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Ringo Starr cumple 80: adicciones, tres conatos de muerte y una boda de 40 años
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La vida de una estrella

Ringo Starr cumple 80: adicciones, tres conatos de muerte y una boda de 40 años

Fue el último en llegar a la formación y el primero en salir cuando vio las orejas al lobo. El más divertido de los Beatles continúa la leyenda de la banda

Foto: Ringo Starr. (Reuters)
Ringo Starr. (Reuters)

A Ringo Starr le pasaba un poco lo que a Lola Flores, aunque la comparación parezca descabellada. De la folclórica se decía: “Ni canta ni baila, pero no se la pueden perder”. Pues de Richard Henry Parkin Starkey (verdadero nombre del músico) se comentaba: “No es ni guapo, ni carismático, pero los Beatles no habrían sido lo mismo sin él”. Y eso que muchos aseguraron que no era buen batería y algunos incluso atribuían la frase “Ni siquiera es el mejor batería que ha tenido los Beatles” a John Lenon, aunque en realidad lo dijera el comediante Jasper Carrott en 1983.

Ahora, convertido en leyenda, llega feliz y pletórico a los 80 años junto a Barbara Bach, la mujer con la que lleva casado la mitad de su vida, a pesar de que no fue su primera esposa ni tampoco es la madre de sus tres hijos. "¡Voy a tener 80 años!", confesaba hace poco a la revista 'Parade'. "No puedo esconder mi cumpleaños. Todos saben cuándo nací y saben exactamente cuán viejo soy. Eso no me avergüenza. Cuando era un adolescente pensaba que habría que fusilar a todos los mayores de 60 porque eran inútiles. Cuando cumplí 40 mi madre me dijo: Hijo, supongo que ya no piensas así". Repasamos algunos capítulos importantes de este artista octogenario.

placeholder Los Beatles, en una imagen de archivo. (CP)
Los Beatles, en una imagen de archivo. (CP)

Novio a la fuga

Aunque ahora lleva casi cuatro décadas junto a Barbara Bach (fue chica Bond de la película 'La espía que me amó'), lo cierto es que la primera etapa de su vida sentimental fue un tanto agitada (como buena estrella de la música). De hecho, por seguir la fama de las estrellas del rock y el pop, su primera mujer fue una fan del grupo que iba a verles tocar al mítico The Cavern antes de que se hicieran mundialmente famosos. Después de un noviazgo de un par de años, la pareja se casó en 1965 con una Maureen Tigrett embarazada del primer hijo de ambos. Después vendrían dos más y una década de relativa felicidad que acabaría con cuernos mutuos y la entrada de Ringo en su peor época.

Antes de que los ochenta golpearan a Starr con fuerza en su vida personal y en su creatividad, pasó siete años junto a la actriz Nancy Andrews. La relación tuvo altibajos y terminó de forma abrupta cuando el ex-Beatle la dejó plantada para casarse con Barbara, que había sido su amante tres meses antes del final de la relación. Nancy decidió llevar a los tribunales al músico pidiéndole cinco millones de dólares por incumplimiento de promesas matrimoniales, pero la cosa no prosperó.

placeholder Ringo, con Barbara Bach. (EFE)
Ringo, con Barbara Bach. (EFE)

La movida de los 80

"Yo estaba bien amargado a los 40", decía Ringo en la entrevista con la revista 'Parade'. La década de los ochenta fue una etapa oscura en la que quemaba las noches de Los Ángeles, Londres, Nueva York y Montecarlo. Se rapó la cabeza (cejas incluidas), los álbumes eran malos y la discográfica no confiaba en él. Había conocido a la que sería su mujer durante el resto de su vida en 1981, pero no fue hasta 1988 cuando comenzaron juntos un proceso de rehabilitación que le llevaría a recuperar el Ringo risueño y divertido de antaño. “Perdí años enteros, de los que no recuerdo nada, en los que no hice nada productivo. Un largo apagón. No tengo idea de cómo me acostaba cada noche, de cómo llegaba a la cama”, ha contado Ringo en varias entrevistas. "Pero pasado eso, uno sigue la corriente. De hecho, es un milagro que todavía ande por aquí. Me metí mucha droga, podría haberme ido en cualquier momento", explicaba. Sin embargo, curiosamente, no ha sido la única vez que ha estado a punto de morir.

placeholder Ringo, junto a Yoko Ono y Jeff Bridges en una imagen reciente. (EFE)
Ringo, junto a Yoko Ono y Jeff Bridges en una imagen reciente. (EFE)

Historial clínico

Seguramente ni él mismo pensaba que llegaría a los 80 años teniendo en cuenta su paso por los hospitales desde muy temprana edad. A los seis años tuvo que dejar la escuela por complicaciones producto de una grave peritonitis que finalmente le tendría en coma durante diez semanas. A los trece, un resfriado se convirtió en pleuresía, lo que le obligó a ser ingresado en el Myrtle Street Hospital, donde permaneció dos años. En aquellos días de hospitalización, Ringo aprendió a tejer y a tocar la batería de forma un poco rudimentaria, pero sembraría el germen que luego le valdría para convertirse en uno de los más reconocidos del mundo.

En 1979, Starr volvió a enfermar de gravedad por problemas intestinales relacionados con la peritonitis de su infancia. El 28 de abril fue sometido a una compleja operación en la que tuvieron que extirparle trozos del intestino y en la que casi pierde la vida. Afortunadamente, tres semanas después estaba tocando junto a sus excompañeros de banda McCartney y Harrison en la boda de su amigo Eric Clapton.

Así que sí, Ringo tiene muchos motivos para celebrar sus 80 años recién cumplidos.

A Ringo Starr le pasaba un poco lo que a Lola Flores, aunque la comparación parezca descabellada. De la folclórica se decía: “Ni canta ni baila, pero no se la pueden perder”. Pues de Richard Henry Parkin Starkey (verdadero nombre del músico) se comentaba: “No es ni guapo, ni carismático, pero los Beatles no habrían sido lo mismo sin él”. Y eso que muchos aseguraron que no era buen batería y algunos incluso atribuían la frase “Ni siquiera es el mejor batería que ha tenido los Beatles” a John Lenon, aunque en realidad lo dijera el comediante Jasper Carrott en 1983.

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