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¿Quién es la condesa Ruiz de Castilla? La aristócrata condenada por el robo de un Van Dyck
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ARISTOCRACIA

¿Quién es la condesa Ruiz de Castilla? La aristócrata condenada por el robo de un Van Dyck

Se trata de la viuda de Juan de Goyeneche, que era quien ostentaba el título de conde, ahora en manos de uno de sus hijos. La pareja, y ella especialmente, siempre estuvo relacionada con el mundo del arte.

Foto: Cristina Ordovás Gómez-Jordana, a la salida de la Audiencia Provincial de Madrid. (EFE)
Cristina Ordovás Gómez-Jordana, a la salida de la Audiencia Provincial de Madrid. (EFE)

Probablemente si escucha el nombre de Cristina Ordovás Gómez-Jordana le suene de algo, pero si además le contamos que se trata de la condesa Ruiz de Castilla, quizá su mente viaje casi tres años atrás, a 2019, año en que la aristócrata acaparó numerosos titulares por haber sido acusada de la apropiación de un cuadro atribuido al pintor flamenco Anton Van Dyck, cuyo título es 'Anna Sofía, condesa de Carnarvon' y que está valorado en torno a los 165.000 euros. En aquel momento, la Fiscalía Provincial de Madrid solicitó para ella cuatro años de prisión y una indemnización de 165.000 euros para los propietarios de la obra en cuestión.

Los hechos sucedieron según lo explicado en aquel primer juicio de la siguiente manera: los dueños de la pintura (que data de entre 1633 y 1641), los ingleses John Gloyne y Noel Kelleway, la compraron en junio de 2009 en una subasta en la casa Christie’s de Londres por 43.300 euros al cambio. Una vez en su poder, la trasladaron a la sala Ansorena de Madrid y en diciembre del mismo año se subastó sin que se lograra adjudicar a nadie.

Foto: Carmen Cervera en una imagen de archivo (Gtres)

Se quedó en la sala hasta 2014, cuando la condesa Ruiz de Castilla pidió que la trasladaran a su casa para examinarla. Tenía la intención, al parecer, de comprarla. Según la casa se negoció hasta un precio, concretamente los 165.000 euros en los que está valorado. Pero ella nunca llegó a pagar dicho importe ni tampoco devolvió el cuadro a pesar de que desde 2015 se le reclamó en varias ocasiones.

Meses más tarde se encontró en Zúrich junto a otro cuadro de su propiedad, y a día de hoy, aunque se ha reclamado de manera judicial, todavía no se ha devuelto. Su respuesta ante el juez fue declararse inocente además de “tonta y confiada”, explicó haber sido víctima de una negociación fraudulenta y llegó a afirmar que el cuadro, que consideraba “horrendo”, le fue sustraído en 2015 en una mudanza.

Para la Fiscalía, sus explicaciones no fueron plausibles y pidió entonces cuatro años de prisión, una multa de 7.200 euros y la indemnización a los propietarios de la pieza por el valor de la misma. La Audiencia Provincial falló contra ella y aunque la aristócrata interpuso un recurso de casación ante el Supremo, esta semana el alto tribunal lo ha desestimado, confirmando la condena que le impuso la Audiencia. A saber, dos años de prisión por un delito de apropiación indebida y el pago de una indemnización de 165.000 euros, en concepto de responsabilidad civil, a los propietarios del cuadro, además de nueve meses de multa con una cuota diaria de 12 euros.

¿Quién es la condesa Ruiz de Castilla?

Pero ¿quién es la condesa Ruiz de Castilla? Cristina Ordovás Gómez-Jordana es la viuda de Juan de Goyeneche Moreno, que era quien ostentaba el título de conde (le sucedió uno de los tres hijos del matrimonio). La pareja, y ella de manera más especial, siempre estuvo relacionada con el mundo del arte. El conde Guaqui, suegro de la acusada, logró a lo largo de su vida una gran colección de pinturas emblemáticas y viajó en numerosas ocasiones con la única intención de enriquecer su conocimiento en este ámbito.

La familia de su marido fue la que vendió en diciembre de 1999 el Palacio de Goyeneche a la baronesa Thyssen. Este monumento sirvió para poder ampliar el Museo Thyssen de Madrid, junto a otro edificio propiedad de Argentaria.

placeholder El Palacio de Goyeneche, en Nuevo Baztán.
El Palacio de Goyeneche, en Nuevo Baztán.

La pareja también fue muy conocida fuera del mundo del arte por un terrible suceso del que fueron víctimas en 1992. En aquel momento, su marido fue herido de extrema gravedad por un paquete bomba que le enviaron a su domicilio, que entonces estaba situado muy cerca del Congreso de los Diputados, concretamente en la calle Marqués de Cubas. Esto vino provocado por ser familiares del general Manuel Ordovás, que había sido presidente del consejo de guerra en Burgos, y de Alfredo Goyeneche, entonces vicepresidente del Comité Olímpico Español, además de la amistad que les unía, sobre todo a Juan Goyeneche con el rey Juan Carlos.

Lo que no podrá olvidar

Tras aquel duro momento, el matrimonio, sobre todo el conde, dedicó todos sus esfuerzos a la correcta conservación del Nuevo Baztán, una localidad madrileña que desde enero de este año 2021 forma parte del listado de los ‘pueblos más bonitos de España’. Le hubiera gustado ver en vida (Juan de Goyeneche falleció en el año 2006) cómo ha crecido este lugar, pues le tenía especial cariño, ya que fueron sus antepasados los que lo fundaron en el siglo XVII como centro agrícola y de fabricación de tejidos.

Pero todo aquello forma parte del pasado. El presente no es tan dulce para su viuda, y es que, aunque es posible que la condesa Ruiz de Castilla eluda entrar en prisión, lo cierto es que no es agradable verse en esa tesitura, y se desconoce si tiene los medios económicos para hacer frente a la indemnización y la multa que tiene que subsanar. Para ella, que ha vivido con el arte siempre presente, la pieza de Van Dyck será, en contra de su voluntad, la que jamás podrá olvidar.

Probablemente si escucha el nombre de Cristina Ordovás Gómez-Jordana le suene de algo, pero si además le contamos que se trata de la condesa Ruiz de Castilla, quizá su mente viaje casi tres años atrás, a 2019, año en que la aristócrata acaparó numerosos titulares por haber sido acusada de la apropiación de un cuadro atribuido al pintor flamenco Anton Van Dyck, cuyo título es 'Anna Sofía, condesa de Carnarvon' y que está valorado en torno a los 165.000 euros. En aquel momento, la Fiscalía Provincial de Madrid solicitó para ella cuatro años de prisión y una indemnización de 165.000 euros para los propietarios de la obra en cuestión.