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La discreta muerte de María Navarro, mano derecha de Encarna Sánchez y 'cuidadora' de Isabel Pantoja
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UNA MUERTE EN SILENCIO

La discreta muerte de María Navarro, mano derecha de Encarna Sánchez y 'cuidadora' de Isabel Pantoja

El misterio la acompañó en su vida. No fue simpática con los que no lo fueron con ella, pero sí una mujer cercana e incluso cariñosa con trabajadores de la COPE

Foto: María Navarro e Isabel Pantoja, en una imagen de archivo. (Gtres)
María Navarro e Isabel Pantoja, en una imagen de archivo. (Gtres)

El pasado 13 de abril fallecía María Navarro en un residencia madrileña. Nada se sabía de ella desde que rompió la baraja profesional y afectiva con Isabel Pantoja. Pero mucho antes de que se convirtiera en la sombra de la artista, fue la mano derecha de Encarna Sánchez junto al también productor Pedro Pérez. Ambos formaban un tándem que no siempre se llevaba bien en lo personal pero sí en el aspecto profesional, que era lo que le interesaba a Encarna. La locutora sabía que mientras estuviera María controlando, no habría fallos.

Tenía una de las mejores agendas, con teléfonos directos de los poderosos, ya fuera en el mundo político como en el social o el económico. Una de sus frases preferidas era de la propia Encarna Sánchez y ella la repetía cuando, desde otras redacciones de la cadena COPE -donde trabajó durante años-, le pedían algún contacto: "Te doy el de la secretaria que lo controla, que será quien te solucione la entrevista”. Y añadía de una manera muy gráfica: “Si llamas a Tarzán, no lo vas a encontrar. Antes busca al mono”. Fue el parapeto de Sánchez como después lo sería de Isabel Pantoja.

En ese caso, ella era el poli malo y la artista el poli bueno, aunque en realidad muchas veces solo fuera de cara a la galería. Pantoja imponía y, por lo tanto, la que aparecía como el perro guardián era María, con la consiguiente antipatía hacia ella por parte de la prensa.

placeholder María Navarro, durante un concierto de Isabel Pantoja. (Cordon Press)
María Navarro, durante un concierto de Isabel Pantoja. (Cordon Press)

El programa de Encarna Sánchez comenzaba a primera hora de la tarde y María Navarro ya lo tenía cerrado desde el día anterior. La locutora se iba a comer al Club Siglo XXI con alguno de sus invitados o periodistas que en las épocas de poder le hacían la ola. La productora nunca la acompañaba. Prefería mirar los toros desde la barrera. Navarro era un mujer intelectualmente mucho más preparada que su jefa. Le gustaba el cine, leer, viajar, la fotografía, el teatro y fundó el Teatro Estable Castellano. Su hija, la actriz Lola Dueñas, recibió la herencia de su vocación por parte de su padre, el actor Nicolás Dueñas, pero sobre todo de su madre.

Un buen día (o malo, según se mire), apareció Isabel Pantoja en la vida de Encarna Sánchez. Y ese fue el cambio radical. Poco a poco, María fue dejando su trabajo en la emisora de la Conferencia Episcopal y se dedicó totalmente a la artista. Se convirtió en su mánager. Miraba sus contratos, cerraba entrevistas y decía 'no' a todos los que consideraba que no servían para el plan que había trazado su jefa para colocar a Pantoja en la cima del olimpo. Fueron años donde Navarro ganó mucho dinero, pero Pantoja más. La única que no quería aparecer por nada del mundo públicamente era Encarna Sánchez. María cuidaba de la artista y más tarde de su hijo Kiko y también controlaba que la relación de Pantoja y la jefa no pareciera más allá de una profunda amistad.

placeholder Encarna Sánchez, en una imagen de archivo. (Getty)
Encarna Sánchez, en una imagen de archivo. (Getty)

El día del estreno de la película 'Yo soy esa', Navarro había supervisado los invitados de primera fila, entre los que se encontraban políticos, empresarios y las caras del mundo social que daban lustre a un estreno que habría sido uno más de no ser por el poder de Encarna Sánchez y la organización de María Navarro. Fueron dos décadas las que se encargó de transmitir ese mensaje sobre su 'jefa' e Isabel Pantoja: "Mantén el misterio, que no la conozcan”.

Y fue lo que hizo. Pero ese misterio tambien la acompañó en su vida. No fue simpática con los que no lo fueron con ella, pero sí una mujer cercana e incluso cariñosa con trabajadores de la COPE. Ha muerto en silencio acompañada de su hija Lola Dueñas. Lo demás forma parte de una etapa oscura o brillante. Dependiendo de quien la cuenta.

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El pasado 13 de abril fallecía María Navarro en un residencia madrileña. Nada se sabía de ella desde que rompió la baraja profesional y afectiva con Isabel Pantoja. Pero mucho antes de que se convirtiera en la sombra de la artista, fue la mano derecha de Encarna Sánchez junto al también productor Pedro Pérez. Ambos formaban un tándem que no siempre se llevaba bien en lo personal pero sí en el aspecto profesional, que era lo que le interesaba a Encarna. La locutora sabía que mientras estuviera María controlando, no habría fallos.

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