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Cómo ser Julia Roberts con más de 50 y una piel perfecta: ¿genética o medicina estética?
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Vivian, la novia de América

Cómo ser Julia Roberts con más de 50 y una piel perfecta: ¿genética o medicina estética?

Julia Roberts cumple 55 incombustibles años con una piel tersa, mejillas repletas de volumen y labios carnosos… ¿Cómo puede ser que tenga exactamente la misma cara que hace 30 años? Genética, cosmética, estética y maquillaje tienen mucho que ver

Foto: Julia Roberts, en la première de 'Viaje al paraíso' con un vestido rosa 'peacock' de Greta Constantine. (Getty/Tommaso Boddi)
Julia Roberts, en la première de 'Viaje al paraíso' con un vestido rosa 'peacock' de Greta Constantine. (Getty/Tommaso Boddi)

Richard Gere gritó: “¡Princesa Vivian!”, y cuando Julia se asomó y su voluptuosa melena se ondeó al viento, la historia del cine se congeló, igual que el rostro de la actriz. Mientras otras estrellas de Hollywood, por miedo a que su luz se apague, se entregan a tóxicas relaciones con la cirugía y los rellenos, Julia Roberts ha sabido mantener la misma imagen fresca y ultranatural a lo largo de toda su carrera. Superados los 50, la actriz de 'Pretty Woman', 'Notting Hill' o 'Agosto' lo mismo se mete en el bolsillo a todo el público del Dolby Theater simplemente usando una mascarilla de ácido hialurónico que se marca un honest selfie en medio del confinamiento a cara lavada o con una inmensa máscara de luz led. Julia mola.

No ha perdido la expresión por culpa del bótox, no oculta las arrugas en el contorno de sus ojos y su piel no solo goza de un tono uniforme, sino que está tersa y llena de volumen. Y, no, no hay ningún rasgo de descolgamiento. Recurrimos al criterio de un experto para descubrir hasta qué punto la genética es el Santo Grial y si el correcto cuidado de la piel puede paralizar el tiempo.

placeholder Julia Roberts, en Cannes. (Getty)
Julia Roberts, en Cannes. (Getty)

Cero arrugas

"No podemos más que rendirnos ante la superioridad genética (si es que existe tal cosa) de esta actriz que ha sabido cumplir años sin perder ni un ápice de esa candidez que la hizo famosa, ni de esa supersonrisa de 24 quilates", así describe el doctor Leo Cerrud, cirujano y médico estético, el casi inexistente cambio de Julia. "Pero ¿cómo se consigue atravesar las puertas de la madurez sin dejarse la piel en el intento y, sobre todo, sin que se note? Tengo dos palabras para Julia: bótox estratégico y medicina estética moderada pero constante".

A diferencia de otras actrices, y según lo que los expertos ojos del doctor observan, Julia debe haber recurrido a la toxina botulínica a lo largo de toda su carrera, de ahí que nunca hayamos apreciado un cambio radical en su rostro. Fue introduciendo este tipo de relleno de forma gradual y solo en las zonas en las que fuera necesario. "Nos podría hacer dudar, pero los milagros no existen", afirma Cerrud.

placeholder Julia Roberts, en 2001 y 2019. (Getty)
Julia Roberts, en 2001 y 2019. (Getty)

Retoques invisibles

El truco para conseguir mantener esa imagen natural está en la infiltración estratégica: "Se dejan casi sin tocar las patas de gallo para conseguir ese aspecto 'natural' que tanto le gusta a nuestra reina Letizia. Dejarte las patas de gallo es una decisión difícil porque la primera intención que uno tiene al ponerse bótox es borrarlo todo y eliminarlas por completo, como hace el resto de la gente, dándole al ojo un efecto como de 'ojo muerto”, explica nuestro médico estético de cabecera.

placeholder Julia Roberts, en 2017. (Getty)
Julia Roberts, en 2017. (Getty)

La verdad detrás de su sonrisa impertérrita

Uno de los aspectos más característicos de Julia es su enorme sonrisa. Carcajada tras carcajada, si bien no hemos observado cómo aparecían arrugas en la comisura de sus labios, tampoco hemos visto que estos hayan perdido su forma o se hayan retraído, un habitual signo de la edad; siguen exactamente igual. "Lo cual vuelve a hacernos pensar en el uso de ácido hialurónico en el labio superior, pero no para aumentarlo, sino para 'mantenerlo' en su sitio y detenido en el tiempo", explica Leo Cerrud. De nuevo, otro adecuado uso de los rellenos para matificar los signos de la edad sin que resulte agresivo y realizado de forma paulatina.

placeholder Julia Roberts, en 1989 y en 2019. (Fotograma de 'Mystic Pizza'/Getty)
Julia Roberts, en 1989 y en 2019. (Fotograma de 'Mystic Pizza'/Getty)

Un óvalo facial libre de descolgamiento

Por último, del análisis de Leo Cerrud nos centramos en forma de la mandíbula de Julia, donde apenas se ha perdido definición y no hay ni rastro de descolgamiento. "Llama poderosamente la atención la ausencia casi total de flacidez en el óvalo facial, el ángulo mandibular y cuello. ¿Otro milagro? No, medicina estética, radiofrecuencia, ultrasonidos, bioestimulación, masajes, ejercicios, yoga, lo que sea". Es decir, a los estratégicos retoques con bótox y ácido hialurónico a lo largo de estas décadas, habría que sumarles los tratamientos intensivos, de cabinas, así como una rutina llevada a rajatabla. A partir de cierta edad, la naturalidad y falta de signos del paso del tiempo no es una cuestión genética, sino de constancia y buen asesoramiento médico estético, y Julia Roberts lo sabe.

Siempre natural, pero adaptado a cada edad

La relación de Julia Roberts con el maquillaje es tan sana que la actriz no ha desarrollado ningún tipo de dependencia, sino que recurre de forma magistral -y asesorada por expertos- a tonos más o menos llamativos según el evento.

Partiendo de la ya comentada calidad de su piel, siempre nutrida y radiante, para maquillar su rostro, el primer e ineludible paso es asentar los cimientos con el Prep & Hydrate Primer, seguido de la mítica base de maquillaje Teint Idole Ultra Wear Care & Glow de Lancôme, firma de la que es embajadora. Se trata de un fondo de cobertura media que, en su reformulación, aporta una mayor ligereza y jugosidad, dejando la piel mucho más luminosa. Pocos cosméticos más son necesarios para construir la estructura facial de Julia, pudiendo incluir un rubor muy natural dependiendo de la ocasión.

Foto: Richard Gere y Julia Roberts, en un fotograma de 'Pretty Woman'. (Cordon Press)

Entre sus tonos habituales encontramos rosas ácidos y tonos melocotón, pudiendo incluso optar por colores ya desaparecidos. Hace poco, una de sus maquilladoras habituales, Genevieve Herr, explicaba que para ella reservaba el color 306 Vintage Ruby de la colección Blush Subtil Rose Fresque, un rosa empolvado que se parece mucho al rubor natural de sus mejillas.

placeholder Primer plano de la tez siempre jugosa e iluminada de Julia Roberts. (Getty/Dimitrios Kambouris)
Primer plano de la tez siempre jugosa e iluminada de Julia Roberts. (Getty/Dimitrios Kambouris)

Mientras esta base es siempre la misma, variando quizá la preparación de la piel, más o menos intensa según la jornada que haya por delante, donde Julia Roberts sí se atreve con la fantasía es en la mirada, lo que no significa que sus maquillajes sean muy recargados. Igual que le ocurre a Penélope Cruz, uno de sus grandes hits es perfilar todo el ojo para enmarcar fu forma almendrada, realzando todo el trabajo con máscara de pestañas. Este es el elemento beauty que jamás ha abandonado a su estética -prueba de ello es por ejemplo su look para recoger su Oscar a mejor actriz-; sin embargo, con el paso de los años Julia Roberts sí ha introducido diferentes elementos.

La magia entra en el juego cuando la actriz incorpora sombras satinadas en su mirada. Los pliegues suelen contribuir a que los colores mates desaparezcan de las paletas de colores habituales, según pasan los años. Los colores irisados y que dejen una pátina brillante, sutil, nunca glitter, son fundamentales para levantar, abrir y llenar de luz la mirada.

En el caso de Julia Roberts, por sus párpados podemos ver tonos champán, plateados, muy sutiles o incluso violáceos, pero rara vez tonos marrones para un smokey cálido. Su mirada jamás busca estar entornada, siempre tiene garra. Uno de sus últimos looks, enfundada en un impresionante vestido rosa 'peacock' con pronunciado escote de Greta Constantine, encontraba en el maquillaje morado la mejor forma de ahumar sin perder el matiz que le favorece a su tono de piel. La experiencia es un grado.

Richard Gere gritó: “¡Princesa Vivian!”, y cuando Julia se asomó y su voluptuosa melena se ondeó al viento, la historia del cine se congeló, igual que el rostro de la actriz. Mientras otras estrellas de Hollywood, por miedo a que su luz se apague, se entregan a tóxicas relaciones con la cirugía y los rellenos, Julia Roberts ha sabido mantener la misma imagen fresca y ultranatural a lo largo de toda su carrera. Superados los 50, la actriz de 'Pretty Woman', 'Notting Hill' o 'Agosto' lo mismo se mete en el bolsillo a todo el público del Dolby Theater simplemente usando una mascarilla de ácido hialurónico que se marca un honest selfie en medio del confinamiento a cara lavada o con una inmensa máscara de luz led. Julia mola.

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