Si con el sol te salen granitos y quieres evitarlo..., aquí todas las pistas
El sol es un falso amigo de las piel, provoca un efecto en las pieles grasas: más grasa y granitos. Sin embargo, puedes evitarlo si cumples unas sencillas normas en tu rutina diaria
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Quienes tienen la piel grasa conocen bien cómo se desarrolla este proceso: llegas a la playa, tomas el sol y la piel se transforma. De pronto, no brilla y tiene un aspecto más mate. Maravilloso: crees que tu suerte ha cambiado. Pero el sueño dura poco: al cabo de unos días la grasa vuelve con entusiasmo renovado y aparecen granitos en cara y escote. La piel tiene un aspecto espeso e irregular. Es el famoso efecto rebote de las pieles grasas en contacto con el sol.
Paz Torralba, directora de The Beauty Concept, lo explica: “Efectivamente el sol actúa como bactericida: reseca la piel y tiende a secar los granitos, pero el calor activa las glándulas sebáceas y la capa córnea se vuelve más gruesa. Este engrosamiento es el responsable de que el sebo quede obstruido y así empieza el desastre, que se hace más evidente al dejar de tomar el sol”.
Tus incondicionales
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- Eau Micellaire Purificante para rostro y ojos, de A-Derma, especial para pieles grasas (11,67 €).
- Ampollas de Hialurónico y Colágeno de Madara, calman la irritación (27,70, 10 ampollas).
- Fluido matificante Skin Mat, de Darphin. Potencia el resplandor de la piel (49 €).
- Mascarilla purificante con carbón activo y salvia, de Vera & The Birds (14 €).
- Lotion Gelée Rafraîchissante
Waso , un toque de frescor para terminar la limpieza (47 €). - Cleanance Mask, de
Avène , hidrata y exfolia (18 €).
Elegir el fotoprotector adecuado
Es importante elegirlo bien porque algunos aportan mucha grasa y no podemos olvidar que en la playa repetimos las aplicaciones a menudo. “Entramos en un círculo vicioso: el calor produce sudoración, la sudoración, mezclada con la crema, obstruye los poros y produce una inflamación de los conductos del sudor”.
¿El resultado? Aparecen granitos en cara, cuello y escote, y la grasa aumenta. Por lo tanto, hay que elegir fotoprotectores fluidos, libres de grasa, con fórmulas que protegen la piel a la vez que la tratan. “Y un detalle: es fundamental utilizar una crema para cara, cuello y escote y otra para el cuerpo (suelen tener fórmulas más untuosas) porque son pieles distintas con necesidades diferentes”, señala Paz Torralba.
…Y al salir de la playa
Nada más llegar a casa, hay que lavar muy bien la piel de la cara, cuello y escote para eliminar residuos de salitre, arena, bronceador. “Esta regla es básica porque la piel debe estar inmaculada para que los cosméticos que aplicaremos a continuación hagan bien su trabajo. Hay que hidratar en profundidad porque hemos pasado horas expuestos a la radiación solar. Y aquí conviene aclarar que hidratar no significa aplicar cremas untuosas, todo lo contrario: hay que evitarlas a toda costa y elegir en su lugar cosméticos fluidos y de texturas ligeras, como sueros, ampollas, etc. Dos o tres veces por semana, utilizar una mascarilla regenerante y exfoliar la piel una vez por semana”.
La alimentación también cuenta
“El verano es época de excesos, que cometemos a diario. Comemos fuera casi a diario y abusamos de fritos, la fruta cae en el olvido, bebemos más alcohol, salimos más de noche y a la vuelta no quedan ganas de cumplir con la rutina de belleza correcta al acostarnos".
Quienes tienen la piel grasa conocen bien cómo se desarrolla este proceso: llegas a la playa, tomas el sol y la piel se transforma. De pronto, no brilla y tiene un aspecto más mate. Maravilloso: crees que tu suerte ha cambiado. Pero el sueño dura poco: al cabo de unos días la grasa vuelve con entusiasmo renovado y aparecen granitos en cara y escote. La piel tiene un aspecto espeso e irregular. Es el famoso efecto rebote de las pieles grasas en contacto con el sol.