La Navidad más triste de Teresa Rivero, matriarca de la familia Ruiz-Mateos

Si este 2020 ha sido duro para todo, en el caso de Teresa Rivero ha sido infernal. Con sus seis hijos en prisión, condenada finalmente por el Supremo, la viuda de José María Ruiz-Mateos ha llegado a final de año con la salud muy tocada, tanto física como anímicamente. En noviembre llegó el susto grande, cuando por un accidente doméstico tuvo que ser operada de urgencia de la cadera y los médicos detectaron que sufría coronavirus.

La infección se complicó y llegó a convertirse en una neumonía. Así que estas Navidades, la matriarca de la familia Ruiz-Mateos se ha quedado semiencerrada en casa de su hija Almudena, en Boadilla del Monte, donde vive desde el otoño. “Está recuperándose, superó el covid y la neumonía, pero a estas edades una pequeña gripe te deja destrozado, así que imagínate todo lo que ha pasado”.

Hablamos con el entorno familiar y nos dicen que lo único que quieren Rivero y sus hijos es “tranquilidad”, que nadie la moleste. Por eso, vive semiconfinada, y es así como ha pasado las fiestas navideñas. Las más tristes de Rivero.

"Al límite"

El accidente doméstico fue una especie de puntilla al ‘annus horribilis’ de la expresidenta del Rayo Vallecano, aquella mujer superpoderosa que siempre pudo con todo. “Sigue siendo fuerte, muy fuerte, pero tiene 85 años y vive una situación yo diría que límite”, nos comentan. Protegida por sus hijas (los varones están todos presos), estuvo en casa de su hija Paloma, en El Puerto de Santa María, hasta que en otoño decidieron que estaba mejor en Madrid.

Y es aquí donde vive, en Boadilla del Monte, en casa de Almudena, enfermera, y su marido, el empresario Alberto Wicke. Tanto en Cádiz como en su casa a las afueras de la capital, trata de llevar una vida discreta y tranquila, según cuentan desde su entorno.

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Fue en noviembre cuando la expresidenta del Rayo Vallecano ingresó en el Hospital Puerta de Hierro, lo que se complicó, decíamos, cuando los médicos le diagnosticaron una neumonía producida por el contagio de coronavirus. "Lo ha superado todo pero necesita tiempo para recuperarse", insisten desde su círculo.

Cinco años de la muerte

En septiembre se cumplieron cinco años de la muerte del controvertido empresario. Dos de sus hijos, José María y Zoilo, lo pasaron aislados en la prisión de Aranjuez tras haber dado positivo en un test de coronavirus. La propia situación judicial de Teresa Rivero tampoco es demasiado halagüeña: en 2018, la Audiencia de Madrid le impuso una condena de siete años de prisión, decisión que recurrió.

En octubre de este 2020, la Sala Segunda del Tribunal Supremo ratificó la sentencia de la Audiencia y la condena a siete años de prisión, tanto a ella como al exapoderado del Rayo Vallecano, Jesús Fraile. El Supremo considera que ambos defraudaron 8,4 millones de euros a Hacienda en los ejercicios de los años 2009 y 2010. Tendrán que pagar entre los dos una multa de 16,8 millones de euros e indemnizar a Hacienda con la cantidad defraudada.

Con todos los hijos en prisión, los Ruiz-Mateos han visto cómo sus vidas daban un vuelco. Sus familias han tenido que vender propiedades y amoldarse a la nueva situación. “Todas las familias tienen una buena posición y las ayudan; ellas viven de alquiler, trabajan y reciben el apoyo de sus familias, ¿qué van a hacer si no?”.

"Fue el padre"

Ellos siempre han defendido su inocencia y suelen cargar al padre la responsabilidad de lo sucedido. “Los hijos están horrorizados porque consideran que no son culpables de lo que les ha llevado a prisión, que fue el padre quien lo complicó todo y ellos no pudieron defenderse”, señalan las mismas fuentes. Pero la justicia no lo vio del mismo modo: los seis hermanos fueron condenados por estafa en la compra de los hoteles Beverly Playa Paguera (en Mallorca) y Beverly Park Maspalomas (en Canarias).

La Audiencia de Palma les condenó a penas que rondan los seis años por un delito agravado de estafa y otro de alzamiento de bienes. Pero el Supremo rebajó la condena al anular el delito de alzamiento de bienes. Entraron en prisión en primavera de 2019. Los hermanos están pendientes de otro juicio, además.