En fotos | Carlos Felipe y Sofía de Suecia bautizan a su hija, la princesa Ines, rodeados de familia y amigos

Llegó el día. Familiares y amigos de Carlos Felipe y Sofía de Suecia se han reunido en la iglesia del Palacio Real de Estocolmo para el bautizo de la pequeña Inés, la cuarta hija de los príncipes. Una fecha que a partir de ahora va a ser doblemente especial para ellos, puesto que además coincide con su aniversario de boda, hace ya diez años.

Era las 12 del mediodía cuando comenzaba una ceremonia a la que iban llegando los invitados con cuentagotas, algunos de ellos directamente en coche hasta una de las puertas del templo, por lo que ha habido que esperar a las imágenes del interior para poder ver uno de los elementos más comentados y esperados -al menos por nosotros, por qué no decirlo- de este tipo de citas: los looks de las invitadas.

Por supuesto, el que más expectación levantaba era el de la madre de la criatura, la princesa Sofía, que rara vez defrauda. La gran incógnita era si apostaría por un traje regional, como hizo en el bautizo de su hijo Gabriel o por un look de ceremonia. Finalmente, su vestido en un vibrante amarillo despejaba la duda. No faltaba uina diadema, el mismo complemento que marcó su outfit en el bautizo de Julian, hace ya tres años.

Aunque madre e hija tenían que compartir el protagonismo con un tercer nombre. Y no nos referimos a Carlos Felipe, que también como padre orgulloso merece su hueco, sino a Estelle, una de las primas de la pequeña Ines, que era elegida entre el grupo de padrinos de bautismo. Junto a ella, otros tres nombres: por parte del príncipe, Fredrik von der Esch y Claes Kockum, viejos amigos; por parte de Sofía, Tiara Larsson, hija de una de sus mejores amigas.

Todos ellos acudían a la llamada del sacerdote desde los primeros bancos del templo y, como manda la tradición, ponían su mano sobre la pequeña Ines durante la liturgia en el momento en el que era bautizada. Durante todo el tiempo, la princesa permanecía muy tranquila y callada en brazos de su madre y atenta a todos los movimientos de sus padrinos.

Estaba claro quién iba a ser el centro de atención durante toda la mañana y así lo demostraban también su abuela, la reina Silvia, y sus tías, las princesas Victoria y Magdalena, que no paraban de hacer carantoñas a Ines desde sus asientos, también en primera fila, como manda el protocolo.

No faltaban, por supuesto, los Hellqvist, la familia de la princesa Sofía, desde sus padres a sus hermanas, acompañadas ambas de sus respectivas parejas e hijos, en el caso de Lina, que tiene dos con su pareja, Mattias Mikström, y también han asistido al bautizo.

La ceremonia duraba menos de una hora y no tardaban en salir las dos familias de la iglesia para dirigirse al interior del Palacio, donde tenía lugar un almuerzo privado para celebrar el gran día. Era entonces cuando podíamos ver, por fin, los looks al completo de la reina Silvia, la princesa Victoria y la princesa Magdalena, siempre un punto de atención importante en cada una de sus apariciones.

Pero más allá de las elecciones estilísticas, más o menos acertadas, no podemos negar que las caras de felicidad de Carlos Felipe y Sofía vestían solas. Una de las fotos más especiales es la que se hacían con sus tres hijos, todos vestidos a juego, y su sobrina Estelle, que a sus 13 años ya ha tenido un papel protagonista en este bautizo, como también lo tuvo en la boda de la pareja, hace justo hoy diez años.

Y es que quedó claro hace un par de meses, cuando se anunció la fecha que se había elegido para el bautizo, que no había sido escogida precisamente al azar. Carlos Felipe y Sofía han querido celebrar este sacramento el mismo día de su aniversario, haciendo que la jornada sea doblemente especial. El clima, además, acompañaba y el sol se convertía en otro de los invitados a la reunión familiar, siendo más que bien recibido.