Es noticia
Menú
Herminia Borrell Feijóo y Marta Ortega: millonarias, pioneras y su pazo en Cambre
  1. Famosos
Empoderadas en dos siglos

Herminia Borrell Feijóo y Marta Ortega: millonarias, pioneras y su pazo en Cambre

La compra de Marta del Ortega del pazo de Aián, en Cambre, sorprendió mucho. Un escenario donde ya vivió antes otra mujer empoderada: Herminia Borrell Feijóo

Foto: Herminia Borrell Feijóo, en un retrato de la pintora gallega Elena Olmos. (Instagram/@museo.belas.artes.coruna)
Herminia Borrell Feijóo, en un retrato de la pintora gallega Elena Olmos. (Instagram/@museo.belas.artes.coruna)

A pesar del cambio social que nos ha traído el devenir de los siglos, aún siguen siendo minoría las mujeres que toman los mandos de una gran empresa internacional. Así, son muy pocas las empresarias o directivas en el Ibex 35 o que a nivel mundial controlan una firma tan importante como Inditex.

Marta Ortega lo hará a partir del 1 de abril como nueva presidenta de la empresa, según decidió el Consejo de Administración de Inditex hace unos meses. Un crucial paso en el liderazgo femenino que esperamos nos permita conocer más a fondo a la Marta Ortega empresarial, pero también personal. Siempre discreta, aunque no tanto como su padre, Amancio Ortega, hace unos días su faceta privada volvía a los titulares por la compra del pazo de Aián, ubicado en el área coruñesa de Cambre.

placeholder Marta Ortega, en una imagen de archivo. (Getty)
Marta Ortega, en una imagen de archivo. (Getty)

Un nuevo movimiento inmobiliario para la ejecutiva, tras la compra del piso de lujo de Rafa Nadal en Madrid, que la conecta con otra mujer gallega muy relevante para la crónica social de su época que vivió a apenas 5 minutos de esta residencia gallega de Marta Ortega, pero hace casi un siglo.

Millonaria, amante de las artes y la cultura, con ideas propias, talento y gusto por la moda, muchos son los detalles que conectan a Marta Ortega con Herminia Rodríguez-Borrell Feijóo. Conocida en los círculos de la burguesía de comienzos del siglo XX como Herminia Borrell, fue también propietaria de un pazo en la zona de Cambre: el pazo de Sigrás.

placeholder Herminia Borrell Feijóo, en un retrato de la pintora gallega Elena Olmos. (Instagram @museo.belas.artes.coruna)
Herminia Borrell Feijóo, en un retrato de la pintora gallega Elena Olmos. (Instagram @museo.belas.artes.coruna)

Nacida en Camariñas (A Coruña) en 1897, era hija de unos ricos comerciantes del azúcar cubano y de los salazones catalanes. Una vida muy acomodada que la llevó a ser presentada en sociedad en el famoso pazo de Meirás, propiedad entonces de la escritora Emilia Pardo Bazán y a poder estudiar en Londres durante el periodo de entreguerras. Allí, se codeó con las grandes celebridades y socialites de la época, como vimos hacer a Marta Ortega en su reciente exposición de Peter Lindbergh.

Aunque también fue el escenario donde encontró el amor. La joven gallega se enamoró de un joven (y aún más rico) armenio. Nubar Gulbenkian era hijo de una de las mayores fortunas del mundo, el conocido como rey del petróleo Calouste Gulbenkian. El flechazo fue instantáneo, comenzando un noviazgo que les llevó de Londres a París, A Coruña y hasta a Santiago de Compostela, donde Nubar Gulbenkian reconoció en sus memorias que su familia política le había tratado con "con exquisita cortesía".

Una vida de lujos en Londres

Sin embargo, no todo fueron noticias para ellos, ya que el empresario Calouste Goulbenkian quería que su hijo se casara a través de un matrimonio pactado. Una decisión que Nubar no aceptó, dándose el 'sí, quiero' civil con Herminia en 1922 en Londres, lo que le costó ser expulsado de la empresa familiar. Aunque parece que al padre de ella tampoco le convencía la unión. Enviando un telegrama desde Cuba donde decía: "Lamento la decisión de Herminia".

Una boda tras la que llegó una casi eterna luna de miel por toda Europa, aunque su base de vida seguía estando en la ciudad del Támesis. Sin embargo, entre vacaciones y resorts, la infidelidad de Nubar Gulbenkian con una bailarina del Casino de Cannes rompió su matrimonio tras seis años de casados.

Presidenta del Deportivo de La Coruña

A pesar de los dictámenes de la época, que le hubieran aconsejado separarse de facto, pero no legalmente, Herminia Borrell se atrevió a pedir el divorcio. Así, a sus 30 años regresó a Coruña con un increíble joyero, un armario con las mejores firmas, un perro pekinés y 300 dólares mensuales como pensión (una fortuna).

Una nueva vida en Galicia en la que se mostró como una mujer moderna y cosmopolita. Se convirtió en la primera mujer en tener el carnet de conducir en España, usaba la bicicleta para recorrer las calles de coruñesas, se compró una moto (que como no usaba colocó en su salón), era asidua al Club de Tenis de A Coruña, lucía pantalones y presidió de manera honorífica el Deportivo de La Coruña.

placeholder Una imagen por satélite de los pazos de Marta Ortega y Herminia Borrell. (Cortesía/Google Maps)
Una imagen por satélite de los pazos de Marta Ortega y Herminia Borrell. (Cortesía/Google Maps)

Además, generó toda una revolución al ser de las pioneras que lució el traje de baño sin la tradicional falda para tapar el cuerpo en la playa de Riazor (a escasos metros de donde vive Marta Ortega). "Causó una gran sensación, era una mujer arrogantísima, bella y muy elegante", decían sobre ella en una crónica del periódico gallego 'El Orzán'. Dejando claro que Herminia, como ahora Marta, también suscitaba mucho interés en todas sus apariciones públicas.

Su fama se mantuvo durante los años 50, donde llegó a estar vinculada con la familia Franco a través de la amistad de su hermano Max con el dictador Francisco Franco. Sin embargo, en la última década de su vida, su salud se deterioró mucho, falleciendo en 1971 tras pasar la mayor parte de su existencia en su pazo de Sigrás. Una de las muchas propiedades que su familia tenía en Galicia. El periódico 'The Times' le dedicó una necrológica donde hablaban de ella como "spanish beauty" (belleza española), pero está claro que era mucho más.

placeholder Marta Ortega, en la boda de Felipe Cortina y Amelia Millán en el verano de 2021. (Imagen de archivo)
Marta Ortega, en la boda de Felipe Cortina y Amelia Millán en el verano de 2021. (Imagen de archivo)

Adelantada a su tiempo como Lili Álvarez (la española que llevó pantalones por primera vez en el deporte), la libertad económica y social de una mujer como Herminia Borrell no era lo habitual en los comienzos del siglo XX. Coleccionista de arte (adoraba Sagardelos), tenía varios barcos y una posición financiera muy acomodada que le permitían enfrentarse a estos cambios desde un lugar privilegiado.

Sin embargo, eso no quita el mérito para todos sus logros, como analizaron en la exposición que le dedicaron a varias mujeres gallegas pioneras en el Museo de Belas Artes de A Coruña. Retos para romper el techo de cristal que, a bueno seguro, son diferentes en el caso de Marta Ortega, pero a los que por desgracia aún se enfrentará como demostraron muchas mujeres en esta entrevista para Vanitaits sobre liderazgo femenino.

A pesar del cambio social que nos ha traído el devenir de los siglos, aún siguen siendo minoría las mujeres que toman los mandos de una gran empresa internacional. Así, son muy pocas las empresarias o directivas en el Ibex 35 o que a nivel mundial controlan una firma tan importante como Inditex.

Noticias de Galicia Boda de Marta Ortega y Carlos Torretta
El redactor recomienda