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Manicura coreana, la alternativa al método tradicional que amenaza con ser tendencia
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Manicura coreana, la alternativa al método tradicional que amenaza con ser tendencia

Más que un esmaltado es un tratamiento, y las influencers y expertas en belleza coreanas ya apuntan con nostalgia a los beneficios de esta tradicional manicura

Foto: Detalle de la manicura de Hoyeon Jung en el desfile de la colección primavera verano 2018 de Jeremy Scott. (Imaxtree)
Detalle de la manicura de Hoyeon Jung en el desfile de la colección primavera verano 2018 de Jeremy Scott. (Imaxtree)

Natural tanto en el acabado como en la técnica, la manicura coreana ha pasado de generación en generación como un entretenimiento de niños con el que colorear las uñas sin un esmaltado agresivo. La revista 'Allure' era la encargada de alertarnos sobre esta natural técnica de entintado de las uñas, después de que varios influencers de origen coreano comenzaran a recordar con nostalgia esta técnica en el podcast ‘Get Real’.

Con un tono naranja lavado, tanto las uñas como la piel a su alrededor se tiñen con una coloración que puede durar incluso meses, siempre dependiendo del crecimiento de la uña. Al no precisar ingredientes químicos secretos ni esmaltar la uña con un color muy llamativo, la manicura coreana, que en realidad se conoce popularmente como ‘balsam dye’ (tinte de balsamina), se popularizó especialmente entre niños pequeños como una forma de esquivar las exigencias de los colegios surcoreanos.

Igual que el maquillaje, determinados peinados o la modificación del uniforme no están permitidos en algunos centros educativos, llevar las uñas con esmalte a clase podía acarrear una situación incómoda. La ingeniosa alternativa, que se extendió durante los 90 en Corea del Sur, era colorear las uñas con un tinte muy sutil, resultado de la mezcla de flores. La cantante Sogumm explicaba en el podcast que no podía llevar ningún tipo de nail art al tocar el piano, así que este tipo de manicura era perfecta para ella, ya que, además, la ayudaba a reforzar el carácter infantil de su música.

Con una técnica que puede recordar a la de la henna, para lograr el color naranja mandarina de la manicura, se debe combinar una pasta de flores y hojas machacadas, junto a un polvo similar a la levadura, sin olvidar el ingrediente clave: la balsamina (Impatiens balsamina). Los pétalos de esta flor aportan el característico color, que puede recordar un poco al azafrán, y sin los que la decoloración sería imposible.

Foto: Jelly nails de un salón de belleza coreano. (@nail_ho)

Como curiosidad, da igual el mix de flores que hagas porque la balsamina se encargará de tornarlo todo en ese tono entre teja y terracota, de ahí que le dé nombre a la manicura. A continuación, se envuelve el dedo en papel film y se deja actuar toda la noche. Al retirar el envoltorio, además de haber teñido la uña, el entorno de esta tendrá el mismo color, otra de las características más identificables de la manicura coreana con balsamina.

En medio de este boom de nostalgia noventera -en parte secundada por la generación Z y en parte porque quienes ahora marcan el ritmo de las tendencias eran niños en los 90-, 'Allure' apunta que en Seúl estas manicuras naturales se han puesto de moda. Tal es su éxito que ya se comercializan kits de tinte que permiten obtener la pasta de color sin tener que machacar flores y tan solo incorporando agua al polvo del kit. Este, según apunta la web estadounidense, contiene el equivalente a la levadura y la balsamina.

El resurgimiento de las manicuras anaranjadas inundando redes sociales y calles de la capital coreana ha despertado la curiosidad de los amantes de los esmaltes, las uñas y las tendencias. En esa ansia por recrear la misteriosa manicura, de color casi indescriptible, también han surgido manicuras coreanas ‘fake’ (falsas) que imitan el acabado traslúcido, mate y deslavado con esmaltes tradicionales. Ahora podemos comprender por qué con una distancia de apenas meses, las lacas de uña naranja papaya dejaron paso al naranja terracota que, casualmente, arrasaba en Japón y Corea del Sur por encima todos.

El hecho de que el tinte de balsamina se comparta en las redes sociales, seguido de infinidad de hashtags en coreano, puede estar detrás de esta falta de información de los nail addicts que ansían dar con la manicura coreana y para ello utilizan los esmaltes de uñas a su alcance. La otra opción es que, al tratarse de una manicura retro y tradicional, los surcoreanos más jóvenes ni siquiera superan de su existencia.

En este intento de emular el degradado que se logra en la manicura de balsamina con el crecimiento de la uña, Instagram se ha llenado de auténticas obras de arte de la pintura con esmalte, por otro lado, la única opción a nuestro alcance hasta que se comercialicen los tintes de balsamina en España.

Natural tanto en el acabado como en la técnica, la manicura coreana ha pasado de generación en generación como un entretenimiento de niños con el que colorear las uñas sin un esmaltado agresivo. La revista 'Allure' era la encargada de alertarnos sobre esta natural técnica de entintado de las uñas, después de que varios influencers de origen coreano comenzaran a recordar con nostalgia esta técnica en el podcast ‘Get Real’.

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