Isabel Flores, mujer de Adolfo Suárez Illana: la 'candidata' colateral del Partido Popular
Hasta ahora la suya había sido una vida en las sombras, de carácter anónimo y alejada de los medios. Pero eso está a punto de cambiar por la carrera política de su marido
Hasta ahora Isabel Flores Santos-Suárez, casada con Adolfo Suárez Illana, ha mantenido un perfil invisible. Nunca ha sido personaje ni lo quiere ser. De las pocas veces que se la ha visto en actos públicos fue acompañando a su marido y familia cuando falleció el presidente Suárez el 23 de marzo de 2014.
Siempre ha permanecido en un segundo plano, sin llamar la atención y alejada de la vida social de la que no forma parte por decisión propia. Hija del ganadero Samuel Flores y de Isabel Santos-Suárez Barroso (Lili), su vida puede dar un vuelco en el aspecto más público al presentarse su marido como número 2 en la lista del Partido Popular en las próximas elecciones generales.
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En los momentos más complicados en la vida de Suárez Illana, Isabel ha sido su máximo apoyo como así se ha demostrado a lo largo de su vida en común. Y no solo cuando su marido padeció un cáncer hace cinco años, sino también ante las tragedias que han golpeado a su familia política.
Isabel y Adolfo se conocieron cuando ella acababa de cumplir los 18 años en una montería en El Palomar, la finca propiedad de Samuel Flores en Albacete. Un campo al que ha acudido en muchas ocasiones don Juan Carlos para practicar una de sus aficiones preferidas, la caza. Tanto de venados y jabalíes como de perdices. El monarca batió dos plusmarcas que tiempo después se las arrebataría Juan Abelló.
Un negocio familiar
Isabel colabora con sus padres (y sobre todo con su madre) en la explotación de esta finca en la que se encontró por primera vez con su futuro marido. Cada semana llegan grupos de extranjeros a los que hay que recibir, acomodar y adecuar horarios e intendencia gastronómica. Es gente con un nivel muy alto que quiere lo mejor y en El Palomar lo encuentra. Cuando termina la temporada empiezan los campamentos de verano para niños y adolescentes. Froilán y Victoria Marichalar Borbón han acudido varias temporadas a estas convivencias que resultan muy atractivas por el deporte y las actividades en plena naturaleza.
Isabel y Adolfo se casaron el 18 de julio de 1988 en la iglesia de la Asunción de Villahermosa (Ciudad Real) y el rey Felipe fue uno de los testigos. El templo lo eligieron los novios por la proximidad a la finca familiar de los Flores.
Entre los invitados, los Reyes eméritos y el príncipe Felipe (que fue testigo), ministros de aquella época como Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja, el entonces presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, y los presidentes Aznar y Calvo Sotelo. En esta lista también estaban los reyes de Bulgaria, y precisamente Simeón y el infante Carlos de Borbón Dos Sicilias fueron testigos en el enlace de los padres de Isabel treinta años atrás.
El matrimonio tiene dos hijos, Adolfo y Pablo, ya mayores de edad, que estuvieron muy presentes tanto en el funeral como en los actos que se organizaron en el Congreso de los Diputados.
Tranquila, solidaria y amante del campo
Los que han tratado a Isabel Flores la definen como una mujer muy sólida, tranquila, volcada en su familia, amante del campo y muy implicada en una ONG con sede en Vietnam que ofrece un futuro a niños desprotegidos. Aseguran que “pocas veces la verán en fiestas sociales salvo que sea por un tema de amistad, que entonces se vuelca aunque no le guste”. Entre sus amistades se encuentran las hermanas Barreiros Spínola y Cotoner, cuyas fincas eran colindantes con Los Alcornocales, otra propiedad de Samuel Flores.
Al grupo de amigos se unen las hermanas Borbón-Dos Sicilias, Patricia Rato, Espartaco, Enrique Ponce, Paloma Cuevas, el matrimonio Yanes, los primos Barroso o Carla Royo y su marido, Kubrat de Bulgaria. El matrimonio tiene en su casa la famosa foto de don Juan Carlos pasando el brazo sobre el hombro del expresidente cuando ya había olvidado quién era. Esa imagen fue captada por Suárez Illana, que tiempo después se la dedicó a sus amigos los príncipes de Panagyurishte.
Durante los veranos, Isabel Flores y Adolfo Suárez Illana se instalan con sus hijos en la casa que tienen en la urbanización Sol de Mallorca, donde también pasa sus vacaciones la infanta Pilar. Tampoco hacen vida social más allá de reuniones en casas de amigos o en la suya propia y por el día navegan en familia. Esta tranquilidad en la vida de Isabel puede cambiar con la decisión de su marido de convertirse en diputado del Partido Popular.
Hasta ahora Isabel Flores Santos-Suárez, casada con Adolfo Suárez Illana, ha mantenido un perfil invisible. Nunca ha sido personaje ni lo quiere ser. De las pocas veces que se la ha visto en actos públicos fue acompañando a su marido y familia cuando falleció el presidente Suárez el 23 de marzo de 2014.