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Sobres de dinero, escuchas secretas y una petición de adopción: la historia de Liliane Bettencourt
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Sobres de dinero, escuchas secretas y una petición de adopción: la historia de Liliane Bettencourt

La que fue mujer más rica del mundo como heredera de L’Oréal y protagonista de uno de los escándalos más célebres de Francia, recreado ahora en una docuserie de Netflix

Foto: Una obra de arte con el rostro de Liliane Bettencourt. (Getty Images)
Una obra de arte con el rostro de Liliane Bettencourt. (Getty Images)

La heredera del famoso imperio de productos cosméticos fue espiada durante meses en su propia casa. Y gracias a esas grabaciones quedaron al descubierto numerosos comportamientos de abusos y estafas, perpetrados por ella misma y también contra ella, que destaparon uno de los escándalos con mayor impacto mediático de los últimos años y convertido en una exitosa docuserie de Netflix.

“Pobre niña rica". No pocas veces se repite esta frase cuando se habla de algunas de las más grandes fortunas de la historia. Y en el caso de Liliane Bettencourt, quien fue la mujer más rica del mundo como heredera del grupo L’Oréal, la tragedia fue una constante en su vida hasta su fallecimiento en 2017, con 94 años y diagnosticada de alzhéimer.

Nacida en París en 1922, Liliane fue la única hija del matrimonio formado por Louise Madeleine Berthe, fallecida cuando ella contaba con solo cinco años, y Eugène Schueller, empresario y químico fundador de L’Oréal. En 1950 se casó con André Bettencourt, periodista, académico y político conservador que fue varias veces ministro en los gobiernos de los presidentes Pierre Mendès France y Charles de Gaulle.

placeholder Cartel de la docuserie de Netflix 'El caso Bettencourt: el escándalo de la mujer más rica del mundo'. (Netflix)
Cartel de la docuserie de Netflix 'El caso Bettencourt: el escándalo de la mujer más rica del mundo'. (Netflix)

De ahí que Liliane se convirtiera pronto en una de las damas más importantes de la alta sociedad parisina, además de la mujer más rica del mundo tras heredar el millonario patrimonio obtenido por su padre tras la muerte de este, en 1957.

No era raro verla en el front row de exclusivo desfiles como los de Chanel de los años 70 acompañada de otras poderosas mujeres de la época como Bernardette Chirac o Claude Pompidou, o en los de Armani Privé ya en los 2000. Como invitada imprescindible a las galas y celebraciones más solemnes, casi siempre junto a su marido André, con quien formaba una (aparentemente) idílica pareja, se codeaba también con intelectuales y artistas de la talla de la gran diva María Callas, el mítico diseñador de moda André Courrèges, el director de cine italiano Pier Paolo Pasolini y miembros de casas reales como la de Inglaterra o Jordania.

Y aunque hasta aquí su vida no parecía diferenciarse mucho de la de cualquier otra gran dama de la sociedad del momento, formando una familia respetable, discreta y aparentemente envidiable, la realidad de la heredera del imperio L’Oréal siempre fue mucho más cruel de lo que parecía.

Una vida tormentosa y repleta de pequeños secretos, algunos no del todo lícitos y que llevaron hasta la detención del mismísimo Nicolas Sarkozy acusado de una financiación ilegal de su partido nunca demostrada, y que ahora podemos conocer en detalle gracias a 'El caso Bettencourt: el escándalo de la mujer más rica del mundo', la exitosa serie de Netflix estrenada hace apenas unos días.

placeholder Un retrato de Liliane Bettencourt. (Getty Images)
Un retrato de Liliane Bettencourt. (Getty Images)

De 'hija de' a 'mujer de': la aparición de Banier y el comienzo de una vida propia

Con una puesta en escena original y sorprendente, esta docuserie recrea los acontecimientos más sorprendentes acaecidos en los últimos años de vida de Liliane, sobre todo a partir de su estrecha amistad con el fotógrafo francés François-Marie Banier. Partiendo de numerosas grabaciones reales como línea argumental, realizadas de forma secreta y durante varios meses en la mansión familiar de Neuilly, a las afueras de París, por Pascal Bonnefoy –fue mayordomo personal de la millonaria durante años–, la serie se centra en la irrupción en la vida de Bettencourt del excéntrico personaje y que hizo que todos los escándalos relacionados con la poderosa familia saltaran por los aires.

Françoise-Marie Banier, fotógrafo y bon vivant nacido en 1947 y muy bien relacionado con todo tipo de intelectuales, artistas y famosos del mundo de la moda en general. Un habitual de las mejores fiestas celebradas por todo el mundo y que había fotografiado a las mejores modelos y a los más importantes personajes del momento. En 1987 se encarga de realizar las fotos de Bettencourt para una entrevista en la conocida revista francesa 'Égoïste', y a partir de ahí, la relación entre una fascinada madame Bettencourt y Banier se hace cada vez más íntimos, levantando todo tipo de sospechas.

Se hacen inseparables con el consentimiento del propio marido de Bettencourt (siempre se dijo que llevaban vidas separadas), y la riquísima heredera comienza a disfrutar, por primera vez, de una vida propia sin depender de nadie (o al menos eso creía ella). Con Banier viaja por todo el mundo, acude a exposiciones, se codea con interesantísimos y divertidos personajes… Y de ese cariño empiezan a surgir sospechosos regalos a su querido e histriónico acompañante, levantando las sospechas de Françoise Bettencourt Meyers, única hija del matrimonio Bettencourt y, por tanto, heredera de los 80.500 millones de dólares en los que el imperio L’Oréal estaba valorado.

Nacida en 1953, nunca recibió por parte de su madre el amor y cariño que una hija merecía. Para su progenitora nunca fue lo suficientemente guapa, alegre o brillante, y su relación entró en barrena cuando Françoise se casó con Jean-Pierre Meyers, nieto de un rabino víctima del holocausto. Este detalle no tendría importancia si no fuera porque su abuelo y fundador de L’Oréal, Eugène Schueller, fue un conocido colaborador nazi que llegó a ser juzgado por ello. Y la propia Liliane Bettencourt, como se comprueba en la docuserie, mostraba su preocupación por los rasgos judíos de sus nietos, los hijos de Françoise.

Foto: Françoise Bettencourt-Meyers, en un fotomontaje elaborado por Vanitatis.

Hacia 2007, los regalos realizados por Liliane Bettencourt a Banier ascendían a la escalofriante cantidad de 1.300 millones de dólares. Cuadros de Picasso, Mondrian o Juan Gris, y dos seguros de vida a su nombre eran algunos de esos presentes derivados de situaciones de abuso a una mujer que ya entonces era octogenaria. En muchas de las grabaciones se observa la voz cansada, desorientada y confundida de la millonaria, y fue su propia hija la que denunció a Banier por estafar a su madre, aprovechándose de su delicada situación. Gracias a los testimonios de la contable personal de Bettencourt y de otros miembros de su 'séquito' personal, además de las impactantes y numerosas grabaciones, la hija de la rica heredera le llevó a los tribunales acusándolo de abuso sistemático supuestamente ejercido sobre su madre, una anciana que ya entonces mostraba signos de cierta demencia y vulnerabilidad física e intelectual.

Una demanda que sacó a la luz otros muchos escándalos en los que se veían involucrados Eric Woerth, ministro de trabajo de Sarkozy, así como el propio presidente, acusados de recibir dinero de Bettencourt para financiar ilegalmente la campaña presidencial (algo que nunca se pudo demostrar).

placeholder A la izquierda, Liliane Bettencourt en un desfile de Giorgio Armani. (Getty Images)
A la izquierda, Liliane Bettencourt en un desfile de Giorgio Armani. (Getty Images)

Tras años de batallas judiciales en el que fue un escándalo sin precedentes, y con la acusación de soborno contra la propia Françoise Bettencourt, ambas partes decidieron llegar a un acuerdo. A la anciana Liliane se la apartó de sus funciones y su tutela se le otorgó, por decisión judicial, a su nieto mayor.

Falleció en 2017, momento desde el que su hija pasó a ocupar, hasta hoy, el puesto de la mujer más rica de Francia. Una vuelta a la vida discreta y privada para la nueva heredera que se ha visto de nuevo interrumpida con el éxito de esta docuserie, en la que participan numerosos testigos involucrados en el escándalo y que, seguro, no habrán gustado nada a la millonaria Bettencourt.

Discreta y privada, aunque la serie de Netflix, con numerosos testimonios de personas clave en todo el proceso, haya puesto a la familia en el primer plano. Después de la tormenta llegó la calma.

La heredera del famoso imperio de productos cosméticos fue espiada durante meses en su propia casa. Y gracias a esas grabaciones quedaron al descubierto numerosos comportamientos de abusos y estafas, perpetrados por ella misma y también contra ella, que destaparon uno de los escándalos con mayor impacto mediático de los últimos años y convertido en una exitosa docuserie de Netflix.

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