¿Qué diferencias hay entre la cosmética japonesa, la coreana y la china?

El K-pop, la K-beauty y los K-dramas. La letra K, una de las menos usadas del abecedario español, ha comenzado a adquirir peso y no solo entre millennials y generación Z. La industria coreana se ha colado de lleno en nuestra forma de cuidar la piel. Desde cosméticos que nunca habíamos usado hasta mascarillas desechables, su influencia es innegable. Pero no solo desde Corea llega la brisa asiática del cuidado de la piel, Japón lo hizo antes y China es el lugar del que provienen algunos de nuestros ingredientes preferidos como la centella asiática.

Pero entre tanta oferta cosmética a veces se apoderan de nuestra mente -eternamente preocupada del cuidado de la piel- dudas como en qué se diferencian, qué innovaciones ha aportado cada país o cuáles son sus ingredientes clave.

De entrada, deberíamos hablar de la medicina china, milenaria y originaria de remedios que aún a día de hoy utilizamos. Por ejemplo, para el cuidado de los problemas externos del cuerpo como podría ser la piel, en esta medicina se señala como culpables a los factores externos como los cambios de temperatura, la humedad, los ambientes secos, etc.

Su traslado al mundo de la cosmética está más relacionado con el público chino, es decir, aún es complicado encontrar cosméticos chinos en nuestro país y sus productos responden a las necesidades más comunes entre las mujeres del gigante asiático, como la búsqueda de un tono homogéneo, máscaras para pestañas más cortas o por supuesto la lucha contra los signos de la edad o los factores medioambientales adversos y la polución.

A nivel cosmético, los ingredientes botánicos son una parte fundamental de su formulación. Ancestrales y exóticos componentes como el polvo de perlas, usado en la China imperial sustentan sus principales tónicos, sérums y cremas.

Los ingredientes de proximidad enriquecían la cosmética milenaria y lo siguen haciendo. Un ejemplo es el hongo Poria cocos, presente también en productos coreanos y japoneses. A sus propiedades antioxidantes -lucha frente a los radicales libres que causan el envejecimiento de la piel- y antiinflamatorias, se les suma el tratamiento de las manchas o la prevención de los brotes de acné. La Camellia japonica, las almendras dulces o la caléndula tampoco suelen faltar en las fórmulas más populares.

La firma Dan Chun Lin, con más de cuatrocientos años de historia, nos ayuda a comprender este desarrollo que tuvo su origen la corte imperial y cuya esencia es el polvo de perlas, utilizado por sus propiedades antiedad e incluido en los cosméticos de antaño y en los actuales. Favorece la renovación celular, mejorando la elasticidad y atenuando las arrugas, además de ser un excelente seborregulador que también reduce la apariencia de los poros. Este ingrediente fue clave para el desarrollo de los cosméticos de Dan Chun Lin, aún a la venta y que mantienen la estética china de sus orígenes.

En resumidas cuentas, podríamos decir que la cosmética china cuenta con el saber de la medicina tradicional y sus ingredientes botánicos. Le preocupa actuar y frenar los signos de la edad como la falta de elasticidad, las manchas y la renovación celular. En cuanto a sus pasos, son menos que en Corea pero muy concienzudos: limpieza, tónico, contorno, aceite, crema y loción con tratamiento.

Hablemos de Japón

También basada en la medicina tradicional pero radicalmente influida por la innovación tecnológica llega la cosmética japonesa que busca simplificar al máximo los pasos de la rutina de cuidado de la piel. Para entender el pensamiento, la historia y la metodología japonesas hablamos con la experta en Cultura y Tradición Japonesa de Shiseido, Miyabi Kumagai.

A diferencia de las tradiciones china o coreana, la japonesa busca simplificar la rutina creando productos multifunción, sin embargo, pasos como la doble limpieza, el uso de esencias (similares a los tónicos pero con propiedades más cercanas a las de los sérums) y la protección solar no faltan entre sus pasos reglamentarios. "La limpieza es un paso incuestionable", confiesa Miyabi Kumagai, que nos explica que las mujeres japonesas comienzan y terminan el día limpiando su rostro: “No se trata solo de la higiene, sino de la purificación de la piel para que continúe con su correcta función y multiplique los beneficios de los cosméticos que se apliquen después”.

Sin embargo, el equilibrio es el secreto de la cosmética japonesa y la limpieza es solo una muestra del cuidado de los detalles. Aunque defienden la limpieza en dos pasos, no caen en la sobrelimpieza. Continuando con esa teoría, tampoco se utilizan cosméticos que aceleren la renovación de la piel de forma artificial: “Una limpieza excesiva resulta agresiva para la piel eliminado capas necesarias que actúan como protección. La limpieza diaria suave pero correcta ayuda a lograr un ciclo de renovación natural”, precisa Kumagai.

Y ¿si hubiera que señalar un cosmético innovador en su rutina? Sin duda, sería la loción, nos aclara la experta de Shiseido: "Va después de la limpieza y su función es la hidratar y preparar la piel para que absorba los beneficios del resto de tratamientos, es como aplicar un tratamiento en una planta después de haberla regado".

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Entre las principales preocupaciones de las mujeres japonesas está la protección del daño solar. Además de vivir en inmensas ciudades cargadas de polución y tener que protegerse de sus efectos sobre la piel, el sol es el otro gran factor de envejecimiento y con evitar el sol no es suficiente, hay que retrasar proactivamente el envejecimiento y usar protección solar. “Para los japoneses, mantener la piel sana es la primera prioridad, por lo tanto, usan productos con SPF durante todo el año ya sea a través de una loción, un humectante o la base de maquillaje”.

Pero el cambio radical de la cosmética japonesa frente a la occidental fue su predisposición a dedicarle tiempo a la piel. Hasta hace unos años, cuidábamos la piel aplicando una crema hidratante y nada más, mientras que en Japón siempre han estado dispuestos a cuidar con esmero su piel, incluso aunque apenas se tenga tiempo: “Les encanta tomarse su tiempo para mimar la piel, lo toman como una forma de relajación y disfrutan del momento”, explica Miyabi Kumagai.

Para completar la rutina, la innovación tecnológica es la guinda del pastel: “Para que su esfuerzo sea más eficiente, les encanta usar dispositivos o herramientas mecánicas simples como un rodillo de masaje facial mientras se bañan”, recordemos los gadgets con iones o los masajes gua sha.

La cosmética japonesa se podría resumir en pocos pasos pero muy precisos e ineludibles con cosméticos elaborados en parte con ingredientes autóctonos, en parte los más punteros y de moda, refrendados por estudios científicos. Los gadgets, las lociones y el protector solar nunca pueden faltar.

Corea, la nueva joya de la corona asiática

Evidentemente la cultura coreana del cuidado de la piel bebe de la china y la japonesa en lo que a ingredientes y concepto de mimar la piel se refiere. Si el hecho de que las japonesas disfrutaran y reservaran tiempo para el cuidado de la piel fue toda una innovación, las coreanas rizan el rizo y acumulan pasos y pasos para continuar con el ritual. En vez de aunar pasos, lo que se hace es espaciarlos para lograr una mayor penetración.

Para aterrizar de la forma adecuada en la K-beauty, pedimos consejo a las expertas de Miin Cosmetics, que nos ayudan a entender la eterna rutina coreana que tiene como finalidad tratamientos básicamente personalizados al milímetro. “Los coreanos crean productos que tratan problemas concretos y no solo para piel seca, mixta o grasa: son expertos en tratar poros dilatados, puntos negros o la falta de luminosidad. Combinan varios productos en una misma rutina, personalizada al 100%, para conseguir la piel perfecta”.

Es decir, de estos 10 pasos, cada uno tiene una función e intención: “A los coreanos no les importa incluir nuevos cosméticos mientras estos sirvan para mejorar un aspecto de su piel”, explica María, del equipo de Miin Cosmetics. Cada cosmético tiene un propósito: la doble limpieza es la única forma de dejar la piel completamente limpia, el tónico equilibrará el pH de nuestra piel, el sérum trata un problema específico de la piel...

Los ingredientes más habituales también se basan en la cercanía, igual que la cosmética china, aunque en la búsqueda de esa personalización total de los productos, no existe una lista de ingredientes que se repitan en sus fórmulas como sí puede ocurrir con el ácido hialurónico en nuestros cosméticos hidratantes habituales.

Por supuesto, componentes como la centella asiática, usada en la medicina asiática, se utiliza por sus propiedades calmantes. Otro viejo conocido es el árbol de té, antiséptico y de uso común en el tratamiento de los brotes de acné.

Podríamos resumir la cosmética coreana como una mayor especialización y personalización de los productos y como consecuencia más tiempo y dedicación para cuidar la piel. Los ingredientes de origen natural, botánicos y tradicionales, así como las texturas acuosas y el uso de las manos para aplicar directamente los cosméticos, es su gran diferencia frente a las culturas china y japonesa. Sus packagings infantiles, divertidos y ultracuidados son la otra esencia de su éxito a nivel internacional.