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Ferran Adrià cumple 60 años: "Sin mi mujer, Isabel, no existiría Ferran Adrià"
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ENTREVISTA

Ferran Adrià cumple 60 años: "Sin mi mujer, Isabel, no existiría Ferran Adrià"

Hablamos con el chef más famoso del mundo. Recuerda su niñez, por qué no ha sido padre y destaca el apoyo que siempre le han dado su pareja, su familia y sus amigos

Foto: Ferran Adrià. (EFE/Quique García)
Ferran Adrià. (EFE/Quique García)

Una de las cosas que suele reivindicar Ferran Adrià es que es una persona normal. Quedamos con él para hablar por teléfono el jueves a las 17.00 horas y cuando le llamamos no responde. Sabemos que le gusta la puntualidad (ha tenido más de un rifirrafe por esa cuestión), así que empezamos a escribir un mensaje de texto (no tiene whatsapp) para preguntarle si sucede algo.

Y antes de mandarlo el chef más famoso del mundo llama de vuelta. “No lo había oído, perdona, soy todo tuyo”, nos dice.

placeholder Ferran Adrià y su mujer, Isabel Pérez Barceló, en el Festival de San Sebastián. (EFE/Juan Herrero)
Ferran Adrià y su mujer, Isabel Pérez Barceló, en el Festival de San Sebastián. (EFE/Juan Herrero)

Esa forma de actuar va paralela a la forma que tiene de hablar, ya sea en foros internacionales ya sea con una periodista que quiere escribir una entrevista porque este sábado cumple 60 años. Es sincero, natural y no se corta ante ningún tema, ni de su infancia, sus padres o su pareja.

Le pedimos que eche la mirada atrás, a su niñez, a sus sueños y aspiraciones infantiles. “Pues la verdad es que yo quería ser futbolista, mi ídolo era Johan Cruyff, y nunca me interesó ni cocinar ni comer -recuerda-, yo comía lo normal y creo que eso ha sido crucial en mi carrera porque no tenía maestros y me lo cuestioné todo desde el principio, me preguntaba siempre por qué esto, por que lo otro, y de ahí nació mi proceso creativo”.

Foto: Ferran Adrià. (EFE)

Ahora vive entre Barcelona y Cala Montjoi, donde estaba El Bulli y está ahora la Bulli Foundation, una fábrica de ideas que exporta a medio mundo. Hablamos con él mientras está en Barcelona, recién llegado de Sevilla.

Pregunta. Bueno, 60 años, que no es poco. ¿Cómo lo vas a celebrar?

Respuesta. Haré algo especial, pero ni una fiesta ni nada de ese estilo. Lo celebraré con mi mujer, todavía tengo que verlo. Una cena romántica en un restaurante, todavía no sé cuál, iremos a un sitio romántico.

P. Siempre hablas de tu mujer como algo fundamental en tu vida.

R. Isabel ha aceptado todo lo que hago, la vida que llevamos. Sin ella no sería quien soy, no existiría Ferran Adrià. Es la persona más importante de mi vida.

Foto: Los Reyes y sus hijas en una imagen de este verano (Gtres)

P. ¿Nunca pensasteis en tener hijos?

R. Sí, claro, pensamos en tener hijos, pero tuvimos que decidir. Mi carrera era muy exigente y no podíamos tenerlo todo.

P. Otro pilar de tu vida fueron tus padres.

R. Sí, y una de las peores cosas que me ha pasado jamás es ver el sufrimiento de los papás y de los suegros. Que mueran es normal, lo tienes interiorizado, pero verlos sufrir, fastidiados, eso es algo que nunca he podido comprender ni asimilar.

"Pensamos en tener hijos pero tuvimos que decidir y mi carrera era muy exigente"

P. También hablas de tus amigos, muchos de ellos cocineros.

R. Eran otros tiempos, éramos una generación, de verdad, surgida del Bulli, Arzak, los Roca… muy diferente de ahora. Éramos amigos porque antes no había tantos cocineros importantes y había pastel para todos. Ahora hay al menos 100 cocineros importantes en España y no puedes ser amigo de 100 personas.

P. Vives a caballo entre Barcelona y Cala Monjoi, ¿cómo te organizas?

R. Antes vivía en El Bulli y lo hago ahora también. Normalmente igual estamos cuatro días en Barcelona y tres en Cala Monjoi, o al revés, más o menos. Es así: 3 y 4. Es muy parecido a lo que hacía cuando trabajaba en El Bulli.

Foto: El cocinero Ferran Adrià (izq.), junto a Juli Soler (EFE)

P. ¿Qué es lo que más te gusta de cada lugar?

R. Barcelona es una ciudad cosmopolita maravillosa, y cada vez la veo más animada y despierta. De Cala Montjoi me encanta la tranquilidad, la tranquilidad de estar ahí está muy bien porque tengo la marcha de Barcelona unos días y después la calma.

P. Con la marcha que has tenido en tu vida, con la cabeza todo el día rulando ideas, ¿no te agobia esa paz?

R. Cuando El Bulli estaba abierto ya teníamos esa tranquilidad si no estábamos allí. No es tan diferente la vida que llevo ahora, lo único que tengo que hacer fuera son conferencias, viajar. Hace unos días estaba en Sevilla, ahora estoy en Barcelona. Antes iba con el agua al cuello, eso es verdad, y ahora tengo los fines de semana libres y no me voy a dormir cada día a las dos de la madrugada. Estoy tranquilito, sí, y también cuido la salud.

"Me cuido mucho pero, sí, los cocineros seguimos siendo juerguistas"

P. Te cuidas mucho, he leído, la alimentación, vigilas el alcohol, haces ejercicio… ¿Cómo es tu rutina?

R. Camino cada día y normalmente también hago gimnasia. No bebo alcohol cuando estoy en casa tampoco. Eso sí, si salgo me encanta el vino espumoso, un cava o un champán.

P. Con la fama de juerguistas que tenéis los cocineros…

R. Ahora eso ha cambiado bastante, ya te digo que me cuido mucho, pero sí, seguimos siendo juerguistas, sí (risas).

P. Lideraste una generación de cocineros que convirtió los fogones en otra cosa, podríamos llamarlo arte. Ahora hay niños que quieren ser cocineros, antes no.

R. Lo más importante es que hicimos que la cocina se convirtiera en algo mental, que fueras consciente de lo que estabas haciendo, que se sintiera. Lo que considero fundamental es que te lo cuestiones todo, y eso es lo que inventamos.

Foto: Foto: iStock.

P. Con 60 años que vas a cumplir, miras para atrás y... ¿cómo recuerdas todo eso?

R. Mi vida profesional ha ido superbién, claro, tengo un recuerdo increíble, algo muy especial. Nos lo pasábamos muy bien y se notaba.

P. Teníais a medio mundo pendientes de vosotros. Tú fuiste portada incluso del 'Magazine' del 'New York Times'. Eres una figura mundial.

R. Lo del 'New York Times' me cambió la vida, sobre todo por el título, en el que decían que España era la nueva Francia. Eso fue un antes y un después. Y encima me dedicaron 14 páginas, fue increíble, sin duda, el hecho más importante de mi carrera.

P. Y ahora parece que todos beben de El Bulli. Yo he ido a bodas en las que te sirven aceitunas esferificadas…

R. Sí, en las bodas hay mucho Bulli. Nosotros hicimos catering un tiempo y eso sirvió para que muchos aprendieran. Nuestro legado fue que ahora la gente cocina como piensa, con consciencia, no hacen lo que creen que deben hacer, sino que piensan, intelectualizan lo que cocinan.

"El dinero me da libertad y es para lo úncio que me interesa"

P. Tú has tenido tanto éxito que mucha gente piensa que eres millonario, y luego vas y dices que no tienes apego a lo material.

R. El dinero lo que me da es libertad, es para lo único que me interesa. No tengo coches de lujo; bueno, no tengo coche (risas). Tengo una vida normal y vivo como una persona normal. Me parece muy bien que haya quien tenga gustos especiales y que le gusten los coches de lujo, claro, pero no es mi caso. Lo único que intento es devolver al mundo lo que me ha dado y lo hago a través de la Bullipedia, la Bulli Foundation y el museo laboratorio 1846.

P. No tienes apego a lo material, pero seguro que te gusta el arte, la ciencia… Y algo tendrás relacionado con estas disciplinas.

R. Ah, vale, eso sí, me gusta el arte, me gusta la ciencia, voy a exposiciones, me encanta el diseño… Son actividades que se complementan a la perfección con lo que yo hago.

P. Y de estas disciplinas que me comentas, ¿no tienes algo especial en casa?

R. Sí, tengo algo muy interesante: unos símbolos, pictogramas, que dejé fuera una noche. Era un cuadro de pictogramas con métodos para trabajar, lo dejé fuera, llovió y se corrió toda la superficie. Ahora es maravilloso, lo tengo aquí en el salón y es divertido porque parece un cuadro y en verdad lo hizo la lluvia.

P. Muchos se pensarán que es una obra de arte carísima.

R. A muchos les digo que lo he pintado yo (risas), pero que no, lo pintó la lluvia.

Una de las cosas que suele reivindicar Ferran Adrià es que es una persona normal. Quedamos con él para hablar por teléfono el jueves a las 17.00 horas y cuando le llamamos no responde. Sabemos que le gusta la puntualidad (ha tenido más de un rifirrafe por esa cuestión), así que empezamos a escribir un mensaje de texto (no tiene whatsapp) para preguntarle si sucede algo.

Ferrán Adriá
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