El lavanda es el esmalte de uñas que te va a salvar las manicuras del verano

Las diferentes tonalidades del morado se han relacionado en los últimos años con el feminismo. Sin embargo, desde que aquel ‘ultraviolet’ se convirtiera en el tono señalado por el Pantone, del malva al lavanda hemos normalizado el uso del color.

Echando la vista atrás, el morado siempre ha sido considerado el color de la espiritualidad o los altos rangos. Color de obispos o realeza, el precio del pigmento, igual que ocurriera con el azul en el terreno de la pintura, era alto, lo que aportaba ese aire de distinción o superioridad. El uso de las diferentes tonalidades de morado es muy diferente ahora. Hace unos años, el desfile primavera-verano 2022 de Chanel, de marcada estética noventera, convertía al morado en el color estrella. Y de aquel hecho, que no fue aislado, llegamos al actual escenario manicurista. El lavanda.

El morado de base blanquecina ha sacudido las manos de las celebrities e influencers 'nail addicts' para demostrar al discreto color en el nuevo ‘must have’ de esmaltes de uñas. Melanie Graves (@overglowedit), Betina Goldstein (@betina_goldstein) o Vivian Marie (@vivianmariewong) avalan el lavanda. La tendencia de trabajar la intensidad de las lacas de uñas hasta convertirlas en un velo de sofisticación apunta al morado más claro, cuidado, que no traslúcido, como el color con el que dejar claro que la tuya sí es una manicura superior.

La tendencia actual en el terreno de las técnicas de esmaltado, forma de uñas y colores de lacas vive una doble regresión al pasado. Por un lado, la fiebre por la estética noventera nos devuelve la manicura francesa y los colores discretos o sólidos y básicos como el rojo. La otra lección de la década de ‘Pretty Woman’ es la de conseguir capas prácticamente traslúcidas, que cubran la lámina de la uña con una capa de color tan ligera que parezca un juego de luces.

Por ejemplo, la manicura glaseada de Hailey Bieber no es más que la revisión de las uñas almendradas y brillantes de los 90, que ahora también puedes encontrar como ‘manicura de medias veladas’, al mantener un sutil tono marrón.

En el caso del esmalte de uñas lavanda, el abanico de opciones se extiende, pues, mientras las manicuras strawberry milkshake o blueberry milkshake se apoyaban en la opacidad del esmalte para reforzar la importancia del color pastel más claro, si optas por el lavanda, puedes moverte entre esmaltes traslúcidos, opacos, glitter, holográficos, cromados o brillo gel. Lo único importante es que la laca de uñas que lleve la voz cantante sea un morado muy claro y luminoso. No hay lugar para púrpuras o morados nazareno.

La omnipresencia de Barbie en la estética de todo el 2023 es indudable en el resurgir de este color. La idea de recuperar colores de la infancia ha colocado entre los esmaltes de uñas tendencia aquellos de tonalidades pastel, siempre relacionadas con el verano en la colorimetría (teoría que determina la gama de colores de cada persona, relacionándolos con una estación). El auge de las manicuras barbiecore o incluso inspiradas en las muñecas Polly Poket es un claro ejemplo.

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Margarita Velasco

En este perfecto ojo del huracán beauty, las lacas malva se posicionan como una forma de aportar algo de color combinando un poco de atrevimiento con un tono 'apagado' que no llamará excesivamente la atención. El color idóneo es un morado rebajado con blanco o beis, pero manteniendo una mayor intensidad que la manicura blueberry y strawberry.

Aprovechando que Chanel se encargó de convertir el morado claro y sus variantes en colores chic en el terreno de la moda, también ha sido la firma la que ha incluido entre sus lacas de uñas del verano el Immortelle, un esmalte lila que tiene como finalidad, según explican, transmitir alegría. “Tonalidades frescas, ligeras y optimistas que invitan a jugar: un azul nube, un lila moderno, un amarillo”, explicaban sobre su último lanzamiento.

Manual de uso del lavanda

Una vez identificado el color exacto, que sencillamente es un morado clarito que destaque sobre tu tono de piel y mantenga ese toque naíf de la estética barbiecore, el siguiente paso es cómo llevar el color de moda en cuestión a una manicura en la que destaque, 'ma non troppo' (no demasiado).

Betina Goldstein, manicurista habitual de Chanel y Margot Robbie, se ha convertido en la gran referencia para probar diferentes técnicas. Durante la promoción de la película de Barbie, a través de una técnica de esmaltado en agua, la estadounidense logró combinar color y estética setentera en un estampado irrepetible.

Las opciones del lavanda pasan por las micromanicuras francesas o los delineados que bordean la forma de la uña, o directamente solo depositan color en la lúnula. Otras técnicas como la manicura rich girl o clean girl, que consisten en una capa muy traslúcida de esmalte con color, a veces incluso rebajada con brillo, juegan con el largo de la uña para hacer una manicura francesa 'por debajo'. Es decir, sobre una uña larga, en la que el borde libre sea lo suficientemente visible, se cubre toda la superficie con este esmalte traslúcido, de tal modo que parece una manicura francesa, pero solo es una capa de color. El lavanda está invitado a la fiesta.

Sin embargo, la estrecha relación del color con los campos de lavanda de la Provenza lleva habitualmente a manicuras minimalistas, románticas y en las que no haya líneas muy marcadas ni diseños muy elaborados.

Por supuesto, en un momento en el que los brillos holográficos, cromados y perlados son el verdadero ‘eye catching’ de las redes sociales, las manicuras de estética sirena, a base de esmaltes lavanda, o los diseños en los que los detalles se realizan con lacas de uñas glitter o metalizadas son la otra apuesta que guardar en la lista de deseos antes de acudir al salón de manicura.