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Obregón en los Yago: campanadas, emoción y el abrazo de Évole, los premios desde dentro
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NOCHE DE CINE

Obregón en los Yago: campanadas, emoción y el abrazo de Évole, los premios desde dentro

La actriz ha hecho su primera aparición pública (a excepción de las campanadas) desde la muerte de su hijo Álex para recoger un galardón a su contribución al mundo del cine

Foto: Ana Obregón, con un look firmado por Alejandro de Miguel. (Gtres)
Ana Obregón, con un look firmado por Alejandro de Miguel. (Gtres)

“Bueno, pues allá voy”, contestaba Ana Obregón con una sonrisa entre ilusionada, nerviosa y mil veces repetida en el photocall de los Premios Yago. “No pierdas la sonrisa”, le decía alguno de los reporteros gráficos. “Cuesta”, contestaba ella.

Cuesta. Ha pasado casi un año (se cumplirá el próximo mes de mayo) desde que la actriz perdiera a su único hijo, Álex, pero la vida le sigue costando a la que fuera durante años reina de la sonrisa y soberana de los posados veraniegos. Diez meses después del mazazo, Ana ha hecho su reaparición pública, la primera vez que se colocaba delante de un photocall, la primera que encaraba a los fotógrafos, la primera que se presentaba en un acto cuyo objetivo era, entre otros, concederle el Premio Yago de Honor. "Por su valentía y personalidad y por su carisma que la ha llevado a ser un rostro familiar, apreciado por todos los españoles", como explicaba el presidente y artífice de estos premios, el televisivo Santi Alverú.

Foto: Ana Obregón, en el photocall de los Premios Yago. (Gtres)

“Me parece cojonudo que le hayan dado el premio”, decía Évole al llegar a la cena en la que se escenificaba la entrega de los galardones, tanto el de Obregón, que era sin duda la estrella de la velada, como las otras categorías.

La reaparición

Había mucha expectación por comprobar en primera persona cómo se iba a desenvolver Ana después de tanto tiempo sin pisar un photocall. Desde que falleció su único hijo, Álex, en mayo de 2020, la actriz se recluyó en su propio mundo de dolor y duelo, y muy contadas han sido las ocasiones en las que se la había podido ver. Hasta que dijimos adiós a ese extraño año que nos trajo la mayor pandemia global sufrida por el planeta en siglos, Obregón no se materializó de nuevo en nuestras vidas de forma presencial, y lo hizo a lo grande: a través de las campanadas de TVE, donde no solo despedía el año más complicado de su vida sino que, de alguna manera, sembraba la esperanza a lo que estaba por llegar. Poco imaginaba que una de las alegrías llegaría en formato premio cinematográfico, aunque no es el primero que recibe: ya en 2012 el Festival de Cine de Mónaco premió toda su trayectoria.

Ana pasó, posó, pero no habló. Era la única condición que había puesto para ese primer cara a cara con su vuelta a la ‘normalidad’. Emocionada, ilusionada, con una sonrisa agridulce, como expectante, como recuperando la emoción de los focos, las fotos y los gritos de “Ana, aquí”, “por favor, a este lado”, “estás muy guapa, Ana”. Cuesta.

placeholder Ana Obregón, en el photocall de los Premios Yago. (Gtres)
Ana Obregón, en el photocall de los Premios Yago. (Gtres)

Risas y recuerdos

Los que solo recuerdan a la Ana de ‘Hotel Royal Manzanares’ o ‘Ana y los 7’ tal vez desconozcan que la actriz ha participado en más de 150 películas y trabajado con algunos de los directores más importantes del cine español, como ella misma recordaba cuando supo que este año, el galardón era para ella: “No sé si me lo merezco. Se lo merecen los directores y los equipos con los que he trabajado, porque he tenido la suerte de que me dirigieran los más grandes del Cine Español: Vicente Aranda, Fernando Colomo, Luis García Berlanga, Gonzalo Suárez…”, escribía en su cuenta de Instagram.

Durante la ceremonia, con mucho menos presupuesto que los Goya de Banderas, pero igual de mordaz que los Feroz, Ana, que estaba sentada al lado de Jordi Évole, reía las bromas de guion. Porque la risa es curativa, y ella ha sabido reír como nadie en este país.

Y llegó el momento. Su momento. Ana ha subido al escenario, se ha colocado junto al presentador y maestro de ceremonias por séptimo año consecutivo en los Yago, el chispeante Luis Fabra, y le ha pedido a la actriz un favor. Ella, medio temerosa, medio nerviosa, medio expectante por esta caja de sorpresas gamberra que son los Yago, le ha dicho: “¿Qué es?”. “¿Darías las campanadas conmigo?”. Dicho y hecho, eso sí, unas campanadas muy especiales que incluían los nombres de todos los Yago de Honor otorgados hasta el momento: Chiquito de la Calzada, Mariano Ozores, Ángela Molina… Como no podía ser de otra manera, el presentador deseaba un ‘feliz Yago Nuevo’ para Ana.

placeholder Ana Obregón, en los Premios Yago. (VA)
Ana Obregón, en los Premios Yago. (VA)

Después ha sido Fernando Colomo, el director con el que trabajó en ‘La vida alegre’, el que ha subido a entregar el premio, y ahí es cuando la actriz ha podido desplegar aquella personalidad exultante y divertida que ha quedado sepultada durante meses. “Estoy por descalzarme", decía la tercera vez que el tacón le hacía un feo con la tela que cubría el escenario. “Así parecería yo más alto”, contestaba Colomo. Risas. Recuerdos sobre el rodaje, Resines y muchas anécdotas.

Después Ana ha retrocedido en el tiempo hasta 1982, cuando debutó. “Llevo la friolera de 40 años delante de la cámara, pero qué privilegio… Como siempre digo, los premios pertenecen a todos ellos, directores, equipo..., y a todos ellos hay que agradecérselo porque son los que nos llevan”.

Justo antes de acabar sus agradecimientos, la actriz ha puesto el punto más melancólico de la velada: “Ahora desgraciadamente me ha tocado interpretar una película que no me gusta nada. Este personaje lo voy a defender de la forma más digna que pueda, y ¿sabes una cosa Fernando? Que este tipo de premios me están ayudando mucho, así que no me cansaré de agradecerlo, de verdad, muchas gracias”. Aplausos. Cuando ha ido a agradecérselo a su hijo, la voz se le ha quebrado y no ha podido concluir.

Lo curioso del caso es que en esta noche en la que otros recogían premios (Juan Diego Botto o el propio Évole), ha sido el presentador de La Sexta el que ha dedicado su premio a la actriz: “En este año de abrazos tan escasos, creo que todos habríamos querido abrazarla”.

“Bueno, pues allá voy”, contestaba Ana Obregón con una sonrisa entre ilusionada, nerviosa y mil veces repetida en el photocall de los Premios Yago. “No pierdas la sonrisa”, le decía alguno de los reporteros gráficos. “Cuesta”, contestaba ella.

Ana Obregón
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