El Messi empresario se pone las pilas ante la crisis de la hostelería y su gafe en negocios

No están siendo buenos tiempos para los negocios, menos para los turísticos. Así que los empresarios, en especial los hosteleros, se han puesto manos a la obra para promocionar sus destinos. Así lo ha hecho también Leo Messi, a quien la fortuna empresarial no le sonríe. El astro argentino no suele hacer publicidad de sus inversiones, algo que algunas veces lamentan quienes se asocian con él. Pero esta vez la cosa va en serio y Messi, de vacaciones en Ibiza, ha querido mostrar su apoyo al hotel que compró en 2018.

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Ese año, Messi entró, a través de MiM, su marca conjunta con Majestic, en la compra del hotel Es Vivé de Ibiza, que pasó a llamarse MiM Ibiza. Reformado en 2014 por completo, suma una cincuentena de habitaciones y está inspirado en el estilo art déco.

Desde el Grupo Majestic nos cuentan que la visita del jugador fue por iniciativa propia. De él y de Luis Suárez y sus respectivas mujeres: todos pasaron el día en el hotel. "Y estuvieron tan bien cuidados que lo agradecieron públicamente", añaden.

El de Ibiza no es el único hotel del futbolista. Tiene hoteles en Sitges, en Baqueira y en Mallorca. Este último se ha convertido además en un quebradero de cabeza para el campeón. El delantero argentino, que suma varios fracasos empresariales, tiene que añadir varias denuncias laborales por despido improcedente de trabajadores del hotel mallorquín. La demanda, que ha prosperado en los juzgados, es relativa al único negocio que parece que a la Pulga le funciona.

Batalla judicial

El año pasado, seis trabajadores del hotel Fona, en Mallorca, fueron despedidos. La empresa lo justificó por “causas económicas”, pero dos de los empleados pusieron una demanda ante los juzgados, que la han aceptado a trámite. La denuncia de estos dos trabajadores fue contra Explotaciones Rosotel, de la familia Messi, y Biniaraix SA, la antigua propiedad del establecimiento. Un juzgado de lo social de Palma será el que celebre sendas vistas en los próximos meses después de que las partes no llegaran a un acuerdo en el tribunal de mediación.

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Este es el último varapalo a la faceta de empresario de Messi, que no logra que sus negocios funcionen. Ni su restaurante, ni su inmobiliaria, ni siquiera la zapatería de su mujer. Los hoteles son (o eran) las únicas sociedades en las que parecía que no había problemas.

Parece que Messi le ha visto las orejas al lobo. Su actitud ante el hotel ibicenco nada tiene que ver, por ejemplo, con la que mostró ante el restaurante Bellavista del Jardín del Norte, que tenía que convertirse en símbolo de la buena comida en una de las zonas más frecuentadas de Barcelona pero que tuvo que cerrar ante la falta de rendimiento. Messi no apareció demasiado por el establecimiento y fueron pocas las veces que colgó alguna foto del local en su Instagram.

No está siendo así con los hoteles, en especial con el de Ibiza. Este pasado fin de semana, la Pulga ha publicado varias imágenes de él y su familia en el MiM Ibiza Hotel, en las que da las gracias al personal por los esfuerzos realizados y recomienda el establecimiento. Una bocanada de aire para un negocio que vive momentos críticos.

Negocios extinguidos

La última decepción llegó con El Rincón de Rosario SL, sociedad que lideraba su hermano Rodrigo y en la que Leo aparecía como administrador solidario. La empresa, con la que gestionaba un restaurante en el centro de la ciudad, se ha extinguido. La familia aparece en el registro mercantil en numerosas empresas, cada una con un objeto social diferente. Jorge, su padre; Rodrigo, su hermano; Antonella, su mujer, y el propio jugador, todos han participado en algún negocio, desde restaurantes a zapaterías, y ninguno ha prosperado. Lo que parece que sí funciona de alguna manera son las sociedades de holding, con las que la familia gestiona parte de los ingresos del jugador.

Ahora, el delantero argentino se ha puesto las pilas, decíamos, para publicitar su hotel ibicenco justo cuando está de vacaciones en la isla. El establecimiento tiene una ubicación privilegiada, según cuentan en su página web: está cerca de la ciudad y a 50 metros de la playa de Es Figueretas. Además, la Platja d’en Bossa se encuentra a unos pocos minutos en coche. Su decoración está inspirada en el art déco, estilo de los años 20 a los 40, “mezclando las líneas gruesas y las amplias curvas del tiempo para capturar la esencia de una época pasada llena de elegancia y moda”. El hotel es conocido como ‘el más funky de Ibiza’, dicen en su web.