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El día a día de la reina Sofía en Mallorca a la espera de la llegada de sus nietos
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El día a día de la reina Sofía en Mallorca a la espera de la llegada de sus nietos

La Reina emérita se encuentra ya en el palacio de Marivent preparando la inminente llegada del resto de miembros de la familia real española, pero sus planes son numerosos

Foto: La reina Sofía, en una imagen de archivo. (Getty/Manuel Queimadelos Alonso)
La reina Sofía, en una imagen de archivo. (Getty/Manuel Queimadelos Alonso)

Para la reina Sofía, visitar Mallorca es una especie de regreso a su infancia en Corfú, donde la familia real griega pasaba tradicionalmente sus vacaciones de verano. Así lo explicaba en petit comité a la prensa invitada el año pasado a la recepción celebrada en el palacio de la Almudaina. “Me gusta todo. La costa y el interior. Ver el mar desde aquí es una estampa que me relaja mucho. El azul del Mediterráneo es el mismo de la costa griega. Las azaleas, los pinos y, en general, la vegetación y el olor que desprenden me ha recordado siempre a Mon Repos”, aseguraba.

Foto: La Reina, liberando dos tortugas en Mallorca. (EFE Atienza POOL)

Efectivamente, la estética de la que fuera residencia de las temporadas estivales de la madre de Felipe VI y su familia tiene cierto aire a Marivent. Unos datos nostálgicos que también coincidían con las impresiones de la princesa Irene cuando se le preguntaba por sus mismos recuerdos en los Premios BMW acontecidos en el Teatro Real. “El color y olor del mar es terapéutico”, respondía.

placeholder Uno de los paseos de la familia real española por Palma de Mallorca. (EFE)
Uno de los paseos de la familia real española por Palma de Mallorca. (EFE)

Para las hermanas griegas, Mallorca es su paraíso terrenal. Y, quizá lo más importante, el enclave donde doña Sofía ha sido y es feliz. Aunque ambas ya se encuentran en la isla balear, durante los próximos días irán llegando los nietos Urdangarin y Marichalar, que adoran a su abuela. La Princesa de Asturias y la infanta Sofía también se desplazarán hasta el terreno pitiuso junto a sus primos.

La Reina emérita no solo pasa allí los meses de verano, sino que también hace múltiples escapadas a lo largo del calendario. Cuando vivía su cuñada la infanta Pilar, solía acudir a su chalé en la urbanización Sol Mallorca a merendar o cenar, donde coincidía con la mecenas y pintora Mayte Spínola. Es más, uno de sus cuadros adornaba el salón del yate Fortuna.

placeholder La reina Sofía, en un acto oficial en Palma de Mallorca. (EFE)
La reina Sofía, en un acto oficial en Palma de Mallorca. (EFE)

Por ello, es habitual que casi todas las temporadas doña Sofía alargue su estancia en la isla hasta el mes de septiembre e incluso de octubre. En esos tiempos donde ya no hay hijas ni nietos, comparte el tiempo con la princesa Irene, su prima Tatiana Radziwill y su marido, el cardiólogo Fruchaud, con quienes es habitual verla paseando por la calles de Palma o de excursión por la Sierra de Tramontana.

Ella era hija de la princesa Eugenia de Grecia, prima hermana del rey Pablo, padre de doña Sofía. Su árbol genealógico entronca con la gran nobleza europea, aunque su conducta ha sido siempre discreta. Nacidas con un año de diferencia –Sofía en 1938 y Tatiana en 1939–, ambas tuvieron que huir de país en país por los estragos que la II Guerra Mundial causó para la monarquía del país heleno, que había sido invadido por los nazis.

Foto: La reina Sofía, en una imagen de archivo. (Getty)

Es así como la madre de Felipe VI se ha convertido en la 'guardiana de palacio' y los ciudadanos están más que acostumbrados a su presencia por la calle Jaume III y en El Corte Inglés, que es uno de los establecimientos fijos de su rutina. Testigos presenciales la han visto en el supermercado o en algunos de los corners de perfumería y joyería donde se dirige a las empleadas por su nombre. “Es muy amable y nos conoce a casi todas. En años pasado compró pulseras en Tous, imaginamos que para las nietas”, explicó una en exclusiva para Vanitatis.

Antes, ese recorrido por la avenida de las tiendas lo hacía con sus hijas y paraban en una de las zapaterías donde compraban alpargatas para todos los miembros de la familia real española. El rey Felipe sigue utilizando las menorquinas en cuanto llega a la isla. En su caso, son el modelo básico y más clásico. Las llamadas Picasso, que cuestan 55 euros. Están fabricadas en cuero con plantillas de curtido 100% vegetal y tratadas sin productos químicos. Ahora, las rutinas las practica bien en solitario o con el matrimonio Fruchaud.

placeholder La familia real, en Marivent en 2007. (Getty Images/Carlos Alvarez)
La familia real, en Marivent en 2007. (Getty Images/Carlos Alvarez)

Otro de sus puntos habituales es la heladería Can Joan, donde solía acudir con sus retoños primero y después con los nietos. Tiempo después, lo hace con su hermana Irene, con quien también suele visitar el mercado l'Olivar, donde muchos de los puestos de pescado, verdura y fruta son proveedores de palacio. Y en este recorrido lúdico no hay un verano sin visita real a la fábrica de vidrio soplado Gordiola, de la familia Aldeguer. En Marivent hay muchas piezas de tal establecimiento. La Reina emérita siempre se lleva para regalar y para ella misma.

Doña Sofía es una enamorada de esta firma y así lo aseguraba a Vanitatis en una entrevista uno de los propietarios de la empresa, Daniel Aldeguer: “Doña Sofía es una enamorada de nuestro vidrio soplado. Se lo lleva siempre para regalar y para ella; de hecho, el palacio de Marivent está lleno de nuestras piezas. No hay año que no venga a visitarnos”.

Foto: La familia del Rey, al completo en el 80º cumpleaños de la reina Sofía. (Casa Real)

Para la reina Sofía puede ser su verano más especial si consigue reunir a todos sus nietos, incluidas la heredera y su hermana.

Para la reina Sofía, visitar Mallorca es una especie de regreso a su infancia en Corfú, donde la familia real griega pasaba tradicionalmente sus vacaciones de verano. Así lo explicaba en petit comité a la prensa invitada el año pasado a la recepción celebrada en el palacio de la Almudaina. “Me gusta todo. La costa y el interior. Ver el mar desde aquí es una estampa que me relaja mucho. El azul del Mediterráneo es el mismo de la costa griega. Las azaleas, los pinos y, en general, la vegetación y el olor que desprenden me ha recordado siempre a Mon Repos”, aseguraba.

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