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Los escoltas de Borja Thyssen tratan de cubrirle en su primer juicio por fraude fiscal
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Los escoltas de Borja Thyssen tratan de cubrirle en su primer juicio por fraude fiscal

Los cuadrantes de las empresas de seguridad que escoltaban a Borja, aportados a la causa, constituyen una de las grandes bazas de la acusación

Foto: Borja Thyssen, llegando a los juzgados. (EFE)
Borja Thyssen, llegando a los juzgados. (EFE)

¿Dónde vivió Borja Thyssen la mayor parte del año 2007? ¿En España, como sostiene la Fiscalía y la Abogacía del Estado, o en Andorra, como ha declarado él este miércoles en un juzgado de Madrid? El juicio por delito fiscal no ha despejado del todo la incógnita de si el año de su boda debería haberse declarado también a Hacienda. Pero sí ha dejado algo claro: los escoltas del acusado son hombres de palabra. Lo que pasa es que a veces cambian las palabras. Contra lo declarado en instrucción, y para sorpresa de la fiscal, que en parte había apoyado su acusación en aquellas declaraciones, hoy resultó sorprendente que no los hubiera citado en exclusiva la defensa. Aunque en ese caso la risita de uno de ellos habría tenido aún menos gracia para el acusado.

Como siempre, el acusado declaró primero. “Alejandro, acérquese, por favor”, le invitó el juez. Alejandro Borja Thyssen-Bornemisza Cervera, traje oscuro, camisa clara, sin corbata pero con gemelos, respondió a todas las partes: a la Fiscalía, la abogada del Estado (Rosa María Seoane, conocida como acusadora también en el juicio del procés celebrado en el Tribunal Supremo) y a su abogado. Las acusaciones sostienen que en 2007 vivió en España la mayor parte del tiempo y que aquí debería haber declarado los 1,4 millones de euros que recibió por las exclusivas a la revista '¡Hola!' sobre su boda con Blanca Cuesta y su primer hijo. Según él, vivió en Andorra, en un piso de soltero. “Los problemas familiares” con su madre, Tita Cervera, habían empezado tiempo atrás y consideró que “no era apropiado seguir bajo su techo”. En consecuencia no tenía por qué hacer declaración de la renta en España y no la hizo.

placeholder Blanca Cuesta y Borja Thyssen. (Getty)
Blanca Cuesta y Borja Thyssen. (Getty)

Pero si vivía en Andorra, como él sostiene, ¿por qué tuvo el año entero un servicio de escolta contratado (aunque la factura la abonaba Tita, el concepto especifica que protegían a Borja)?, le han preguntado. “Mi madre se había vuelto muy paranoica con la seguridad desde que salió el apellido en la lista de ETA”, ha dicho en su descargo. El apellido era Thyssen, por el barón que hizo baronesa a su madre, Tita Cervera, y heredero a él. El hijo del barón ha asegurado que él solo venía a España “los fines de semana”. ¿El año que se casó no vio usted a su mujer? “Todos los fines de semana: o subía ella o bajaba yo”. Las explicaciones sobre qué hacía en Andorra ("Trabajaba en las empresa patrimonial de la familia, me ocupaba de los terrenos") no han sonado muy convincentes tampoco, pero no le correspondía a él en todo caso probar que residía en el aquel entonces paraíso fiscal, sino a las acusaciones que vivía en España.

"Yo no rectifico nada"

Los cuadrantes de las empresas de seguridad que escoltaban a Borja, aportados a la causa, constituyen una de las grandes bazas de la acusación. Y hasta hoy, también las declaraciones de los escoltas en el juzgado de instrucción. Sin embargo, este miércoles todos han tratado de corregir el tiro, quitándole hierro a lo que explicaron en su día: que trabajaron durante meses, en permanente contacto con el acusado y siempre en territorio nacional. Tan susceptibles estaban que el primero de ellos (cuya declaración no estaba alejándose demasiado) cuando la fiscal le ha preguntado si “ratificaba” lo dicho en instrucción, ha respondido: “Yo no rectifico nada”. Otro, preguntado cómo es que ha recordado ahora lo contrario de lo que contó en instrucción, ha dicho que se lo reveló su pareja: “No, cariño, recuerda que hablábamos todos los días y me decías que estabas solo y que solo te ocupabas del acceso a la casa”, ha dicho, en referencia a la casa que Borja Thyssen y Blanca Cuesta tienen en Ibiza. Los escoltas dormían en una casa anexa a la principal, en el municipio de Santa Eulalia.

placeholder Borja Thyssen, a su llegada al juzgado. (EFE)
Borja Thyssen, a su llegada al juzgado. (EFE)

Pero el peor, o el mejor (según se mire), ha sido David Martínez López, jefe del equipo de escoltas, que ha empezado por el final: “Yo pertenecía a la baronesa”, ha dicho. “No le he preguntado a quién pertenecía, sino a quién escoltaba”, le han recordado. “Tengo dudas, yo prestaba servicios cuando él venía aquí esporádicamente”, ha respondido. La fiscal se ha hartado. “Esto no es lo que nos ha contado hasta ahora”, ha dicho, y ha pedido que se mostrara al testigo el cuadrante con todos los días que había trabajado como escolta personal de Borja Thyssen durante los tres primeros meses de 2007, según consta en autos. Al verlo, el testigo ha dicho que era la “primera vez” que veía un cuadrante así y, a partir de ahí, su credibilidad ha quedado suspendida en el aire.

El desmemoriado Martínez

A preguntas de Seoane, la abogada del Estado, el escolta Martínez ha tratado de hacer el mismo agujero, pero por el otro lado del tabique: “Estando de servicio yo, entre semana, él solía venir los fines de semana, que yo recuerde”, ha dicho, y a continuación se le ha escapado la risa, esa risita, irónica, o de puro nervio, que ha resultado más significativa quizá de lo que convenía a la tesis de la defensa. El abogado de Thyssen, Pedro Mejías, ha optado por preguntar a los escoltas si eran capaces de recordar todos y cada uno de los días que habían trabajado con Borja Thyssen, el límite de 183 días, la mitad del año, es lo que inclinará la balanza del juez en un sentido u otro. Y no, ninguno ha sido capaz. El problema es que después de Martínez ha declarado el director de la empresa de seguridad y ha explicado que el desmemoriado Martínez era “el jefe de equipo” y “el que hacía los cuadrantes”. Pero puede, claro, que no hiciera justamente el del folio que le han mostrado hoy.

¿Dónde vivió Borja Thyssen la mayor parte del año 2007? ¿En España, como sostiene la Fiscalía y la Abogacía del Estado, o en Andorra, como ha declarado él este miércoles en un juzgado de Madrid? El juicio por delito fiscal no ha despejado del todo la incógnita de si el año de su boda debería haberse declarado también a Hacienda. Pero sí ha dejado algo claro: los escoltas del acusado son hombres de palabra. Lo que pasa es que a veces cambian las palabras. Contra lo declarado en instrucción, y para sorpresa de la fiscal, que en parte había apoyado su acusación en aquellas declaraciones, hoy resultó sorprendente que no los hubiera citado en exclusiva la defensa. Aunque en ese caso la risita de uno de ellos habría tenido aún menos gracia para el acusado.

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