Bautizado como elBulli1846, el museo se dedica a difundir el legado de Adrià y sus más de 2.500 ‘bullinianos’ -así llaman a los cocineros que salieron de los fogones de este restaurante-. Además, se dedican a generar contenido con la Bullipedia, que va por el capítulo 23 y esperan que llegue hasta 50, y también a fomentar la innovación. Todo esto se lo contaba Ferran Adrià a la princesa Leonor y a la infanta Sofía en un encuentro privado que duró hora y media.

Tras visitar tanto los exteriores como el interior del recinto, doña Leonor señaló que la experiencia le había parecido “increíble”, mientras que su hermana señalaba que el entorno era “precioso”. Desde Casa Real recordaban a la prensa allí desplazada que los actuales Reyes habían probado El Bulli cuando eran Príncipes y no se habían casado. Y que don Juan Carlos I, el anterior Rey, amante de la buena mesa, había ido unas cuantas veces.