Manicura glaseada o por qué este verano solo llevarás uñas ultrabrillantes

Del mismo modo que la jugosidad de la piel se ha comparado con un dumpling y el maquillaje de ojos pretende recrear la escarcha, en 2022 las tendencias del mundo de la belleza, sorprendente pero incuestionablemente lideradas por Hailey Bieber, han encontrado en otro término entre alimenticio y aesthetic el culmen de la adicción: el glaseado.

La hija de Stephen Baldwin y mujer de Justin Bieber no solo ha protagonizado campañas de publicidad a nivel internacional con marcas como Diesel, también se ha convertido en desarrolladora de tendencias, aptitud a la que ha sabido sacar partido creando su propia marca de cosmética. Así, veía la luz hace apenas unos meses Rhodes, no exenta de polémica por plagios nominales y una dudosa efectividad. La máxima de la firma era muy sencilla, recrear la piel jugosísima e iluminada a más no poder de Hailey.

Al etiquetar como brillo glaseado la película hidratante que caracteriza a la piel de la modelo, Bieber conseguía apropiarse de un término viral que no ha tardado en extenderse más allá de la tez al maquillaje de los ojos, los labios, el cuerpo y… ¡las uñas!

La manicura, imprescindible accesorio de cualquier look de la generación Z, no es un detalle que pase inadvertido, sino que debe mantener el mismo mensaje de todo el look o mandar un mensaje propio y contundente, como las famosísimas garras de Rosalía. En una reciente publicación, Hailey Bieber mostraba a cámara su manicura recién salida del salón, en la que una superficie ultrabrillante, emulando el interior perlado de una ostra, relucía frente al objetivo de su móvil.

La modelo ni siquiera tuvo que catalogar sus uñas como ‘Glazed Donut’, como sí hace con sus selfies de piel impoluta e iluminada, y era fácil identificar cómo el mismo brillo intenso y húmedo de su piel se trasladaba a su manicura. Ahora, eso sí, virando más hacia los esmaltes perlados para aumentar los matices de la luz que incide sobre ellas.

Lejos de los esmaltes de uñas opacos o de los perfectos acabados de las manicuras en gel, cada vez es más habitual encontrarse con esmaltados que buscan la transparencia. Algunos se diluyen con top coats para reducir la intensidad del pigmento y crear una película traslúcida, como rebajada con agua, pero genuinamente brillante.

Otra opción son los esmaltes especialmente desarrollados para este fin. Los acabados ‘mermaid’ regresan desde 2016 para pintar las uñas con nácar y colores irisados que tornan en rosas y morados muy sutiles según la luz.

Pero el glaseado genuino que Bieber ha conseguido colocar en el disparadero de las tendencias es una versión 2.0 de las manicuras de sirena. El nácar con destellos rosas que la modelo luce se consigue con algunos de los esmaltes de colección OPI Infinty Shine, tal y como explicó la manicurista Zola Ganzorigt, responsable del diseño de Bieber en sus redes sociales.

Ante el éxito de la manicura, que en poco tiempo se convertía en una de las peticiones más repetidas en los salones de Estados Unidos y era imitada por seguidores de la modelo en la manicurista, Ganzorigt no dudó en compartir un sencillo tutorial para recrear el 'donut glazed' de Bieber. En el paso a paso, tan importante como la base para preparar la uña era elegir el top coat que daría el matiz glaseado. Eso sí, el orden elegido por la creadora de las famosas uñas no es el tradicional, puede que sea la clave de su éxito.

Para reforzar la uña y protegerla de la capa de color, la manicurista comenzó aplicando el Stay strong gel base coat, un paso en el que también coincidía otro de los manicuristas preferidos de las estrellas, Tom Bachik, que en su versión de las uñas glaseadas también prestaba especial atención a la prebase fortalecedora para dar robustez a la lámina.

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El siguiente paso es aplicar por toda la uña el Stay shiny gel top coat. Un gesto cuanto menos curioso y revelador el de aplicar el top coat antes que el color para rematar el esmaltado con el Chrome effects en el color Tin Man Can (algo así como hombre de hojalata, de ahí el característico brillo metalizado).

La propia marca detalla que el mismo efecto de glaseado de donuts se puede lograr también al combinar los esmaltes Chiffon My Mind -un tono nacarado que puede utilizarse como capa de cobertura para llenar de matices el color de debajo o aplicarse directamente solo- y Bubblebath -uno de los esmaltes rosa palo más conocidos-.

A diferencia de otros diseños estivales que precisan rellenos, como las manicuras acrílicas o gel, y de esmaltados más elaborados, una de las explicaciones del rápido éxito de las uñas glaseadas es su sencillo mantenimiento. Teniendo la laca de uñas necesaria en casa, basta con una o dos capas, según el acabado deseado. Por supuesto, el saborcillo retromilenario es indudable. Hasta hace unas décadas huíamos despavoridos de los acabados nacarados habituales al considerarlos 'de abuelas'. Ahora, los centennials recogen todos aquellos esmaltes abandonados en el tocador y les dan un nuevo uso.

Basta con esmaltar toda la uña sin precisión ni transparencias o dibujos que requieran una especial habilidad. Ni siquiera es necesaria una cobertura precisa. El truco está en dejar sutilmente al descubierto la lámina natural, como si se tratara de una capa de lencería sobre la piel, pero en este caso se desliza sobre la uña. Además de conseguir un brillo incuestionable, la manicura resultante es mucho más discreta y versátil que otros diseños, sin desmerecer el efecto alargador sobre la uña.

Igual que ocurriera con la manicura italiana, da igual la longitud de las uñas, ya que la levedad del esmalte hace que se vean más estilizadas. Prueba de ello son los larguísimos dedos de la manicurista de moda, Melanie de @overglowedit.