La deformación facial de Madonna: de los liftings a los rellenos
La reina del pop ha pasado una cuarentena muy silenciosa y ahora, meses después, descubrimos el nuevo rostro de Madonna… O lo que intuimos es Madonna
Selfis en primer plano, poses en el sofá y un rostro tan liso y uniforme que resulta difícil reconocer a Madonna en su propia cuenta de Instagram. Después de muchos retoques con los que la idea era retrasar los signos de la edad, con 62 años, Madonna parece haber subido un escalón en el mundo de los arreglos estéticos.
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“Intentar enumerar lo que lleva esta mujer en cara y cuerpo es casi tan difícil como la búsqueda del Santo Grial o adivinar la fórmula de la Coca-Cola”, así de rotundo es el médico estético Leo Cerrud, que nos ayuda a precisar qué se ha hecho exactamente Madonna para estar cada vez más cerca de ser la 'mujer gato', Jocelyn Wildenstein.
Las apariciones de la reina del pop se han visto reducidas casi exclusivamente a sus espectaculares conciertos, ejercicio de músculo, escenografía y voz. Durante los primeros meses de pandemia, Madonna tan solo publicaba en Instagram viejas fotografías de su época dorada y mensajes políticos, hasta que un día decidió volver a mostrar su rostro, solo que esta vez no parecía su rostro.
La gota que colmó el rostro
“Por cómo se ve, se puede intuir que efectivamente lleva de todo, no solamente múltiples liftings faciales, dos o tres mínimo a lo largo de su vida, sino también toda clase de rellenos, tipo ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica, ácido poliláctico e incluso me atrevería a pensar por edad, pero no por aspecto, que algún relleno permanente también lleva”, detalla el médico estético Leo Cerrud, que apunta a que el cambio de Madonna viene de lejos, aunque en esta última etapa se le ha ido de las manos. “Está hinchada, deformada y excesivamente retocada. Es como una Faye Dunaway en corticoides y está a un minuto de transformarse en la mujer gato”, remata.
Según el experto, la reina del pop ha borrado sus facciones. Mientras hasta ahora había sabido jugar con la medicina estética para mantener una imagen más joven, siendo, en propias palabras de Cerrud, “una adelantada a su tiempo en todos los sentidos”, el abuso de inyectables ha terminado de deformar por completo su rostro. “Por eso y con gran pesar, al ver sus últimos 'retoques' no podemos evitar preguntarnos: Madre, ¿qué te ha pasado? ¿Cómo has llegado a perder la cabeza de esa manera y convertirte, ya no en una caricatura de ti misma, sino en un inflado monstruo con cara de globo inexpresivo?”, cavila el médico estético, fan de la artista y apesadumbrado por sus últimos excesos estéticos.
Tras prestar atención a cada detalle de las autofotos de Madonna, también podríamos atrevernos a señalar una mircropigmentación de los labios. A pesar de que en las fotografías la reina del pop aparece con un rostro casi sin maquillaje, sus labios parecen perfilados pero no con la cremosidad de un lápiz, sino con la intensidad y precisión de una tinta. Incluso cuando aplica un labial de distinta tonalidad, se puede ver sin problema que el labio está eterna e imperturbablemente perfilado. Se suele recurrir a la micropigmentación o lip blushing para dar forma a los labios que la han perdido como resultado de algún tipo de trauma o para generar sensación de volumen y ganarle un milímetro al labio. Nos inclinamos a pensar en la segunda opción, en el caso de Madonna.
La altura con la que se levantan sus cejas puede deberse al uso del ácido hialurónico para conseguir los foxy eyes, el retoque estético de moda y con el que se consigue no solo crear sensación de amplitud en la mirada, sino estirar y levantar el ojo, llegando a rasgarlo. Mientras en los posts de Madonna de agosto sus cejas aún mantenían una curva más o menos natural, en septiembre la cantante parece haber decidido probar el retoque al que Bella Hadid y Kendall Jenner son adeptas.
Por último, Leo Cerrud nos advierte sobre otro posible cambio estético de Madonna. En este caso, la sombra de la duda planea sobre el turgente cuerpo de la reina del pop: “Si no fuera porque sé que Madonna no tiene grasa en el cuerpo desde ‘Papa don’t preach’ (1986), podría llegar a pensar que todo es puro lipofilling o, lo que es lo mismo, injerto de tu propia grasa, pero eso es imposible porque estamos ante una mujer que no conoce la grasa corporal desde los 90”, apunta divertido el doctor. Y es que las estrictas rutinas de ejercicio de la cantante son casi tan conocidas como su nivel de perfeccionismo; sin embargo, mantener ese cuerpazo a los 62 años es, cuando menos, sospechoso… Aunque siempre queda la opción de que su genética le permita marcarse un Vera Wang y poder posar con la tripa al aire a los 71.
Selfis en primer plano, poses en el sofá y un rostro tan liso y uniforme que resulta difícil reconocer a Madonna en su propia cuenta de Instagram. Después de muchos retoques con los que la idea era retrasar los signos de la edad, con 62 años, Madonna parece haber subido un escalón en el mundo de los arreglos estéticos.