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¿Es posible volverse inmune al efecto del bótox o de otro neuromodulador?
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TRUCOS DE PIEL

¿Es posible volverse inmune al efecto del bótox o de otro neuromodulador?

Si te preguntas si es posible que el bótox (o cualquier otro neuromodulador) deje de ser eficaz con el tiempo, debido a su uso durante los años o incluso a su abuso, no pares de leer

Foto: Existe la inmunidad del bótox. (Diana Polekhina para Unsplash)
Existe la inmunidad del bótox. (Diana Polekhina para Unsplash)

El interés por el cuidado de la piel se ha incrementado en los últimos años y cada vez son más las personas que, aparte de realizar sus propias rutinas diarias de belleza en casa y acudir regularmente a centros de estética, recurren a la medicina estética para mejorar determinados aspectos de su rostro. “Rellenos y rejuvenecimiento facial son la opción más cotizada por los pacientes, suponiendo prácticamente el 50% de los tratamientos demandados en nuestro sector”, afirma la doctora Mari Luz Rentero, directora médica de Grupostop. Los inyectables no solo están de moda –crecerán a un ritmo de 12 a 14% anual hasta 2026, según el estudio 'From extreme to mainstream: The future of aesthetics injectable', de la consultora McKinsey–, sino que, además, su consumo viene por parte de personas cada vez más jóvenes. Hecho que hace plantearse la posibilidad de poder llegar a volverse 'inmune' a los neuromoduladores, debido a su abuso a lo largo de nuestra vida y también a que la edad en la que se comienza a utilizarlos ha descendido notablemente.

Foto: Foto: iStock.

¿Qué factores afectan a la eficacia de los neuromoduladores?

“No todo el mundo envejece igual ni necesita lo mismo, por lo que el objetivo de la medicina estética debe ser mantener la esencia de cada persona y mejorar su rostro sin cambiarlo”, sostiene la doctora Natalia Ribé, que ahora también atiende en Madrid, en el centro Beldon Medical. Es importante que sepas que nunca recibirás un tratamiento idéntico al de otra persona y por ello el especialista médico antes de inyectarte “explorará en profundidad el equilibrio muscular en dinámico y estático, verá si hay asimetrías de las cejas y valorará los puntos de máxima contracción de la musculatura depresora de la mirada, así como la intensidad de la fuerza muscular y el grosor del músculo que va a tratar”, explica Ana Crespo, médico-estético del equipo de Clínica Mira+Cueto.

Esto se debe a que no hay que estudiar solo la arruga de expresión, sino descubrir también el origen de esta, cómo es el músculo que la produce y el equilibrio con el resto de grupos musculares. Es relevante valorar el rostro como un todo y no tratar grupos musculares aislados o por viales, sino aplicar lo que está indicado en cada paciente tras un diagnóstico minucioso”, amplía. La clave está en conocer profundamente la anatomía y la dinámica muscular facial, pues toda intervención que se efectúe con neuromoduladores en un músculo aislado tiene consecuencias en sus antagónicos.

placeholder La eficacia, la duración, la dosis, la profundidad de la inyección, el tipo de arrugas, la edad y el estilo de vida afectan. (Ana Schvets para Pexels)
La eficacia, la duración, la dosis, la profundidad de la inyección, el tipo de arrugas, la edad y el estilo de vida afectan. (Ana Schvets para Pexels)

La eficacia, la duración, la dosis, la profundidad de la inyección, el tipo de arrugas, la edad y el estilo de vida afectan a la duración del efecto del tratamiento, que puede variar de 3 a 6 meses. “Son muchos los factores que influyen en la efectividad y duración de cualquier neuromodulador. La dilución que realizamos, la conservación en todo momento de la cadena de frío, la edad de paciente, su fuerza muscular, su sexo, la inmunidad en ese preciso momento de cada persona, los puntos de infiltración y las dosis, la pericia y experiencia del inyector…”, reconocen Virtudes Ruiz y María Vicente, cirujanas y médicos estéticos de las clínicas Virtud Estética.

De ahí la importancia de que el profesional médico tenga en cuenta tu sexo, tu raza (los individuos de raza negra pueden llegar a necesitar dosis más elevadas en el tratamiento), así como que indague en tus hábitos de vida para averiguar si estás sometida a un importante estrés oxidativo (deportistas de élite, grandes corredores o personas que hacen muchos ejercicios de musculación). Además, a esto hay que añadir la elección del neuromodulador adecuado para cada paciente, donde “el truco está en conocer muy bien las características de cada una de las marcas que ofrece el mercado para poder elegir cuál utilizar para cada paciente”, desvelan las doctoras de Virtudes Ruiz.

¿Se puede desarrollar una intolerancia a los neuromoduladores?

Las tres doctoras están de acuerdo en que la intolerancia como tal no existe, aunque sí están viendo en sus consultas que hay personas a las que el efecto es menor o incluso este les dura menos en algunas ocasiones. “Esto tiene que ver con que los neuromoduladores son un producto biológico y nuestro cuerpo no siempre lo recibe igual. En unas ocasiones lo tolera mejor y en otras lo rechaza antes, dependiendo del estado de la inmunidad, ya que si esta está muy estimulada por algo, puede rechazar este producto –hay que recordar que es una toxina–, tal y como rechazaría un virus u otro tipo de toxinas”, opinan las expertas de Virtud Estética. Pero hay que recordar que este hecho “es poco común y suele ocurrir en pacientes que reciben inyecciones frecuentes o en dosis altas. “La mejor manera de prevenirlo es seguir las pautas de tratamiento recomendadas por el médico”, añade la doctora de Mira+Cueto.

Ella misma también matiza que la disminución en el tiempo de la duración del tratamiento en algunos casos puede deberse “a la aparición del fenómeno de sprouting, que es el reclutamiento de nuevas fibras nerviosas que producen contracción muscular aberrante y nueva”. Por lo que hace hincapié en la necesidad de ajustar la dosis cada vez que se trata a un paciente, ya unos músculos se atrofian más que otro (sprouting), lo que da lugar a la aparición de compensaciones musculares.

Cómo hacer que el efecto de los neuromoduladores dure más

No cumplir con los intervalos recomendados entre las inyecciones o aumentar la frecuencia de las mismas puede aumentar el riesgo de desarrollar anticuerpos y volverse inmune a las infiltraciones de neuromodulación. “Lo ideal es no hacer más de dos sesiones al año, con un intervalo de 6 meses entre ellas, o como máximo tres sesiones al año con intervalos de 4 meses entre las mismas”, sugieren las doctoras Ruiz y Vicente.

placeholder El profesional médico debe tener en cuenta tu sexo, tu raza. (Diana Polkhina para Pexels)
El profesional médico debe tener en cuenta tu sexo, tu raza. (Diana Polkhina para Pexels)

Además, también es importante emplear el producto adecuado en cada caso y momento, de forma totalmente personalizada. “Ahora disponemos de cinco toxinas autorizadas, cada una de ellas con unas características biológicas diferentes, por lo que es necesario perfectamente dichas características para utilizar la opción más indicada en cada caso. No es lo mismo una persona joven que nunca se ha inyectado un neuromodulador que otra que lleva años recurriendo a ellos y es más mayor”, anexiona la doctora Crespo.

Por último, una opción para evitar el desarrollo de anticuerpos también puede ser cambiar de marca de neuromodulador, pero las expertas consultadas opinan que esta no es una solución garantizada y puede no ser efectiva para todas las personas. “Lo ideal es que el médico aplique siempre un tratamiento individualizado a cada paciente, con las dosis justas necesarias para cada músculo, en localizaciones muy precisas y con diluciones adecuadas; así como respetando siempre los tiempos entre sesiones”, recuerda la médico de Mira+Cueto.

El interés por el cuidado de la piel se ha incrementado en los últimos años y cada vez son más las personas que, aparte de realizar sus propias rutinas diarias de belleza en casa y acudir regularmente a centros de estética, recurren a la medicina estética para mejorar determinados aspectos de su rostro. “Rellenos y rejuvenecimiento facial son la opción más cotizada por los pacientes, suponiendo prácticamente el 50% de los tratamientos demandados en nuestro sector”, afirma la doctora Mari Luz Rentero, directora médica de Grupostop. Los inyectables no solo están de moda –crecerán a un ritmo de 12 a 14% anual hasta 2026, según el estudio 'From extreme to mainstream: The future of aesthetics injectable', de la consultora McKinsey–, sino que, además, su consumo viene por parte de personas cada vez más jóvenes. Hecho que hace plantearse la posibilidad de poder llegar a volverse 'inmune' a los neuromoduladores, debido a su abuso a lo largo de nuestra vida y también a que la edad en la que se comienza a utilizarlos ha descendido notablemente.

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