Enrique Ponce vive feliz con Ana Soria y no volverá a torear

En junio de 2021, Enrique Ponce sorprendía al mundo taurino anunciando que se retiraba “por tiempo indefinido”. No lo hacía presencialmente a través de una convocatoria de prensa, que por otra parte, de haberlo hecho, hubiera sido multitudinaria. Utilizó su cuenta de Twitter para comunicar ese 'alto en el camino' profesional al que a día de hoy, de mañana y del futuro lejano no tiene intención de volver. En el momento de esa despedida virtual se barajaron fechas y lugares para ese adiós.

Primero se nombró la feria de las Fallas de Valencia y en el cartel no aparecía. Después San Isidro en Madrid, la Maestranza en Sevilla e incluso se dieron fechas para su gira en Aguascalientes (México), Manizales y Cali (Colombia). Nada de nada. Ponce había tomado la decisión de vivir la vida personal alejado del mundo taurino. Hubo un tiempo al separarse de Paloma Cuevas que toreaba en la Cetrina y en las fincas de amigos como Litri o Samuel Flores.

Todo esto ya no forma parte de su agenda vital. No hay que olvidar que Ponce no tuvo adolescencia ni juventud, entendiendo esas etapas como las de las diversiones y salidas hasta las tantas de las madrugada e incluso unir noche con mañana. A los 10 años ingresaba en la escuela taurina de Valencia y a los 15 acompañado de su abuelo, su gran mentor, debutaba en la plaza de toros de Castellar (Jaén). Y finalmente tomaba la alternativa en Madrid con 19 años. A partir de ese momento centró su vida en el mundo taurino, supervisado por el que fue su suegro y su apoderado, Victoriano Valencia. Ahora no es que haya dejado aparcadas las plazas, sino que no tiene intencion de volver ni hacer una despedida a lo grande

Los más íntimos lo saben y no les ha llamado la atención. Insisten en que este adiós no tiene que ver con su historia de amor con Ana Soria. Antes de que la relación estuviera consolidada ya lo había comentado a sus incondicionales que lo siguen siendo: "Un día de estos me despierto y decido que ya no vuelvo a torear". Y es lo que ha hecho.

Aunque, en realidad, Ana sí ha tenido algo que ver, aunque sea colateralmente. “Enrique quiere disfrutar de su pareja, de la tranquilidad que supone no jugarse la vida en cada plaza, pasar tiempo con sus hijas y viajar solo por viajar con Ana”. Esta es su agenda, según cuentan los que le conocen bien.

Ya no existe en la vida de Ponce la tensión de hace dos años cuando apareció la joven y trastocó su planteamiento de futuro. La pareja vive en Almería una existencia corriente. Ponce suele viajar a Madrid a menudo para ver a sus hijas y por temas empresariales. Ahora su vida profesional va por otros derroteros. Sigue manteniendo su ganadería y la finca Cetrina hasta que se venda. Mientras tanto la alquila para las BBC (bodas, bautizos y comuniones), un negocio en el que también está involucrada Ana Soria y parece que también su padre, abogado e íntimo amigo de Baltasar Garzón y de la fiscal general Dolores Delgado. Tampoco hay en el horizonte retomar su carrera de cantante. Antes del divorcio tenía previsto publicar un disco. Uno de los temas era un dueto con Julio Iglesias. Esto también se aparcó.

Enrique Ponce ya se ha estabilizado sentimentalmente y, sobre todo, ya no echa la culpa a la prensa de lo que nunca debería haber sido un noviazgo transmitido por él mismo en sus redes sociales. La foto del torero subido al cocodrilo hinchable fue la imagen más impactante de aquella relacion inicial que acabará en boda.

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