Cacerías y anonimato: cuando España se convierte en el patio de recreo de los royals

Una joven rubia y alta pasea por una céntrica calle de Madrid con más jóvenes como ella. Se paran en una cafetería a donde van habitualmente y ya se han acostumbrado a su presencia. Si no fuera por la discreta escolta que va detrás y porque su cara sale de vez en cuando en la prensa del corazón, todo el mundo pensaría que esa chavala es una turista más disfrutando de las bondades de la capital, pero algunos de los vecinos de mesa la reconocen. Es Amalia de Holanda, la princesa heredera al trono de los Países Bajos. Y cada vez es más habitual verla por las calles de Madrid, a pesar de que en su país vive prácticamente recluida.

Ahora que las fotos de Federico de Dinamarca paseando como un turista más por Madrid se han convertido en el tema de la semana, recordamos que nuestro país es destino habitual de recreo para los royals europeos. De hecho, este mismo verano se pudo ver al heredero danés junto a su esposa, Mary de Dinamarca, y sus hijos disfrutando de Ibiza y Formentera. Por cierto, las cámaras pudieron captar los gestos de cariño que se profesaban los príncipes daneses en la intimidad, incluyendo jueguecitos en el agua y abrazos espontáneos. En septiembre de 2019 el matrimonio pasó un fin de semana disfrutando de la gastronomía de Peñafiel y de la bodega de su compatriota Peter Sisseck en Quintanilla de Onésimo.

También en julio de 2019, Haakon y Mette Marit fueron fotografiados pasando unos días de relax en las Pitiusas. Allí les vimos como cualquier familia de veraneantes: tomando el sol, bañándose, relajados y disfrutando de la gastronomía de la isla. Llegaron en avión privado, alquilaron una embarcación y comieron en los lugares más conocidos de las islas.

Aunque si hay una heredera aficionada a nuestro país, esa es Amalia de Holanda, como mencionábamos al principio. Desde hace un año, la heredera del trono neerlandés ha sido vista de forma continuada y ‘reincidente’ por las calles más nobles del barrio de Salamanca. Sus visitas a España coincidieron con el 'encierro' al que se vio sometida en su propio país, dado que la mafia había amenazado su vida.

Como ha contado Vanitatis en varias ocasiones, a Amalia se la visto “de cena y de comida, con una o varias amigas y en locales de moda”. De compras, “tanto en pequeñas tiendas como en grandes almacenes”. Y siempre, o casi siempre, con su perrito, “muy muy pequeñito y blanco”. En enero del año pasado su madre, la reina Máxima de Holanda, la acompañó en una de estas jornadas de compras, momento que fue captado por los paparazzi.

Los reyes de Holanda son fans de nuestro país. Guillermo y Máxima se conocieron en una Feria de Abril de 1999, y en 2019 volvieron con sus tres hijas. Amalia repitió este año, aunque la única pista de su visita fue una imagen que compartió la encargada de diseñar su traje de flamenca, Fabiola, en su cuenta de Instagram. La foto desapareció minutos después de publicarse.

La última vez que hemos visto a la familia real holandesa en nuestro país de visita privada ha sido con ocasión de la boda de la duquesa de Medinaceli, en octubre. Los reyes y su hija Amalia fueron invitados a la boda de la aristócrata en Jerez, aunque en este caso por la amistad de Máxima con la madre de Maxime Corneille, el flamante marido de la duquesa.

Guillermo y Harry de Inglaterra han estado en varias ocasiones cazando en 'La Garganta', la finca del duque de Westminster en Ciudad Real

Al parecer, Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova se conocieron en una exclusiva cacería en un país del norte de Europa. En ese circuito de monterías que existe y al que solo tienen acceso unos pocos, se movían bien los príncipes Guillermo y Harry de Inglaterra durante su juventud. En 2014, los hermanos llegaron en aviones separados, en compañía de varios amigos y escoltados por Scotland Yard al aeropuerto de Sevilla para cazar jabalíes y ciervos en La Garganta, la finca de 15.000 hectáreas propiedad del duque de Westminster. El padre del actual duque era uno de los padrinos del heredero al trono inglés.

Situada en la provincia de Ciudad Real, La Garganta es uno de los mayores y más exclusivos cotos de caza del continente europeo. En ella, los hijos de Carlos de Inglaterra fueron invitados a instalarse en uno de los tres pabellones de los que dispone el latifundio, con una decena de habitaciones, suficiente para ellos y sus acompañantes. En aquel viaje no les acompañaron ni Cressida Bonas, la entonces pareja del príncipe Enrique, ni Kate Middleton, que se quedó en Londres con el príncipe George. No era la primera ni sería la última vez que Guillermo de Gales visitaría esta finca para cazar. Hay constancia de que lo hizo en 2007 y 2012 y de que abatieron casi 800 perdices.

Otra familia real aficionada a visitar España de forma privada es la belga. Desde hace años, Matilde y Felipe de Bélgica, acompañados por sus hijos, recorren una etapa del Camino de Santiago cada Semana Santa. Comenzaron en 2017. Entonces Felipe I y Matilde de Bélgica eligieron Navarra para recorrer un buen puñado de kilómetros del denominado Camino Francés, que parte de Saint-Jean-Pied-de-Port, en Francia, y hace su entrada en España por Navarra, a través de los Pirineos, y cuyo primer hito es Roncesvalles.

Al año siguiente, recorrieron un tramo de esa misma ruta en Álava y Logroño, mientras que en 2019, acompañados por sus hijos, los príncipes Gabriel, Emmanuel y Eléonore, y de un grupo de amigos, realizaron otro tramo entre Burgos y la localidad palentina de Frómista. La pandemia impidió que continuaran su ruta peregrina los dos años siguientes, pero en 2022 completaron una etapa de la jacobea que pasa por Palencia, tras lo cual se adentraron en la provincia de León.

Este 2023 los reyes de Bélgica eligieron León para continuar junto a sus hijos y varios amigos el Camino de Santiago, comenzando en El Bierzo su ruta hacia Santiago de Compostela y la tumba del Apóstol.