El lenguaje corporal de Brad Pitt y su novia, Inés de Ramón, en Venecia: este gesto marca su relación

La ciudad de Venecia se llena de magia gracias a la 81.ª edición del Festival Internacional de Cine de Venecia. Una gran cita para el séptimo arte donde ya se ha podido disfrutar de los nuevos proyectos de Winona Ryder y Jenna Ortega con 'Bitelchús Bitelchús', 'El Jockey' de Úrsula Corberó o 'María', la historia de Maria Callas que protagoniza Angelina Jolie.

Precisamente la actriz que interpreta a la diva de la ópera no ha coincidido por unas horas con su exmarido, Brad Pitt. El actor ha acudido tras la visita de su expareja a Venecia para presentar 'Wolfs', junto a George Clooney. El nuevo trabajo de estos dos amigos que, más allá de lo cinematográfico, ha acaparado las miradas por la presentación pública de Inés de Ramón, la novia de Brad Pitt, tras su inesperada aparición en Gran Bretaña en julio.

Sonrientes, sin soltarse de la mano y derrochando glamour. Así han sido los primeros pasos de la pareja por la isla del Lido de Venecia, donde se celebra el festival. Un noviazgo que se consolida con este paso adelante, donde la experta en joyería se ha convertido en la estrella del momento. Una pareja sobre la que analizamos su lenguaje corporal, especialmente a través del gesto clave que define su estancia italiana.

Al llegar a Venecia, en la alfombra roja, charlando con George y Amal Clooney.... Inés de Ramón y Brad Pitt no se sueltan de la mano. Un síntoma del buen estado de su relación y de su deseo de que el mundo les vea como pareja. Además, la forma en la que se toman la mano también da otro detalle extra, según los expertos en lenguaje corporal.

Su gesto clave: ir de la mano

Así, el hecho de que en ocasiones entrelacen los dedos, es un símbolo de compromiso, comodidad y de conexión profunda. De hecho, para la experta británica Judi James es un gran termómetro de la relación. Por ello, en su libro 'La gran biblia del lenguaje corporal', analiza diferentes posiciones, entre ellas otra de las que vemos en las manos de Inés de Ramón y de Brad Pitt, donde el actor tiene el dorso de la mano delante.

Una actitud que puede reflejar una connotación más negativa, la de dominación, pero también de protección. La experta británica revela que también es símbolo de cuidado. A la par que simboliza el deseo de dejar a la persona que camina detrás todo el protagonismo, como si fuera un guardaespaldas que camina delante de su estrella.

Respecto a su sonrisa, ambos también se muestran muy cómplices, con amplias sonrisas donde se pueden ver sus dientes y se mueven también los ojos. Un gesto denominado sonrisa de Duchenne, que es una expresión genuina de felicidad. Al involucrar la contracción tanto de los músculos alrededor de la boca como de los ojos refleja una emoción auténtica y es difícil de falsificar, ya que los músculos orbiculares de los ojos no suelen activarse en sonrisas forzadas. Por ello, se considera un indicador muy fiable de alegría sincera en las interacciones humanas, como ya demostraron Elsa Pataky y Chris Hemsworth.

Aunque, más allá de su derroche de felicidad, esta primera exposición pública, también ha podido provocar nervios en Brad Pitt. Al menos así se extrae de otro de los gestos que más realizó sobre la alfombra roja veneciana. Más allá de ser un movimiento de moda, con los que mostrar por ejemplo las joyas, el actor no paró de colocar su mano sobre el área del abdomen. Un gesto que realiza a menudo Pedro Pascal y que, como él mismo ya desveló siguiendo las palabras de los expertos, le sirve para controlar los nervios y gestionar la ansiedad. Un matiz que también se confirma con su otro movimiento, el de llevar la mano en el bolsillo, según los profesionales del lenguaje no verbal.

Un lenguaje corporal de la pareja al que queremos sumar un detalle más. Entre los aspectos más analizados de este paso de Brad Pitt por Festival Internacional de Cine de Venecia está su lenguaje no verbal en referencia a la moda. Más allá de otras opciones clásicas, como el esmoquin clásico de George Clooney, Brad Pitt apostó por un traje con pantalón de campana de Louis Vuitton.

Un estilismo moderno y atrevido en consonancia con los pantalones de cuadros verdes que había elegido horas antes para su llegada a la ciudad italiana o su traje azul celeste. Una manera más de decir, sin usar las palabras, que vive un momento feliz y de renovación a sus 60 años.