La fecha del próximo encuentro entre el duque de Segorbe y sus sobrinos en el juicio Medinaceli
La cita judicial tendrá lugar en el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Sevilla. "Desgraciadamente, no ha habido acuerdo", dicen los abogados
La herencia de la duquesa de Medinaceli se ha convertido en una especie de guerra de los Cien Años. Desde que los herederos de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba interpusieron una demanda contra su tío, el duque de Segorbe, en 2013, los retrasos en sede judicial han sido constantes. Hace un mes hubo una audiencia previa que se interrumpió por la cantidad de documentación aportada y el juez fijó nueva fecha para resolver el contencioso. Este nuevo encuentro será el 22 de noviembre en el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Sevilla. Han pasado 8 años desde que falleció la titular de la Casa Ducal y los nietos decidieron exigir lo que consideran suyo.
A pesar de las conversaciones que durante este tiempo han mantenido los letrados respectivos para llegar a un acuerdo, esto no ha sido posible como así confirman a Vanitatis: “Desgraciadamente, no ha habido posibilidad. Es una pena porque ya son muchos años. Se debía haber llegado e incluso aún estarían a tiempo el mismo lunes. Lo primero que hace un juez en la audiencia previa es exhortar a las partes a que lleguen a un acuerdo. Y esto figura en la ley para que haya una conciliación”.
El conflicto familiar y hereditario entre Ignacio Medina y la actual jefa de la Casa, Victoria de Hohenlohe, y sus primos Rafael Medina (duque de Feria), su hermano Luis, así como Victoria Medina (duquesa de Santisteban) y Casilda Medina (marquesa de Solera), está marcado por la reclamación de la herencia familiar. Los nietos de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, a la que se conocía en Sevilla por el apodo de Mimi, quisieron dejar claro desde que se hizo público el contencioso cuál era su postura: “Nosotros lo que pedimos es hacer cumplir la soberana voluntad de nuestra abuela y bisabuela recogida en su testamento del año 2003, ratificado en el año 2012 y posteriormente plasmado en el cuaderno particional del año 2018, aceptada por el duque de Segorbe, y donde se establece clara y contundentemente el importe al que ascienden nuestras cuotas de legítima, cuotas estas que la ley establece como un derecho absoluto de los descendientes".
Una mujer fuerte
Mimi Medinaceli era una mujer que destacaba por su fuerte carácter y su preferencia hacia Ignacio, el menor de la familia, el único hijo, de los cuatro que tuvo, que le sobrevivió. Los otros tres, Ana, Luis y Rafael, habían fallecido pero quedaban sus herederos que tenían derecho, según la legislación española, a recibir lo que les correspondía. Y en ese punto es donde radica el conflicto entre los sobrinos y Segorbe. “Según el Código Civil, cuando dejas hijos o descendientes directos, dos terceras partes de tus bienes van necesariamente a ellos. Es de obligado cumplimiento y cualquier otra cosa es vulnerar la ley. Desde el principio no se cumplió este reparto de la legítima, que es lo que exigen los herederos”, confirman fuentes solventes.
El próximo 22 de noviembre solo estarán en la sede judicial de Sevilla abogados y procuradores que ya presentaron parte de la documentación pertinente el 20 de septiembre pasado. En ese encuentro judicial, como explican a Vanitatis, los protocolos son los siguientes: “Se determina en qué cosas puede haber discusión, diferencia de pareceres, discrepancias entre las partes y qué pruebas se impugnan y cuáles hay que celebrar. Una vez que todo esto se analice, se fijará la fecha del juicio con las pruebas practicadas”.
Cada una de las partes se ha mantenido en sus aspiraciones. La defensa del duque de Segorbe confirmaba en septiembre que todo se había hecho estrictamente dentro de la legalidad. Por parte de los herederos, no solo su representante no estaba de acuerdo, sino que dijo que no se había cumplido la voluntad de la aristócrata. A todo este conflicto por pleitear por sus derechos se unió la decisión del duque de Segorbe de echar de la Fundación Medinaceli a sus cinco sobrinos. “Considera que es una deslealtad reclamar esa parte de la herencia y, como no hay acuerdo y han pleiteado, los ha destituido”, aseguran conocedores del caso. La propia Fundación ha reconocido oficialmente la expulsión y afirma que la reclamación es incompatible con su presencia allí. Los nietos de Victoria Eugenia se quejaban de que su tío nos le dejaba entrar en algunos de los edificios de la familia.
Con la expulsión de la fundación de parte de los herederos más críticos con su figura, el duque de Segorbe trata de asegurarse el control de la misma, aunque eso chocaría con los deseos de su madre, que dejó dicho en su testamento que los nietos debían tener representación en el patronato por derecho propio. Todos ellos quedaron fuera del mismo por una votación online dirigida por Ignacio Medina, que al parecer no estaba de acuerdo con determinadas acciones legales que estaban reclamando sus sobrinos respecto a la herencia de la abuela Medinaceli. Estos desacuerdos nada tenían que ver con la gestión de la fundación y sí con los derechos que sobre la legítima les correspondían cuando falleció la aristócrata. Esa es, la cuestión económica, la clave maestra de este entuerto de difícil solución.
La herencia de la duquesa de Medinaceli se ha convertido en una especie de guerra de los Cien Años. Desde que los herederos de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba interpusieron una demanda contra su tío, el duque de Segorbe, en 2013, los retrasos en sede judicial han sido constantes. Hace un mes hubo una audiencia previa que se interrumpió por la cantidad de documentación aportada y el juez fijó nueva fecha para resolver el contencioso. Este nuevo encuentro será el 22 de noviembre en el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Sevilla. Han pasado 8 años desde que falleció la titular de la Casa Ducal y los nietos decidieron exigir lo que consideran suyo.