¿Haces ejercicio para adelgazar y perder peso pero lo ganas? Te contamos los motivos

Hacer ejercicio de forma regular es una de las recomendaciones de todos los expertos para llevar una vida saludable. Nos ayuda a sentirnos mejor y libera endorfinas y serotonina, que influyen en nuestro estado de ánimo haciendo que nos sintamos más felices.

Pero otro de los motivos para comenzar a hacer ejercicio tiene que ver con adelgazar y perder peso. Todos los expertos recomiendan una alimentación equilibrada y hacer deporte de forma regular para conseguir resultados.

Sin embargo, hay veces en las que, una vez que hemos comenzado a hacer ejercicio, vemos cómo la báscula nos juega una mala pasada. En lugar de perder peso, tal y como queríamos, lo estamos ganando. ¿Es porque estamos haciendo algo mal?

Puede suceder, pero lo cierto es que se trata de una reacción muy habitual en el cuerpo humano. Esto es así porque, al comenzar a hacer ejercicio físico, tu cuerpo tiene que adaptarse, acumulando nutrientes, agua y perdiendo la grasa acumulada.

Pero también está ganando músculo y es por eso que no consigues los resultados que esperabas en tu báscula. El músculo pesa más que la grasa, por lo que este cambio hace que tu peso aumente. Por eso hay otras maneras de comprobar tus progresos.

Una solución es medirte en lugar de pesarte. Con una cinta métrica podrás observar la pérdida de volumen, que es señal inequívoca de los avances que estás consiguiendo gracias a estos nuevos hábitos deportivos y alimenticios que has incluido en tu vida.

Este no es el único motivo por el que podemos subir de peso tras comenzar a hacer ejercicio, hay muchos factores que influyen en ello y puede ser que estemos descuidando alguno, el más habitual es la alimentación.

Por ejemplo, si cuando comenzamos a hacer ejercicio no modificamos también nuestra dieta y continuamos comiendo productos poco saludables o muy ricos en grasas saturadas, será más difícil que notemos los resultados.

También puede suceder que, gracias a la nueva actividad física que estamos realizando, tengamos más hambre, por lo que comencemos a comer más. Así estaremos recuperando la energía que quemamos, por lo que hay que acompañar el ejercicio con una dieta adecuada.

Por eso es indispensable no desfallecer y, sobre todo, no esperar resultados inmediatos. Conviene mirar hacia el futuro, ya que lo que buscamos, además de perder peso y sentirnos sanas, es un cambio de hábitos a largo plazo, que nos ayuden llevar una vida más saludable y mantenernos en forma.