Una gala a flor de piel y la decisión firme de Felipe VI sobre su futuro en los Premios Princesa de Asturias

La formación que está recibiendo la princesa Leonor se asemeja muchísimo a la que en su momento tuvo su padre, Felipe VI. De ahí que muchos crean que todo lo que tiene que ver con la heredera al trono seguirá las mismas pautas que con el monarca. De ahí que, desde hace días, un rumor corriera por todas las redacciones: estos iban a ser los últimos Premios Princesa de Asturias de los Reyes, pues como hicieron don Juan Carlos y doña Sofía cuando su hijo cumplió los 18, don Felipe y doña Letizia dejarían de asistir en 2024, momento en el que Leonor tendrá ya la mayoría de edad.

Sin embargo, don Felipe no tiene intención ninguna, al menos por el momento, de desligarse de los premios a los que tiene tanto cariño. De hecho, se fundaron en su honor en 1981 y desde entonces, cada otoño, religiosamente, se ha desplazado hasta Asturias para presidirlos, a excepción de 1984, pues se encontraba estudiando en el Lakefield College School de Toronto (Canadá). A partir de 2004, se le unió doña Letizia, ovetense de nacimiento, quien también vive de una forma muy personal los galardones.

Ambos lo tienen claro. Acompañarán a su hija, la princesa Leonor, numerosas ediciones más. En el caso de don Juan Carlos, es cierto que, una vez don Felipe fue mayor de edad, empezó a distanciarse de los premios, pero la relación de don Felipe con los galardones es totalmente distinta. La que siempre ha estado allí, en el teatro Campoamor, año tras año, ha sido la reina Sofía, contemplando la ceremonia, primero como madre, y ahora como madre y abuela, y siempre recibiendo mucho cariño por parte del público.

La lluvia, la otra protagonista

Los Premios Princesa de Asturias 2023 han contado con grandes nombres, desde Meryl Streep hasta Haruki Murakami, sin olvidarnos el gran interés que despiertan los miembros de la familia real. Sin embargo, este viernes por la tarde, en Oviedo había otra protagonista de la que no se dejaba de hablar: la lluvia. Primero empezó con el tan asturiano orvallo, pero poco a poco fue aumentando su intensidad, eso sí, paraba y volvía. Tanto es así que los gaiteros que habitualmente se encuentran al lado del teatro Campoamor tuvieron que irse a cubrir hasta en dos ocasiones, regresando después.

Pero el cielo asturiano dio tregua pasadas las 18:00 horas de la tarde para que los premiados pudieran hacer su paseo por la alfombra azul. Entre ellos, la oscarizada Meryl Streep, que se llevó todos los aplausos y ovaciones. Ella, muy natural, agradecía ese cariño con la mano en el corazón y dando las gracias en inglés. Lo hacía vestida de negro, al igual que su otro mediático compañero en estos premios, Murakami, mucho menos carismático. De hecho, no saludó ni a la presidenta de la Fundación Princesa de Asturias, que esperaba a todos los invitados a las puertas del Campoamor. Ana Isabel Fernández se limitó a alzar los hombros y sonreír.

Como estaba escrito en el programa, pocos minutos antes de las 18:30 horas llegaban los Reyes, sus hijas y la Reina emérita. Los cinco, juntos y sonrientes, posaban para las cámaras, mientras doña Letizia miraba al cielo pidiendo piedad para que aguantara un poco. De hecho, en algunas ocasiones se la vio levantando la mano para comprobar si estaba lloviendo. Para la ocasión, Su Majestad eligió un vestido negro de escote asimétrico firmado por Carolina Herrera y zapatos joya de la firma italiana Aquazzura, ofreciendo una imagen muy sexy.

Por su parte, Leonor, presidenta de honor de la fundación, eligió un dos piezas de Moisés Nieto, formado por chaqueta de encaje y falda plisada que combinó con slingbacks de Mascaró y los pendientes de oro blanco y diamantes, de los que cuelga una gran aguamarina, firmados por Bulgari y propiedad de su madre, doña Letizia. La infanta Sofía volvió a demostrar que es una verdadera apasionada de las prendas cut-out, esas que dejan al aire algunas partes del cuerpo, con un conjunto en blanco y negro de Cardié Moda y zapatos de Massimo Dutti.

Muchas lágrimas

Los miembros de la familia real fueron recibidos con aplausos en el interior del teatro, en el que se encontraba también, en el patio de butacas, Paloma Rocasolano, a la que doña Letizia y sus nietas saludaron a su paso. Fue entonces, ya sentados, cuando don Felipe dio comienzo a la ceremonia, que estuvo marcada por la emoción y las lágrimas. El recuerdo de Nuccio Ordine, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, estuvo muy presente. Y es que el escritor y filósofo italiano falleció el pasado mes de junio a los 64 años a causa de un accidente cardiovascular, por lo que fueron su hermana y su pareja las que recogieron el galardón por él.

Lo hicieron muy emocionadas. De hecho, no pudieron evitar contener las lágrimas cuando don Felipe habló de él en su discurso. "Nuccio Ordine estaba emocionado por viajar a Asturias para recibir su premio. Amaba España, su historia y su cultura, lo reconocía siempre que tenía oportunidad. Nos reconforta saber que seguiremos disfrutando de su gran legado", aseguró el Rey.

Quien tampoco pudo reprimir las lágrimas con un discurso fue Paloma Rocasolano. Al ver hablar a su nieta Leonor sobre su compromiso con España, la madre de doña Letizia empezó a llorar, con la mano en el corazón. "Me gustaría poder expresar con facilidad lo que siento en un día como hoy, aquí en Oviedo, después de haber prestado juramento de servicio a España ante nuestra bandera hace apenas dos semanas. Y tras haber iniciado mi formación militar, que me está permitiendo compartir el aprendizaje continuo con personas que han elegido una vida de servicio con grandes exigencias y renuncias personales", expresó Leonor.

Y continuó: "Además, el día 31 cumplo 18 años y tendré el honor de jurar la Constitución, con lo que eso significa para mí personal e institucionalmente. Lo que puedo decirles es que entiendo muy bien y soy consciente de cuál es mi deber y de lo que implican mis responsabilidades".

De nuevo, la Princesa de Asturias aprobó con nota su participación en estos premios tan especiales, y aún le queda otro gran reto este mes de octubre que ella misma mencionó en el discurso, la jura de la Constitución, un paso decisivo como heredera al trono de España. Antes de que llegue ese momento, podrá disfrutar este sábado de un acto mucho más informal, su visita a las parroquias de Arroes, Pion y Candanal, galardonadas con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2023.