Muere Diane Keaton a los 79 años: la soltera empedernida que enamoró a Woody Allen y al mundo

Diane Keaton ha muerto a los 79 años, según ha adelantado en exclusiva la revista 'People'. La actriz era una de las figuras más emblemáticas del cine estadounidense. A lo largo de más de cinco décadas de carrera, trabajó con algunos de los directores más influyentes de Hollywood, como Woody Allen, Francis Ford Coppola y Nancy Meyers. Ganadora del Oscar a la mejor actriz por 'Annie Hall' (1977), Keaton fue nominada en cuatro ocasiones al premio de la Academia. Su participación en títulos icónicos como 'El Padrino' (1972) o 'Manhattan' (1979) la convirtieron en un referente intergeneracional. Además, su influencia trascendió la pantalla: ha sido una reconocida directora, productora y escritora, así como un icono de la moda por su estilo personal e inconfundible.

Nacida como Diane Hall en Los Ángeles en 1946, adoptó el apellido de soltera de su madre como nombre artístico. Desde sus comienzos en el teatro hasta su ascenso cinematográfico, construyó una carrera sólida y singular. Como decíamos, en 1977 obtuvo el Oscar a la Mejor Actriz por 'Annie Hall', un filme que ella aceptó como espejo de sí misma. Pero su vida personal siempre fue terreno reservado: pocas declaraciones, pocas apariciones sentimentales públicas, y una decisión consciente de no seguir el guion tradicional del matrimonio.

A lo largo de los años mantuvo relaciones sentimentales con otras grandes figuras del cine norteamericano. Su relación de siete años con Woody Allen arrancó en los tiempos en que compartían proyecto en Broadway y perduró como una amistad creativa y afectiva a lo largo de los años. También tuvo una historia intermitente con Al Pacino, su coprotagonista en 'El Padrino', quien siempre dijo admirar profundamente su rostro y su presencia. Otro actor con el que compartió su vida fue Warren Beatty, con el que mantuvo una relación plagada de presiones mediáticas y desafíos propios del mundo hollywoodiense. Aun así, en ningún momento Diane Keaton se dejó envolver de tal forma que sacrificara su autonomía: nunca tuvo intención de casarse.

La maternidad, sin embargo, tuvo un lugar especial en su vida. En su cincuentena decidió adoptar dos hijos: primero a su hija Dexter (nacida en 1996) y luego a su hijo Duke (cuatro años más tarde). En sus propias palabras, la maternidad “la cambió por completo” y la hizo más humilde. En ese gesto se adivinaba su apuesta por una maternidad independiente, libre de cadenas pero llena de amor, presencia y responsabilidad. Hasta el final de su vida, sus hijos fueron lo más importante para ella.

En diversas entrevistas, Diane Keaton confesó no lamentar nunca su soltería. A los 77 años declaró que le parecía “altamente improbable” volver a tener pareja, y aseguró que jamás había sentido la urgencia de casarse. Para ella, vivir con integridad implicaba rechazar el molde convencional del romance y privilegiar aquello que le daba sentido: su creatividad, su familia elegida y su libertad interior. Esa coherencia la acompañó hasta sus últimos días.

Hoy, mientras el cine lamenta la pérdida de una intérprete excepcional, quienes la conocieron íntimamente recordarán a una mujer que eligió trenzar su vida a su medida. Diane Keaton se va dejando un legado de talento y singularidad, pero también el testimonio de una existencia vivida bajo sus propias reglas, hecha de afectos verdaderos y de esa soledad elegida que supo honrar con elegancia.