La nueva cara de Ivanka Trump, a examen: de una bichectomía a la proyección de los pómulos

Desde que Donald Trump perdiera las elecciones, no solo el polémico expresidente de los Estados Unidos se ha alejado (un poco) del foco mediático. Toda su familia ha pasado a ocupar un discreto segundo plano.

Ivanka Trump, su hija, y la que fuera su asesora durante su mandato, ha sido uno de los personajes que más han desaparecido del ojo público. En tiempos pandémicos apenas la vimos en actos con mascarilla incluida. Puede que esta escasa vida social haya contribuido a aumentar el impacto que ha supuesto volver a verla, ahora en el Tribunal Supremo de Nueva York, por el juicio de fraude de su padre. El rostro de Ivanka ya no era como recordábamos. Sus facciones se habían transformado, unas disminuyendo, otras proyectándose.

El impacto visual, más que evidente, no es, sin embargo, resultado de un inesperado paso exprés por consulta, sino de un concienzudo uso de la medicina estética durante mucho tiempo. Así nos lo confirmaba la doctora Dagné Pupo: “Es evidente que, desde hace tiempo, Ivanka Trump ha ido recurriendo a diferentes tratamientos de medicina estética. En esta última aparición es evidente el retoque de su rostro de manera integral”.

A primera vista, lo más evidente es que el rostro de Ivanka ha pasado de ser redondeado a verse mucho más afilado, algo que podría explicarse con una bajada de peso, pero que, al ser tan drástico, nos lleva a pensar más en otro tipo de alteraciones.

TE PUEDE INTERESAR

La explicación estética a por qué todas las famosas de Hollywood envejecen igual

Margarita Velasco

“Es posible que se haya realizado una disminución del volumen de los paquetes grasos inferiores, que se ha podido llevar a cabo bien mediante una intervención de bichectomía (extracción de las conocidas como bolas de Bichat) o a través de un tratamiento de enzimas, combinado con aparatología médica tipo Morpheus 8”, apunta la doctora Pupo.

La retirada de las bolas de Bichat, grasa encapsulada situada en las mejillas, bajo los pómulos, es un procedimiento muy habitual para alterar la forma del rostro, consiguiendo un aspecto más ovalado, más perfilado. En el caso de Ivanka, cuyo rostro era redondeado, la bichectomía habría contribuido considerablemente a ese cambio en su estructura facial.

También en el tercio inferior del rostro, la doctora llama la atención sobre la boca; concretamente, sobre labios y dientes. “Los labios, actualmente, los tiene mucho más armónicos que antes, y aparecen más proporcionados. De manera derivada, los dientes tienen, visualmente, menor volumen”, explica.

A este cambio en su sonrisa ya estábamos más acostumbrados, pues Ivanka ha ido perfilando y corrigiendo su dentadura poco a poco. “También encontramos que el tercio inferior ha sido tratado con reductores de volúmenes en la zona de la papada”, señala la experta. Así, la línea de la mandíbula se ve más marcada y la sensación de posible papada o descolgamiento ha desaparecido por completo.

Tras este notable cambio en el área de la mandíbula y sonrisa, la otra zona del rostro a la que es imposible no desviar la mirada es la de los pómulos, cuya proyección parece haberse disparado. “En la zona del tercio medio, se aprecia una voluminización de los pómulos, lo cual ha ayudado a proyectar su volumen en la zona, alargar la zona del mentón y perfilar la línea mandibular”, indica la doctora Pupo.

TE PUEDE INTERESAR

Demi Moore, irreconocible: retoques estéticos y pómulos 3D, ¿qué se ha hecho?

M. V.

Así se explica este ligero efecto de esqueletización, en el que la parte superior del rostro parece más voluminosa, mientras que el tercio inferior parece menguado. A esta proyección de los pómulos se le suma la sombra de una más que posible operación de la nariz: “Probablemente se ha realizado una cirugía con rinomodelación”, aventuraba la doctora. A lo largo de los años, el constante cambio en la nariz de Ivanka puede hacer sospechar de más de un retoque de nariz.

En este suma y sigue de reformas faciales para cincelar el rostro a su gusto, Ivanka Trump tampoco se ha olvidado de la mirada: “En el tercio superior, podemos ver una mayor amplitud en su mirada, conseguida con toxina botulínica (neuromoduladores)”, precisaba la doctora Dagné Pupo. El comúnmente popularizado como bótox paralizaría la frente de la asesora del expresidente, de tal modo que ni una arruga se marca en el entrecejo ni alrededores, logrando esa mirada diáfana.

Cabe la posibilidad de que, a pesar de llevar una periódica rutina de retoques estéticos durante años, la fecha del juicio haya hecho que en los días previos a su reaparición, la hija de Donald Trump acudiera a una puesta a punto final. Lo que sí podemos confirmar con el aval médico es que “es evidente que, desde hace tiempo, Ivanka Trump ha ido recurriendo a diferentes tratamientos de medicina estética”, como nos decía la doctora.