Cuando Reinaldo y Carolina Herrera fueron los “tíos” acogedores de Rafa y Luis Medina

Reinaldo Herrera falleció el pasado martes 18 de marzo en su casa familiar de Manhattan. Tenía 91 años. Todos aquellos que le conocieron le definían como una especie de hombre del Renacimiento por su capacidad para desarrollar e interesarse por temas culturales, empresariales, artísticos y cualquier aspecto que despertara su interés. Casado con Carolina Herrera, con la que tuvo a sus dos hijas Adriana Carolina y Patricia Cristina, formaban un gran equipo, junto a las otras hijas que la diseñadora aportó al matrimonio.

La pareja era la representación de la alta sociedad neoyorquina y caraqueña. No había fiesta o recepción tanto en Venezuela como en Nueva York, donde no destacaran. El editor fue fundamental en el desarrollo profesional de su esposa. Tanto es así que Reinaldo Herrera decidió cambiar el lugar de residencia de Caracas a Manhattan.

En ese camino hacia el éxito también fue muy importante el apoyo mediático y económico de la familia española de perfumería Puig. Todos los años la empresa catalana desplazaba hasta Nueva York a un grupo de periodistas que de esa manera podían conocer más directamente a Carolina Herrera en su ambiente más privado. En su apartamento de la gran manzana, en el exclusivo y privilegiado barrio de Upper East Side, recibían a la prensa española que coincidían con algunos invitados como Naty Abascal y sus hijos.

Reinaldo, más relaciones públicas que su mujer, siempre fue el maestro de ceremonias simpático y su esposa la anfitriona perfecta. La generosidad personificada. Acogedor con su amigos a los que siempre cobijó y apoyó no solo en los momentos buenos, sino en los malos y malísimos. Precisamente, eso hizo con la duquesa de Feria y sus hijos, cuando llegó el escándalo con la detención del aristócrata en 1993.

La musa de Valentino no quiso que sus hijos sufrieran más de lo necesario. Rafael tenía 15 años y Luis 13 y vivían en Sevilla. Los dos en plena adolescencia y con una presión social durísima. Ir al colegio se convirtió en una prueba diaria demasiado difícil para los vástagos del duque al que se le fueron sumando delitos.

La abuela paterna, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, duquesa de Medinaceli, conocida como Mimi, tampoco fue de gran ayuda. Si en cambio la familia materna que aconsejaron a Naty Abascal sacar a los chicos del ambiente hostil. Y eso lo que hizo la que ha sido la mejor estilista de todos los tiempos.

Reinaldo y Carolina Herrera no dudaron en acoger a Rafa y a Luis ante la situación tan trágica que estaban viviendo. Llegaron acompañados de su madre, gran amiga del matrimonio, al apartamento neoyorkino. Bajo el manto protector del editor y la diseñadora, estuvieron durante ese tiempo. Ajenos a la tormenta que había estallado en España, convivían formando parte de la familia como si fueran los sobrinos de España que estaban en Nueva York pasando una temporada.

Reinaldo Herrera se ocupaba de la parte más académica e intelectual y Carolina de que emocionalmente el día a día fuera agradable. Las noticias que llegaban de Sevilla no eran directas y por lo tanto los adolescentes pudieron vivir una etapa si no feliz del todo sí agradable. Naty Abascal viajaba siempre que podía a Estados Unidos para estar con ellos y así hacer más fácil esa separación obligada por las circunstancias.

Tras su fallecimiento, Rafa Medina ha querido recordar y agradecer aquella etapa a Reinaldo Herrera, lanzando un emotivo mensaje a través de su Instagram. “Nos dejaste ayer para siempre, pero seguirás eternamente presente entre nosotros. Gracias por tanto y tan bueno. Nos has dejado una huella enorme a todos los que tuvimos la suerte de compartir contigo esta vida. Nos enseñaste y diste ejemplo en tantas cosas que no tengo palabras de agradecimiento. Se fue un grande, una leyenda de NY, una persona a la que admiré y que durante mucho tiempo estuvo ahí ayudándonos cuando la vida nos daba cornadas. Gracias de corazón por tanto y tan bueno. Te queremos mucho”, escribía. El mensaje lo dice todo.