José Antonio Abellán: un incendio y una confusión provocan preocupación en su entorno

El Tiemblo es un pueblo de Ávila localizado en un enclave natural que lo convierte en ideal, entre el Pantano del Burguillo y el Valle de Iruelas. Allí pasa sus vacaciones y casi el resto del año desde que la pandemia del covid-19 se llevó lo que hasta entonces conocíamos por normalidad, el periodista José Antonio Abellán. Y allí se encontraba el pasado fin de semana cuando, sin previo aviso como ocurre siempre con las catástrofes, tuvo lugar un incendio que ha durado tres días y que hasta el lunes no ha podido terminar de sofocarse.

Eran muchos los medios que publicaban que era en terrenos de El Tiemblo donde se había originado el fuego, pero nada más lejos de la realidad. La confusión es normal porque las delimitaciones en el campo son complicadas y en muchas ocasiones es difícil saber donde acaba una zona y comienza otra. Lo cierto es que, aunque ha sido muy cerca de este pueblo, el incendio ocurrió un poco más adelante, pasado El Tiemblo, en la zona que va desde Cebreros, un pueblo muy cercano, hasta el pantano anteriormente mencionado.

Llamadas de preocupación

La confusión ha dado lugar al alarmismo de familiares y amigos de José Antonio Abellán y de sus vecinos. Vanitatis ha podido hablar con él y ya más tranquilo nos aclara la confusión: “No, el fuego no ha sido en El Tiemblo, ha llegado más a la zona de Cebreros y de ahí por la carretera que va a El Barraco hasta el bar Candil. La verdad es que es una pena sea donde sea. Yo desde aquí lo podía ver desde el balcón, pero por suerte no nos ha llegado”.

Esta misma aclaración se la ha tenido que hacer a innumerables personas: “Claro, es que todo el mundo empezó a llamarme al leer la noticia porque son muchísimos los medios que han caído en la confusión, y me volvieron loco, porque toda mi gente sabía que yo estaba aquí. Pero se lo expliqué y listo. Estamos bien”. Y es que el pueblo es su refugio, ese lugar del mundo desde donde, aunque trabaja, se siente en paz, disfruta del placer del descanso, del aire puro y de la montaña.

Allí comienza su jornada al volante de 'La Jungla Radio' a las seis de la mañana, y a las once cuando acaba, dispone del resto del día para disfrutar de las bondades de residir en un pueblo pequeño. A sus 61 años está viviendo la vida exactamente como quiere vivirla. Pasó en el pueblo abulense el confinamiento junto a su hija Sharay y su mujer, Mara Calas, ambas periodistas también. Se trasladaron antes de que se decretara el estado de alarma y desde allí trabajó cada día, dejando constancia en su programa de lo mucho que le costó asumir la situación y sobre todo el cómo habíamos llegado a ella.

En aquel momento y con motivo de su 60 cumpleaños, Vanitatis también habló con el locutor, que confirmó que en su familia todos estaban bien y que lo único positivo, por poner humor al momento, era el no estar preocupado por la posible celebración de una fiesta sorpresa, pues confiesa que las odia.

Una larga carrera en la radio

Abellán es uno de los locutores de radio españoles más prolíferos, y es que ha trabajado en casi todas las cadenas nacionales. Comenzó en Radio Madrid con ‘Disc-jockey’ y luego se puso al frente de ‘Tocata’ en la televisión en RTVE. Más tarde fue y vino de distintas emisoras al frente de programas como ‘El tirachinas’ o ‘Tiempo de juego’ y llegó a ser director de deportes de La COPE y Punto Radio. Ha logrado grandes reconocimientos como los Premios Ondas, Antena de Oro y Micrófono de Oro. Desde hace siete años trabaja en la radio digital, al frente de ‘La Jungla Radio’ que se emite a través de internet cada mañana y donde podemos conocer el punto de vista del periodista de casi todos los temas de actualidad.

Una vez apaga el micro y sale del estudio, su familia es lo primero. Sus hijos ya son mayores y vuelan solos, y él sigue tan enamorado de su mujer como el primer día. En la conversación a la que hacíamos referencia líneas atrás, nos contaba como comenzó su relación: "Te pongo en situación. Está mal que yo lo diga, pero yo entonces era la estrellita de ‘Los 40’. Entonces había una emisora llamada Inter FM que contrató a un director argentino, y este señor decidió dividir el día en franjas horarias y al frente de cada franja puso a una chica. Estaba también Ana Rosa Quintana, por ejemplo. En la franja de las cuatro de la tarde estaba Mara. Yo estaba colgado de esa franja como oyente, y un día fui a la radio para invitarla a una Coca-Cola. Eso ocurrió un 9 de enero, y el 25 ya le pedí que se casara conmigo. Me presentó a su madre y le pedí su mano". Ahí es nada. A seguir disfrutando del amor, de la familia y del pueblo, y que todo lo malo quede, como en esta ocasión en un malentendido, aunque el incendio, fuera donde fuese, siga siendo una pena.