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Jorge Bárcenas, Iñigo Onieva y Corinna: tres maneras de romper con el amor de tu vida
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SONADOS DESAMORES

Jorge Bárcenas, Iñigo Onieva y Corinna: tres maneras de romper con el amor de tu vida

Victoria Federica, Tamara Falcó y el rey Juan Carlos han vivido tres actitudes muy distintas de sus ex cuando sus relaciones han llegado a su fin

Foto: Tamara Falco e Inigo Onieva. (LP)
Tamara Falco e Inigo Onieva. (LP)

Hubo un tiempo en que parecía que ambos no querían perfil público y procuraban pasar desapercibidos. Esta manera de actuar cambió radicalmente y se convirtieron en pareja de photocall. Solo posaban y si había que hablar, Vic, como la llaman, lo hacía en las revistas de moda. Estos primeros reportajes que no facturaba dieron paso a disponer de agencia de comunicación que velaba por sus intereses. Gestionar a un personaje como la sobrina del rey Felipe no es fácil: ni sola ni cuando estaba con Bárcenas.

Foto: Victoria Federica, en una fiesta reciente. (CP)

En una de las últimas apariciones como pareja, Victoria Federica no tuvo caché pero sí su novio, al que contrataron como DJ. El chico trabajó y estuvo pinchando cuatro horas. Desde la una de la madrugada hasta pasadas las cinco. Esa fiesta en Barcelona fue la última en la que posaron como pareja. Después se supo que ya no compartían piso y que Victoria Federica había vuelto a casa de su madre en el barrio del Niño Jesús. Hasta ese momento vivía a caballo entre las dos casas. En la materna, le lavaban y planchaban la ropa y con su novio jugaba a las casitas sin problemas de mantenimiento.

placeholder Victoria Federica y Jorge Bárcenas, en una imagen de archivo. (EFE/Toni Albir)
Victoria Federica y Jorge Bárcenas, en una imagen de archivo. (EFE/Toni Albir)

Viajaban, se divertían y el único que trabajaba en su profesión era Bárcenas. El muchacho nunca se mostró maleducado con la prensa y sabía gestionar su vertiente más pública. Mientras estuvieron juntos, Victoria también tuvo buen carácter. Se dijo que la influencer llegó a presentar al novio a la abuela doña Sofía en el palacio de la Zarzuela. Nada hacía presagiar en ese último año que la historia amorosa no iba a continuar. Fue una decisión de la joven, que dio por zanjados los tres años de noviazgo, o como ellos lo quisieran definir.

Jorge Bárcenas demostró ser un tipo legal y aunque le ofrecieron exclusivas muy bien remuneradas, no habló. Solo lo hizo, y gratis total, para el programa ‘Viva la Vida’. Muy sereno al principio explicó: “Creo que con la gente que quieres y que ha sido una parte importante de tu vida, hay que perdonar, olvidar y ser mejor persona cada día”. Y fue entonces cuando se echó a llorar.

Jorge Bárcenas se ha mantenido en esos principios y nunca se le ha escuchado decir palabras desagradables hacia la que fue su novia. Una manera de romper de una buena persona.

Pero no siempre son así los finales afectivos. El ejemplo contrario es el de Corinna Larsen. Mantuvo su historia de amor durante años con don Juan Carlos mientras fue rey y se benefició de esa relación. Casa pagada en la Angorrilla, viajes en avión oficial y hasta un regalo de 65 millones de euros, como ella misma ha explicado por activa y por pasiva en sus declaraciones judiciales. Si fue o no obsequio, solo los protagonistas lo saben. Una parte dice que sí y la otra que no.

placeholder Don Juan Carlos y Corinna Larsen, en una imagen de archivo. (EFE)
Don Juan Carlos y Corinna Larsen, en una imagen de archivo. (EFE)

A diferencia de las actuaciones del novio de la nieta de don Juan Carlos, las declaraciones de Corinna a través de sus pódcast no han tenido desperdicio. Se podrían definir como de despecho o resentimiento. Una manera poco elegante de dar carpetazo a una historia (con los 65 millones en su poder) que no tenía porvenir, como ella misma ha dicho.

La versión de sus vivencias personales es una especie de catálogo de resquemores donde muchas de sus historias no se sostienen. Una de sus últimas versiones la ha dado en su pódcast, donde se reinventa una información publicada en Vanitatis. Sus explicaciones equivocadas demuestran que si todo lo que ha ido contando tiene la misma veracidad, es difícil creer su realidad. A lo peor, incluso ni hubo amor ni cariño, y solo interés. De esa forma se entiende mejor su animosidad.

El último en mostrar su disconformidad amorosa ha sido Iñigo Onieva. No tenía vertiente pública hasta que no apareció junto a Tamara Falcó. Hubo compromiso, aunque engañaron con la fecha de la petición, que fue mucho antes de mostrar al mundo y al cosmos en Instagram la imagen del anillo que después tanto dio que hablar. Por cierto, ¿qué habrá pasado con la sortija? ¿Pudo devolver la pieza o seguirá en su poder? La más lista fue Esther Doña, que se quedó con la joya regalo del juez Pedraz y cambió el anillo por unos preciosos pendientes de la firma Suárez.

placeholder Tamara Falcó e Iñigo Onieva. (Instagram @tamara_falco)
Tamara Falcó e Iñigo Onieva. (Instagram @tamara_falco)

Había fecha de boda en el Rincón y toda la puesta en escena a disposición de la que iba a ser la boda del año o, al menos, del mes de septiembre. Pero el tren del amor descarriló por un vídeo donde tampoco pasaba nada. En estos casos, lo peor es imaginar y recrear sobre lo que no se ve. O podía haber pasado en Burning Man, el festival loco que se celebra en el desierto de Nevada (Estados Unidos) y al que Onieva había acudido durante varios años. El problema era que no era novio de la marquesa de Griñón y sí en las fechas a las que asistió. Hubo ruptura trágica para Tamara, que vio en sus peticiones a la Virgen la respuesta. “Si no es para mí, házmelo saber”. Algo así fue la pregunta que hizo en la basílica de Medjugorje. Aquí, que cada cual haga su composición de lugar. El caso fue que acabó una historia de amor que ya no tiene vuelta atrás.

La hija del añorado marqués de Griñón siguió con su vida con el apoyo de su familia, de sus amigas y amigos. Y uno de estos, Hugo Arévalo, que formaba parte del grupo común suyo y de su novio, se convirtió en ese caballero andante. Un dato que ahora se ha sabido es que estuvo con ella en la casa familiar de puerta de Hierro cuando aparecieron los vídeos. Y a Isabel Preysler el empresario Arévalo le gustaba.

placeholder Tamara Falcó y Hugo Arévalo posando, cuando se asociaron para adquirir Miniplanta. (Cortesía)
Tamara Falcó y Hugo Arévalo posando, cuando se asociaron para adquirir Miniplanta. (Cortesía)

La historia sentimental con Onieva se acabó. Tamara pasó del desconcierto al enfado y de ahí a la tristeza. Una vez superado, decidió vivir la vida y dejarse querer por Hugo, el amigo fiel. Pero quien no lo ha entendido ha sido Iñigo, que en el chat común que comparte con su grupo le ha llamado "rata", "traidor" y otros calificativos despectivos. Lo que no se sabe es si estaba acompañado de la canción que cantaba Paquita la del Barrio. Búsquenla en Google.

Hubo un tiempo en que parecía que ambos no querían perfil público y procuraban pasar desapercibidos. Esta manera de actuar cambió radicalmente y se convirtieron en pareja de photocall. Solo posaban y si había que hablar, Vic, como la llaman, lo hacía en las revistas de moda. Estos primeros reportajes que no facturaba dieron paso a disponer de agencia de comunicación que velaba por sus intereses. Gestionar a un personaje como la sobrina del rey Felipe no es fácil: ni sola ni cuando estaba con Bárcenas.

Tamara Falcó Rey Don Juan Carlos
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