Es noticia
Menú
La herencia millonaria de Reinaldo Herrera: de las obras de arte a la mansión caraqueña
  1. Famosos
FUNERAL EL VIERNES

La herencia millonaria de Reinaldo Herrera: de las obras de arte a la mansión caraqueña

El marido de Carolina Herrera ha fallecido en Nueva York. Fue uno de los responsables del éxito de la venezolana, con quien compartió uno de los matrimonios más poderosos de la moda

Foto: Carolina Herrera y Reinaldo Herrera. (Gtres)
Carolina Herrera y Reinaldo Herrera. (Gtres)

Reinaldo Herrera siempre fue de esas personas sin las que nada sucede. El marido de Carolina Herrera, fallecido este martes a los 91 años en Nueva York, era uno de esos hombres que está cómodo entre las sombras y mueve hilos invisibles para que las cosas pasen. Y pasaban.

Este venezolano empezó como presentador del famoso programa ‘Buenos días’ en la televisión de su país, aunque su historia viene de lejos, de sus antepasados aristocráticos. Pronto se mudó a Nueva York, ya casado con su mujer, y allí dejó ser la cara de la pareja para convertirse en el gran conseguidor. Sin él, Carolina Herrera no sería lo que es hoy en día.

placeholder Reinaldo y Carolina Herrera, con su hija Carolina Adriana. (Cordon Press)
Reinaldo y Carolina Herrera, con su hija Carolina Adriana. (Cordon Press)

Porque fueron juntos que decidieron dar el salto a la moda ya en Nueva York. El aristócrata conoció a la diseñadora en Caracas, donde ella trabajaba en una tienda de Pucci para aprender todo lo relacionado con el mundo que le apasionaba. Ella una joven de alta sociedad, divorciada de un gran terrateniente, y tenía dos hijas. La pareja se enamoró al instante, se casaron al año y tuvieron dos hijas. Él era un tipo inteligente, culto, millonario de buena familia, con título aristocrático (marqués de Torre Casa, que perdió en 1984 por no haber tenido hijos varones).

130 millones

El matrimonio ha amasado con el tiempo una fortuna valorada en 130 millones de euros y un poder que ostentaron siempre de la mano. Cuando le preguntaban a Reinaldo, solía decir: “En esto hay un punto de vanidad pues Carolina no habría triunfado sin mí. Ella lo sabe y lo dice. Siempre hemos sido amigos. Nos respetamos”, declaró a ‘El País’ en una de las pocas entrevistas que dio en su vida. Y en parte no mentía: Herrera conocía a todo el mundo debido a su posición social y abrió todas las puertas necesarias a su mujer.

Foto: Carolina Herrera en una imagen de archivo. (CP)

Él nunca trabajó en la empresa de Carolina, aunque ella lo nombraba el padrino de todas sus colecciones. Una nota importante en la vida de este aristócrata es que ‘heredó’ de Eleanor Lambert la tarea de elaborar la lista de las mujeres mejor vestidas (International Best Dressed List, IBDL) para 'Vanity Fair', algo que en la era predigital era uno de los pocos baremos de la elegancia mundial. Y ayudó en esa tarea al menos hasta 2022: “El gusto es innato. No aprendes a tener gusto, aprender a mirar a las cosas”, sentenció.

Se había criado con sus tres hermanos en la mansión familiar -sigue en manos de los Herrera-, Hacienda La Vega, en pleno Caracas, una ciudad a la que volvió por última vez en 2013. “No la encontré fea, sino horrorosa, destruida, Es otro país, es otro todo, mi corazón es venezolano pero yo soy ciudadano de EEUU”. En precisamente en Nueva York donde el matrimonio se convirtió en uno de los más poderosos y estables del mundo de la moda.

Conocían la ciudad ya por su familia. La madre de Reinaldo, la escritora y traductora Mimi Guevara Pietrantoni, fue una las mujeres más conocidas de la alta sociedad caraqueña, también con un pie en Manhattan. Y a su padre, Reinaldo Herrera Uslar, marqués de Torres Casas, incluso lo retrató Dalí. El matrimonio, suegros de Carolina, eran ya personajes de la jet set internacional, con casa en Park Avenue. Eso sí, con residencia fija en la Hacienda La Vega, la finca familiar de 65 habitaciones, construida en 1590, considerada la casa habitada más antigua del continente.

Upper East

Reinaldo y Carolina se instalaron en Nueva York, en una mansión en el exclusivo Upper East Side, donde pareja se relacionaba con lo más granado del mundo de la jet set internacional. Herrera era familiar de uno de los propietarios de la revista ‘Vanity Fair’ y lo nombraron editor de proyectos especiales, lo que significaba que coordinaba entrevistas exclusivas: su agenda era tal que logró que personajes de la talla de Arafat, Gaddafi y Noriega posaran para la revista. Era amigo de Ronald Reagan, Andy Warhol, Jackie Kennedy (encargó a Carolina Herrera el vestido de novia de su hija, Caroline)… Así que sus comienzos en Mahattan estuvieron llenos de purpurina.

Foto: Carolina y Reinaldo Herrera. (EFE)

Su mujer quiso terminar la crianza de sus cuatro hijas antes de lanzarse al mundo de la moda así que en su primer desfile, a los 42 años en Nueva York, era ya abuela. La pareja contó en sus inicios con el apoyo del empresario venezolano Armando de Armas, fundador del conglomerado mediático Bloquedearmas. El primer desfile, decíamos, de Carolina Herrera fue en el Metropolitan Club en 1981. Lo hizo respaldada financieramente por De Armas y animada por la editora de 'Harper’s Bazaar' y directora de 'Vogue', Diana Vreeland.

Influencers

La influencia social de la pareja creció con los encuentros que organizaban en su casa, donde mezclaban a personajes de mundos distintos, desde la política, la cultura y las finanzas. El recuerdo de las cenas en casa de los Herrera siguen resonando en las altas esferas de la ciudad.

Foto: Uma Thurman. (Gtres)

La casa, un ‘brownstone’ (típica estructura de ladrillo) de tres pisos, está llena de obras de arte, desde Dalí (el retrato del padre) a Warhol (el retrato de Carolina), cuadros que combinan con paredes llenas de color. Una combinación explosiva que ha quedado estos días vacía con la muerte de Reinaldo Herrera. Reinaldito, que vuelve a Caracas para ser enterrado allí este viernes, en casa.

Reinaldo Herrera siempre fue de esas personas sin las que nada sucede. El marido de Carolina Herrera, fallecido este martes a los 91 años en Nueva York, era uno de esos hombres que está cómodo entre las sombras y mueve hilos invisibles para que las cosas pasen. Y pasaban.

Carolina Herrera Poder
El redactor recomienda