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Gabino Diego: el zangolotino que pedía en el metro y se convirtió en icono cómico
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¿qué fue de él?

Gabino Diego: el zangolotino que pedía en el metro y se convirtió en icono cómico

A sus 55 años, el actor de eterno rostro adolescente se ha alejado en los últimos años del cine y vive una vida tranquila junto a sus perros en el campo

Foto: Gabino Diego, en una imagen de archivo. (Getty/Juan Naharro)
Gabino Diego, en una imagen de archivo. (Getty/Juan Naharro)

Llega un momento en el que desaparecen paulatinamente, sin que apenas nos demos cuenta, rostros que se han vuelto populares durante décadas en el cine, la televisión o las alfombras rojas de los premios. Cuando, de pronto, ves su rostro en concursos como 'Pasapalabra' o quizá en artículos como este y piensas: "Ah, qué fue de...". Este bien podría ser el caso de Gabino Diego, figura fundamental del séptimo arte en nuestro país en los noventa y ahora discretamente en un segundo plano.

Cuando pensamos en ese actor aún con cara de niño, pero que ha cumplido ya los 55 años, unos visualizan al estudiante norteamericano de 'Amanece que no es poco'; otros, a Felipe IV en 'El rey pasmado'; y muchos, quizá, al yonqui Cuco de la taquillera 'Torrente 2: Misión en Marbella', que interpretó junto a Santiago Segura.

Pero antes de hacer todos esos papeles, Gabino era un chaval revoltoso al que echaron de varios colegios y que a los 12 años, junto a un amigo, tocaba canciones de Elvis Presley en el Metro de Madrid para ganarse unas monedas que normalmente solían proceder del bolso de su madre y las amigas de esta.

Hijo de un matrimonio de cubanos que se instalaron en nuestro país tras la llegada a la isla del régimen de Fidel Castro, fue en el instituto cuando el director Jaime Chávarri se fijó en él para la película 'Las bicicletas son para el verano'. ¿Su principal virtud? Parecerse a Fernando Fernán Gómez, con el que terminaría rodando varias películas más y que cariñosamente le apodaba 'zangolotino'.

Las reacciones que cosechó por aquel primer papel no fueron muy buenas. "El repelente niño Luisito, al que presta su imberbe e inexpresiva figura Gabino Diego...", se podía leer en una crítica de la época. Buscando cambiar de aires, como hiciera el presentador Ion Aramendi, el actor se fue hasta Australia con la idea de hacerse camarero y echar raíces allí. Pero cuando decidió regresar a nuestro país, lo hizo por la puerta grande.

placeholder Gabino Diego, con parte del reparto de 'Belle Époque'. (Getty/Carlos Álvarez)
Gabino Diego, con parte del reparto de 'Belle Époque'. (Getty/Carlos Álvarez)

Tras participar en 1986 en la premiada película 'El viaje a ninguna parte' y formar parte de aquella gran cantera de actores que fue la serie 'Segunda enseñanza', lograría hacerse con un premio Goya al mejor actor de reparto por '¡Ay, Carmela!'. También formó parte del elenco de 'Belle Époque', la segunda producción española que fue galardonada con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Tras apariciones tan dispares como un anuncio de Freixenet, un videoclip para Alejandro Sanz e incluso una película de serie B norteamericana, 'Eliminators', en la que interpretaba a un policía al que acaba matando un marciano, Gabino Diego se fue alejando poco a poco de nuestras pantallas, grandes y pequeñas. Su último largometraje lo rodó en 2018, de nuevo a las órdenes de José Luis Cuerda, con 'Tiempo después'. Desde entonces vive centrado en el teatro y reconoce que no echa de menos el cine.

placeholder Gabino Diego, en la obra 'Los mojigatos'. (Pentación)
Gabino Diego, en la obra 'Los mojigatos'. (Pentación)

"Mientras estaba rodando siempre pensaba lo maravilloso que sería estar de gira con una obra de teatro, ahora me siento muy afortunado de poder ir llevando mi obra por todas partes", confesaba en el programa de Televisión Española 'Atención obras'. Una de sus últimas representaciones ha sido 'Los mojigatos', dirigida por Magüi Mira y que protagonizó junto a Carmen Barrantes.

"Me gustan todos los géneros, pero lo que nos gusta a los actores son los buenos personajes. En el teatro eres el que mandas. En el cine, un director te puede arreglar cosas. Pero aquí no. Para mí, el teatro es una escuela, sigo aprendiendo día a día. Es sensibilidad", decía sobre su etapa sobre las tablas en conversación con 'El Mundo'.

Solidario, creyente y defensor de los derechos de los animales a ultranza, el intérprete es también muy celoso de su intimidad y poco se ha sabido de sus amores a lo largo de los años. Tiene una hija de 26 años fruto de su relación con la catalana Rosa Boladeras, a la que conoció trabajando en un espectáculo musical. Según ha confesado en las escasas entrevistas que ha ido concediendo en los últimos años, ahora vive en el campo, junto a su pareja y sus tres perras: Panchita, Pipa y Rona.

Junto a ellas le podemos ver en las pocas ocasiones en las que se asoma a las redes sociales. En las últimas de las tan solo ocho publicaciones que ha realizado en su muro de Instagram le vemos visitando el castillo de Hamlet en Dinamarca y despidiéndose de uno de sus grandes amigos, Quique San Francisco, que fallecía el pasado mes de marzo.

Llega un momento en el que desaparecen paulatinamente, sin que apenas nos demos cuenta, rostros que se han vuelto populares durante décadas en el cine, la televisión o las alfombras rojas de los premios. Cuando, de pronto, ves su rostro en concursos como 'Pasapalabra' o quizá en artículos como este y piensas: "Ah, qué fue de...". Este bien podría ser el caso de Gabino Diego, figura fundamental del séptimo arte en nuestro país en los noventa y ahora discretamente en un segundo plano.

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