Institutriz británica, jesuitas y el European Business School: así se formó Marta Ortega

El caso de Amancio Ortega en el mundo empresarial no tiene precedentes en nuestro país. Este gallego ha logrado crear el mayor grupo textil del mundo, cuyos inicios se encuentran en una modesta tienda de batas, en los años 70, que pronto amplió en A Coruña con un nuevo local centrado en la lencería. El negocio prosperó de tal modo que en 1975 surgió la primera tienda Zara.

Detrás del éxito profesional de Amancio Ortega se encuentra un hombre con una clara visión de negocio y una estrategia empresarial muy acertada a través de la cual ha sabido rodearse de un equipo de profesionales y aliados a la causa que se han entregado en cuerpo y alma para que el imperio se sostenga. Desde los inicios, su familia fue y continúa siendo un ancla imprescindible.

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Helena Tomás

A pesar de la crisis sanitaria y las pérdidas económicas que esta provocó en numerosas empresas, Amancio Ortega fue la persona que a finales de 2020 ocupó el primer puesto en la lista de 'Forbes' de los 100 españoles más ricos. Su fortuna asciende a 57.000 millones de euros.

Pero el pasado 30 de noviembre de 2021, un golpe de timón dentro de Inditex enloqueció a la bolsa española. Los descensos en la misma fueron generalizados al conocerse que el consejo de administración de la firma textil había aceptado la salida de Pablo Isla tanto de la presidencia como del consejo y su comisión ejecutiva para que Marta Ortega Pérez, hija de Amancio Ortega, tome el control de la presidencia de Inditex a partir del 1 de abril de 2022.

Sin embargo, a pesar de esta primera reacción de los mercados, son muchos los que ven todo un acierto esta decisión y los que consideran que Marta Ortega es la persona idónea para el puesto. Fuentes cercanas al entorno de Inditex han explicado a Vanitatis el camino lógico que ha seguido Marta Ortega y por qué su último paso dado no podía ser otro más que este. Nos aclaran que con ella en la presidencia, desde Inditex buscan continuar con su acercamiento al modelo de gestión corporativa de grandes multinacionales del mundo, un modelo anglosajón que por otra parte creen que nunca ha sido ajeno a Inditex. Muchos años antes de que la compañía saliera a bolsa, ya Amancio Ortega ejercía como un presidente que supo rodearse de grandes profesionales que se encargaron de las finanzas, de los aspectos legales o de la renovación tecnológica mientras él se centraba en el área que mejor dominaba: la elaboración del diseño y el producto.

Pablo Isla fue el primer consejero delegado y con su figura se aunaron ambos papeles: el de primer ejecutivo y el de presidente. Diez años después, la trayectoria lógica en una empresa en la que el 60% del capital está en manos de una familia privada era, según cuentan a este medio, que la presidencia no ejecutiva terminara recayendo, tarde o temprano, en alguien apellidado Ortega.

Según la compañía, con el nombramiento de Marta Ortega como presidenta, por fin se ha culminado el proceso de relevo generacional.

El propio Isla corroboró esto tras saltar la noticia. El modelo de negocio que él puso en práctica desde 2011 continuará bajo la dirección de un nuevo consejero delegado, Óscar García Maceiras, quien será a partir de ahora la mano derecha de Marta Ortega.

Por lo tanto, al igual que hizo su padre, Marta Ortega podrá seguir centrada en el área que más domina, el diseño y la comercialización del producto, donde, aseguran a Vanitatis fuentes cercanas a la empresaria, “se mueve como pez en el agua tras muchos años de preparación”.

La nueva presidenta de Inditex tiene 37 años y asume tareas en el grupo desde los 23. "Siempre he dicho que dedicaría mi vida a desarrollar el legado de mis padres, mirando al futuro, pero aprendiendo del pasado", aseguró en una reciente entrevista concedida en 'The Wall Street Journal'.

Sus padres, Amancio Ortega y Flora Pérez, parecieron tenerlo claro desde el principio. Se encargaron de cimentar en ella una sólida educación y de aprovechar su boyante economía para que esta fuera la mejor. Conscientes sus padres de la expansión internacional de la empresa y de la importancia de poseer un dominio de diferentes idiomas, pusieron a cargo de su hija durante la infancia de esta a una institutriz británica, Brigitte, que no solo le aportó fluidez con el inglés desde pequeña, sino que le inculcó el valor de la disciplina así como la pasión por los caballos, un gusto que Marta Ortega comparte hoy con su padre, una de tantas cosas que la unen a él y que ha servido para estrechar los lazos paternofiliales.

Marta Ortega estudió en el colegio de jesuitas Santa María del Mar, en A Coruña. Cuando llegó la adolescencia, sus padres no dudaron, de nuevo, en conectarla con otros países, culturas e idiomas. Finalizada su primera etapa escolar en Galicia, continuó sus estudios en un internado en Suiza. A partir de aquí, Marta tuvo claro su rumbo hacia el mundo empresarial. Regresó a Galicia y se matriculó en Empresariales en la Universidad de A Coruña. Completó su formación en la European Business School de Londres, uno de los centros más prestigiosos a nivel mundial. Allí se licenció en 2007 en la especialidad de Empresariado Internacional.

Hoy, además de español y gallego, habla inglés, francés e italiano.

En Inditex dio sus primeros pasos en el mundo laboral y ya nunca se bajó de ese barco que estaba destinada a capitanear. Tras licenciarse comenzó desde abajo, encarnando en primera persona lo que la cultura de esta empresa denomina “la experiencia en tienda”. Durante su estancia en Londres trabajó como dependienta en Zara King’s Road. Nadie sabía quién era ella. “En la primera semana creí que no sobreviviría”, confesó en al entrevista concedida en 'The Wall Street Journal'.

Su siguiente paso fue a la central de Bershka de Tordera (Barcelona) para poco después aterrizar en Arteixo, la sede de la compañía en A Coruña. Fue en este lugar y junto a su padre donde Marta Ortega pudo centrarse en una de sus pasiones: la moda. Allí se convirtió en 'la mano derecha' de Beatriz Padín, directora de Zara Woman y una de las personas de máxima confianza de Amancio Ortega.

El diseño y lanzamiento de colecciones empapadas de las últimas tendencias y el contacto directo con los creadores más reputados y las pasarelas de moda más destacadas han sido una constante hasta el día de hoy y que Marta Ortega no va a abandonar cuando comience su papel como presidenta. Trasladar la alta costura y las tendencias de la moda internacional a la calle ha sido y es, al igual que ha sido siempre el de su padre, su deseo y su reto profesional, el cual, hasta la fecha, ha logrado con éxito y contando con el respeto de sus compañeros, según han asegurado a Vanitatis fuentes del entorno laboral de la empresaria gallega: "Los que trabajan a su alrededor destacan su respeto hacia todas las personas del equipo, sus buenas maneras y su pasión por el trabajo. Es una entusiasta del trabajo en equipo. Recuerda a su padre en el cuidado por los detalles y en su intuición en todo lo que tiene que ver con la moda".

Su entronización oficial llegará en pocos meses y muchos auguran ya larga vida a la reina.