Así son las casas de Aznar Jr: una con la sombra del derribo y otra en obras eternas

Aznar Jr, el hijo de los expolíticos José María Aznar y Ana Botella, es uno de los habitantes de Marina Isla de Valdecañas, en Cáceres, la isla situada en el corazón del pantano del que toma el nombre que pende de una orden de demolición. Un reducto de vips comercializado en su día por Beltrán Gómez-Acebo y Jaime López-Ibor que está pendiente del dictamen del Consejo Superor de Investigaciones Científicas, que se publicará en junio. Aznar Botella, que contrajo matrimonio el 17 de diciembre de 2011 con Mónica Abascal, es titular al cien por cien de esta propiedad, que no comparte (en el registro) con la madre de sus tres hijos.

El más discreto de los Aznar tiene un chalet allí de 260 metros cuadrados útiles con 4 dormitorios y un porche con vistas al embalse. Él y otros famosos como el mismo Gómez-Acebo, López-Ibor, Vega-Penichet​ -aunque también los hay de la farándula, como el cantante Carlos Baute- y otros menos conocidos pero con puestos privilegiados en el Banco Santander, Banca Rothschild, Telefónica, Bank of América o Credit Suisse están pendientes del informe ambiental del CSIC, que tiene por objeto valorar las consecuencias de la construcción del complejo residencial y turístico en un paraje protegido medioambientalmente. El dictamen se espera con impaciencia, después de la sentencia del Tribunal Supremo que declaró ilegal Marina Isla de Valdecañas, la llamada Marbella extremeña, situada entre los términos municipales de El Gordo y Berrocalejo. Y todos los poderosos habitantes de la isla están presionando a su manera.

Mónica Abascal, la mujer del hijo de Aznar, no es como Andrea Pascual, que postea todas sus andanzas en la isla, pero lo cierto es que van. Otro de los famosos defensores de Valdecañas es Fran Murcia, el ex de Lara Dibildos, que organiza campamentos y actividades de 'team building' para ejecutivos en este lugar con éxito.

Las obras de El Viso

José María Aznar Botella adquirió hace un año un chalet en El Viso, muy cercano al paseo de la Castellana, como ya contó en exclusiva este medio. Este inmueble llevaba casi una década en venta y sus propietarios han ido bajando el precio desde los 3,1 millones que pedían originalmente a los 1,8 por los que se ha cerrado la operación. Un precio que Aznar puede doblar con las obras de la vivienda, que necesita una reforma integral, lo que dificultaba su venta. Un pelotazo para inversores porque la ubicación y el vecindario son premium y él lo ha sabido ver. Y por eso ha pedido 1,4 millones de hipoteca.

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A.S.

La casa ocupa una superficie gráfica de 310 metros cuadrados, de los cuales hay dos plantas que rondan los cien metros, un sótano de 107 y un almacén en el jardín de 30. No está muy lejos de otra que tuvo la familia de Ana Botella.

Lo curioso es que casi 365 días después de su compra la casa sigue en obras sin ninguna señal de avance. En la fachada de inmueble hay un cartel que indica que el expediente se inició en julio de 2017 (la casa se compró el 8 de mayo de 2017). En tres meses se cumple un año desde el inicio de las obras y la casa se encuentra en un estado muy primario.

El expediente se encuentra a nombre de Mónica Abascal, que no es titular de la vivienda, y allí se detalla "acondicionamiento puntual en vivienda unifamiliar". Algo muy contrario a lo que muestran las fotografías, que revelan que la obra es integral. Una singular manera de ahorrar.