Tenemos que hablar de la manicura de sirena: brilla, es discreta y tiene hashtag #mermaidnails
Con un ligero toque infantil y una buena dosis de inspiración de los años 2000, regresan los esmaltes de uñas de purpurina (sin excesos). Así es la manicura de sirena
Dicen de ella que es la manicura perfecta para hacer la transición entre el invierno y la primavera porque mantiene la tonalidad gélida de la estación más fría del año pero sin perder de vista los colores primaverales en su base.
Partiendo de que una de las tendencias más potentes de los últimos años es simplificar los diseños de uñas al máximo, al reducir el esmaltado a un par de capas de color homogéneas, la manicura de sirena se aprovecha de ese tip y juega con el top coat para crear el brillo y la opacidad acuáticas. El resultado es un esmaltado que no resulta demasiado llamativo, pero, sin embargo, sí mantiene ese halo childlish y romántico.
La estética ‘mermaid’ o ‘siren’ que está grabada en el ideario colectivo se acerca más a la sirena que Daryl Hannah daba vida en ‘1,2,3… Splash!’ que a las sirenas mitológicas. Así, el mermaid hair de hace un par de años hacía referencia a las melenas XXL y ondeadas en zigzag, mientras que los ‘siren eyes’ recreaban los ojos rasgados con intensísimas sombras irisadas y en tonos aguamarina. Bebiendo de estas fuentes, la manicura de sirena, también denominada mermaid nails, emula el brillo nacarado del interior de una concha sobre una base de colores pastel.
Para recrear ese brillo entre holográfico y perlado, existen varias técnicas, lo que acerca la manicura a cualquiera. Se puede aplicar directamente una laca de uñas que ya tenga ese tono pastel salpicado por diminutas partículas de glitter, logrando uñas de sirena en tan solo un par de pasadas. Pero también se puede crear capa a capa, comenzando por una base rosa, azul, verde o morada siempre en tonos pastel, que se va cubriendo con una capa de top coat de brillo perlado o un esmalte de purpurina.
Sin embargo, la versión más perfeccionada de la manicura de sirena la encontramos en los salones profesionales, en donde polvo chroma y builders entran en acción para dar con el brillo holográfico y la estructura robusta de la uña idóneos. Tras crear una base firme y que proteja la uña natural, se aplica el tono elegido. En los vídeos más populares hay dos claros ganadores, el Portrait Mode de la colección de primavera de OPI y el Rose 68 de Bio Sculpture. A continuación toca aplicar el brillo, en este caso, a partir del polvo de cromo de acabado blanco nacarado.
Dar con el brillo exacto es quizá la parte más característica de la manicura de sirena y la que sutilmente la diferencia de otras tendencias como la manicura baby boomer o la glaseada de Hailey Bieber. Holográfico, nacarado, cromo, perlado o incluso glacial son algunas de las formas con las que se describe la manera en la que el esmalte brilla según cómo la luz incide sobre él y en la que el polvo irisado tiene mucho que ver.
Continuando con la estela de la manicura 'clean girl', consistente en un tono rosado traslúcido y de brillo gel, la tendencia en el esmaltado tiende más hacia la discreción cromática que a los excesos. Más allá de las redes sociales, este tipo de manicuras están teniendo una especialmente buena acogida entre las celebrities. De Jennifer Lopez a Shakira o Selena Gomez recurren a diseños discretos y de un color similar al de la uña. La única diferencia entre ellas es la longitud de esta o su forma.
Dicen de ella que es la manicura perfecta para hacer la transición entre el invierno y la primavera porque mantiene la tonalidad gélida de la estación más fría del año pero sin perder de vista los colores primaverales en su base.