Si los neuromoduladores te están durando menos, alarga el efecto así
Hay una rutina cosmética que puede potenciar la duración del tratamiento antiarrugas por excelencia, dicen los expertos
La tribu de los adeptos al tratamiento con neuromoduladores (habitualmente conocido como toxina botulínica), un 42% de los usuarios de medicina estética, lo tiene muy claro: no hay sustituto posible a la hora de eliminar las arrugas de expresión.
Y es cierto, no existe un procedimiento igual, porque es el único capaz de bloquear la musculatura que nos hace fruncir. “Es capaz de relajar las fibras musculares, que son las responsables de las arrugas que aparecen en la cara cuando gesticulamos”, explica el Dr. Maged, de MIMA Clinic, médico estético colaborador de la firma cosmética Byoode.
“La piel entra en un estado de reposo, ya que no sufre el estrés de la contracción continuada, pero no hay que olvidar que debemos trabajar también específicamente los tejidos adyacentes para acabar de ver el cutis tan bien como nos gustaría. Con los cosméticos puedes reafirmar el tejido, y con la ayuda de neuromoduladores y una buena rutina de skincare la piel se ve más firme, tersa y joven”, añade.
Además de alisar las líneas de expresión, los neuromoduladores, al relajar los músculos, aportan más flujo de oxígeno y nutrientes a la piel y mejoran su vascularización. Por eso, unos días después de haberse hecho el tratamiento, la piel se ve más luminosa.
El peligro de querer más
La duración del tratamiento es de unos cuatro meses, más o menos. Si eres de quienes recurren a él de forma regular, es muy probable que cada vez quieras pincharte antes; es decir, que pasado ese tiempo estés contando los días para volver de nuevo a consulta, porque te has acostumbrado a dejar de ver arrugas allí donde ha llegado la aguja.
La experta en estética Natividad Lorenzo, con centro homónimo, observa tres peligros entre quienes recurren a estos tratamientos. “El primero es el de no dejar que pase suficiente tiempo entre sesiones; el segundo es el de comenzar cuando aún se es demasiado joven. Y el tercero es el de abandonar el cuidado de la piel en cabina e incluso en casa”.
Para poder distanciar al máximo cada administración es importante que se acompañe de activos cosméticos capaces de alargar los resultados de los también llamados bloqueadores musculares.
Para Natividad Lorenzo, la clave está en dos: el Argireline (nombre comercial del acetil-hexapeptido-8), un activo de origen sintético diseñado para imitar el efecto del tratamiento antiarrugas y lograr una menor contracción muscular, y el Matrixyl, un péptido que funciona estimulando la producción de colágeno, proteína estructural clave que forma la matriz extracelular de la piel y que proporciona soporte, firmeza y elasticidad.
Regenerar, la clave
El Dr. Maged recomienda acudir a cosméticos que promuevan la regeneración celular para que la piel, además de tener un buen sostén, cree una nueva síntesis de colágeno y elastina. Los elegidos son los retinoides, los péptidos, los hidroxiácidos y algunas vitaminas como la C, que para sacarle partido a los neuromoduladores, tienen que combinarse. Por la mañana, la vitamina C es antioxidante, y de noche, tiene una función regenerante.
Los péptidos trabajan para sintetizar colágeno y elastina y potenciar la firmeza y la luminosidad; se pueden aplicar de mañana o noche. Luego está el DMAE, un ingrediente menos conocido pero de los pocos con eficacia a la hora de combatir la falta de firmeza; es un precursor de los neurotransmisores que envían señales al músculo para que esté firme. Una rutina rica en DMAE puede alargar un poco los efectos de los neuromoduladores porque, cuando dejan de hacer efecto, este compuesto ya ha hecho su ejercicio tensor en el músculo y, esto podría alargar el tiempo entre procedimiento y procedimiento.
Y si hablamos de regeneración, los retinoides están en el top: son el ingrediente más célebre (y con más estudios científicos que lo respaldan) para difuminar surcos, regenerar, tensar la piel y darle luz. Eso sí, su uso principal es de noche. En cuanto a los alfahidroxiácidos (AHA'S), no son necesarios a diario, sino, como mucho, en días alternos (o un par de veces por semana). Hablamos de ácido glicólico, láctico, mandélico o gluconolactona: aportan esa renovación y luminosidad que la piel necesita para estar sana, jugosa y con menos arruguitas.
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Sérum iluminador Brightening Sprots Ecstasy, de Byoode. Este sérum tiene tres tipos diferentes de vitamina C que mejoran la luminosidad y pulen la piel.
Crema antiedad Retinol+Vitamina C, de Farma Dorsch. Combina los dos potentes activos antiedad con vitamina E y Q10 para hidratar, reafirmar y atenuar manchas y líneas de expresión.
Crema Retinol Proage 0,15% Renewal Night de Casmara. Tiene retinol puro que aumenta la síntesis de colágeno, difumina arruguitas y da luz. También lo tienes con una concentración más alta del 0,3%.
Crema antiarrugas de expresión, de Natividad Lorenzo. Combina Argireline y Matrixyl 3000, específicamente para alargar los efectos de los neuromoduladores inyectables y evitar el exceso de su uso.
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