La decepción de Marta Pombo en su viaje a París

Si no sabes cuál es el nexo de unión entre la Austria del siglo XIII y la Marta Pombo del siglo XXI, te lo vamos a explicar a continuación. Es en ese país y en ese siglo cuando se cree que se originó uno de los dulces más famosos del mundo, el croissant. Aunque esta pieza básica del desayuno continental tiene varias leyendas culinarias, está generalmente admitido que nació de un bollo de forma similar llamado kipfel. A diferencia de la versión actual, este panecillo se preparaba con frutas o frutos secos.

La leyenda dice que el kipfel se originó en 1683 como celebración de la victoria de Austria sobre el ejército otomano en el sitio de Viena. Al parecer, un panadero local, que se levantó temprano para hacer pan, oyó que los turcos hacían un túnel bajo la ciudad. Su rápida acción para dar la alarma salvó a la ciudad de un inminente asedio. La masa con forma de luna imita la de la bandera otomana. Otra historia sobre su origen asegura que fue la decapitada reina María Antonieta la que, cuando llegó a Francia en 1770, pidió su desayuno austriaco favorito, y los panaderos franceses volvieron con una versión hojaldrada del kipfel que se convirtió en el croissant o cruasán que conocemos ahora.

Saltamos en el tiempo hasta 2022 y uno de los croissants más famosos del mundo es el que se elabora en los establecimientos parisinos de Cédric Grolet, uno de los pasteleros más reconocidos del mundo. Degustar sus exquisiteces es algo obligado si visitas la capital gala y, además de sus reinterpretaciones de postres franceses tradicionales, sus cruasanes son codiciados por hordas de turistas.

Turistas como Marta Pombo y sus amigas, de visita en París este fin de semana, que entre las muchas visitas de las que han dejado constancia en sus redes, quisieron probar los famosos croissants. Pero en un vídeo que compartía la hermana de María Pombo en sus stories, su veredicto era claro y contundente, como si fuera una jurado de 'MasterChef': "No esperéis la cola".

Visto para sentencia. En opinión de la joven influencer, que se ha desplazado a la cosmopolita urbe francesa en un viaje de chicas sin su novio Luis Zamalloa, no vale la pena esperar una cola "que da la vuelta a la manzana". En el vídeo que le graba una amiga se la ve masticar el enorme cruasán mientras se lo piensa de nuevo... y se reafirma en su decisión.

Pasteles aparte, Marta y sus compañeras de viaje –o sus "chotitos" como las llama ella– no dejaron de pasearse por las localizaciones turísticas más señaladas de París, como la Sainte Chapelle o Notre Dame, además de llevarse a casa, por supuesto, la imprescindible foto de grupo enfrente de la Torre Eiffel.

A juzgar por todas sus stories y pese a la pequeña decepción con monsieur Cédric Grolet, no nos cabe duda de que Marta y sus amigas han pasado unos días de lo más divertido en París, con pequeña anécdota incluida. Tras presumir de su bonita sudadera, la influencer terminaba manchándosela después de comer un crepe, algo que se tomaba con buen humor. No en vano calificaba el día como "un domingo perfecto".

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