Si vas a introducir el retinol en tu rutina diaria, esto es todo lo que debes saber
Cuando se comienza a utilizar retinol en la rutina de belleza, la piel necesita un tiempo para adaptarse a este cosmético que se llama periodo de retinización. Esto es todo lo que tienes que saber sobre él
El retinol es el activo cosmético que dermatólogos y demás expertos de la piel recomiendan por su gran poder antienvejecimiento. Es capaz de mejorar líneas de expresión, arrugas, manchas, cicatrices de acné y la textura de la piel, pero también revierte el fotoenvejecimiento, cierra los poros y aumenta la síntesis de colágeno. Pero es necesario saber usarlo correctamente para obtener los mejores resultados y tener en cuenta que la piel debe pasar por un periodo de retinización para adaptarse a él.
“Este es el tiempo que transcurre durante el proceso en que la piel se acostumbra al uso de retinol. La duración es variable, pero por regla general será a las seis semanas cuando la dermis admita el empleo del retinoide a diario”, explica Natividad Lorenzo, directora del centro de estética homónimo. Por eso es importante comenzar a utilizar este activo de manera progresiva e ir aumentando la dosis a medida que la piel se va acostumbrando a él. ¿Cómo? Las dos primeras semanas se debe aplicar tan solo dos noches (siempre que no sean días consecutivos), las semanas 3 y 4 una noche sí, dos no; la semana 5 en noches alternas y a partir de la sexta semana ya se puede aplicar todas las noches.
Y decimos noches porque “el sol y el retinol no se llevan bien, aunque la piel ya esté retinizada. Como se trata de un activo fotosensible (pierde eficacia en contacto con los rayos UV) su uso nocturno, así como la aplicación de un fotoprotector potente por la mañana, es un requisito indispensable para evitar que la piel se sensibilice en exceso”, reconoce la esteticista Marta García, directora del centro de belleza homónimo, quien también recuerda que para recibir el retinol la piel debe estar impoluta y seca, así como “usar la dosis justa de producto y esperar unos 15 minutos antes de aplicar otro cosmético para que el activo penetre correctamente. Y evitar su empleo en el contorno de los ojos, a no ser que sea una fórmula específica para esta área”.
Si vas a introducir este ingrediente en tu rutina de cosmética, como norma general, Lorenzo aconseja que “una piel sensible o no retinizada comience por un retinyl palmitate y proseguir, cuando ya se halla retinizado, por un retinol 0,3% o un retinaldehído. Más adelante la piel puede pasar a un 0,5% o incluso a un 1% de concentración”. Y otro factor a tener en cuenta es que “está demostrado que si el principio activo va liposomado o con nanoesferas, la reacción de la piel es menor y eso es importante para la gente que no quiere pelarse o para prevenir reacciones; por no hablar de que en estos casos las propiedades del retinol duran más”, agrega.
Una advertencia relevante a tener es cuenta es que “no puedes combinarlo con activos exfoliantes como los alfa o los betahidroxiácidos y sí debes acompañarlo de una buena rutina de hidratación, ya que la piel puede sufrir deshidratación”, advierte la farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia. Sus aliados serán ingredientes cosméticos, emolientes e hidratantes como ácido hialurónico, ceramidas o vitaminas C, E y F, que ayuden a restaurar el manto hidrolipídico cutáneo y palíen la sequedad y tirantez que se puede experimentar.
Además, es fundamental que sepas que el uso de ácido hialurónico cuando se está en tratamiento con retinol es imprescindible. Esto se debe a que “el AH es el principal componente de la matriz extracelular y se encuentra en grandes cantidades en la piel. Se sintetiza esencialmente por los fibroblastos y también por los queratinocitos epidérmicos. Puede alojar muchas moléculas de agua, que ayudan a mantener la hidratación y viscoelasticidad normal de la piel. Por ello compensa la actividad irritativa y secante que los retinoides realizan durante el periodo de retinización”, explica la directora del centro de estética Natividad Lorenzo.
Qué hacer y qué no durante la retinización
“El empleo del retinol es seguro. Pero puede provocar irritaciones, sequedad, inflamación, tirantez, picor e incluso descamación si no se hacen las cosas bien”, advierte Lorenzo. Es más, si sigues las pautas adecuadas, puede ocurrir que aparezcan pequeñas irritaciones o síntomas como sensación de picor, que desaparecerán en cuanto espacies más su uso. “Son estas irritaciones las que nos estarían diciendo que hay que ralentizar el proceso”, añade la experta, que a continuación detalla lo que sí debes hacer y lo que no durante el proceso de retinización.
Los síes durante la retinización:
Obtener un diagnóstico y una opinión profesional antes de empezar.
Seguir las pautas dadas por el/la profesional.
Ser paciente, ir paso a paso, no tener prisa.
Usar limpiadores suaves y calmantes; mejor si son específicos para pieles sensibles.
Hidratar muy bien la piel con una crema indicada que restaure la barrera lipídica.
Si hay irritación, dejar de aplicar temporalmente el retinol.
Aplicar solo por la noche sobre la piel limpia y seca.
Mientras dure el tratamiento con retinoides utilizar a diario un fotoprotector alto.
Los noes durante la retinización:
No utilizarlo sin una prescripción profesional, sobre todo en caso de enfermedades autoinmunes, donde será mejor realizar una prueba previa de tolerancia.
No tomar el sol, ni siquiera el débil que hay en invierno.
No utilizar si se está en tratamiento con ácidos.
No hacerse tratamientos en cabina sin avisar al profesional de que estás usando retinol.
No descuidar el resto de la rutina de cuidado de la piel (limpieza, hidratación, contorno de ojos…).
No acompañar del uso de corticoides tópicos.
No mezclar diferentes retinoides.
No desoír lo que nos dice la piel y no seguir con el tratamiento cuando aparezcan irritaciones; hay que tener paciencia y espaciar las aplicaciones para conseguir que la piel finalmente se retinice.
El retinol es el activo cosmético que dermatólogos y demás expertos de la piel recomiendan por su gran poder antienvejecimiento. Es capaz de mejorar líneas de expresión, arrugas, manchas, cicatrices de acné y la textura de la piel, pero también revierte el fotoenvejecimiento, cierra los poros y aumenta la síntesis de colágeno. Pero es necesario saber usarlo correctamente para obtener los mejores resultados y tener en cuenta que la piel debe pasar por un periodo de retinización para adaptarse a él.