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José Luis López, el Turronero, y la Legión cumplen el sueño de un niño
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BUENA OBRA

José Luis López, el Turronero, y la Legión cumplen el sueño de un niño

Uno de los deseos de este pequeño, diagnosticado con una enfermedad muy grave, era ver desfilar a la Legión, algo que ha cumplido gracias al empresario gaditano

Foto: El pequeño Julián, con la Legión en Ubrique. (Cortesía)
El pequeño Julián, con la Legión en Ubrique. (Cortesía)

Si el Jueves Santo la Legión llegaba a Málaga cumpliendo con una tradición que se remonta al 17 de abril de 1930, el pueblo de Ubrique se estrenaba este año con 150 integrantes del tercio duque de Alba, con base en Ceuta. Desfilaron por las calles de la localidad antes de la procesión de 'la Borriquita' el pasado Domingo de Ramos. Esta iniciativa partió del empresario José Luis López, al que se le conoce como 'el Turronero' y que él mismo explica para Vanitatis.

"La Legión llega a todo el mundo y esa sensación que yo he vivido cuando la he visto en directo quería que también formara parte de la memoria de Ubrique. Aunque desfila en muchos lugares, no siempre es posible en lugares pequeños. Y lo que yo quería era que mi pueblo, mis vecinos, mi comarca, mi provincia, los vieran y disfrutaran de la emoción que se siente al verlos en directo por las calles de Ubrique”. Explica que conseguirlo no ha sido fruto de un día ni de dos. "Han sido años de espera porque no es fácil gestionar esta historia. Y lo hicimos a través de la fundación López Mariscal. La ministra Margarita Robles facilitó el desplazamiento porque no dependía solo de la Legión, sino también de su ministerio. Hay que agradecérselo".

placeholder La procesión del Domingo de Ramos en Ubrique. (Cortesía/Santiago Guerrero)
La procesión del Domingo de Ramos en Ubrique. (Cortesía/Santiago Guerrero)

El empresario explica la logística: “Estaban alojados en Algeciras porque al día siguiente desfilaban allí. Llegaron a Ubrique el mismo domingo y organizamos un almuerzo y una cena con ellos y con la gente del pueblo. Estaban muy contentos por el recibimiento y todos nosotros mucho más. Los niños, felices y muy ilusionados. Resulta muy impactante verlos desfilar por nuestras calles y lo más importante es que pudimos ofrecer a Julián que cumpliera su sueño”.

Fue lo más especial de ese inicio de la Semana Santa. El pequeño Julián, de siete años, padece una enfermedad muy grave. Viajó hasta Ubrique gracias a la Fundación López Mariscal. Lo hizo en una ambulancia con personal sanitario y acompañado de su familia directa. Una historia agridulce que nos cuenta su padre, Miguel Costa: "No conocía de nada a José Luis. Sabía que había un empresario andaluz que tenía una fundación y contacté con su nuera, que es la que la lleva esta ONG. Empezamos a hablar, le conté el drama que vivíamos con nuestro hijo, cómo el rey Felipe le había escrito una carta, cómo el Ejército del Aire le había concedido un diploma por su valentía y cómo se iban cumpliendo sus sueños. Y uno de ellos era ver desfilar a la Legión", asegura.

placeholder La carta que envió el rey Felipe al pequeño Julián. (Cortesía)
La carta que envió el rey Felipe al pequeño Julián. (Cortesía)

"Una de las veces estaba casi todo organizado para acudir a Málaga, pero no pudo ser", continúa. Y ahora por fin en Ubrique nuestro niño pudo estar presente como invitado especial. No tengo palabras de agradecimiento hacia José Luis López y a su fundación. Un hombre de una generosidad extraordinaria. Corrió con los gastos médicos, la estancia de todos nosotros en ese pueblo maravilloso de todo el fin de semana. Mi mujer y yo dejamos el trabajo para cuidarlo y José Luis López nos está ayudando. Personas así hacen que el mundo sea mejor y mi niño volvió feliz a casa y nosotros con ese sentimiento de felicidad, aunque sabemos que su vida no está asegurada”.

placeholder El pequeño Julián, junto al torero Padilla. (Cortesía)
El pequeño Julián, junto al torero Padilla. (Cortesía)

El Turronero es un hombre muy querido. Este apodo, del que está muy orgulloso, se debe a que su familia vendía turrón por las ferias a las que acudían. Montaban su puesto y así se ganaban la vida. Nació en Ubrique en 1963 y fue el pequeño de cuatro hermanos (dos chicas y dos chicos). Una familia humilde donde no faltaba pero nunca sobraba, como él mismo nos explicaba: "No tengo estudios superiores. Desde siempre recuerdo ayudar a mis padres, que eran feriantes y vendían en su puesto turrones. Por eso mi apodo, el Turronero, del que estoy muy orgulloso. La gente cree que me ha ido bien en la vida porque he tenido suerte, pero empecé desde lo más bajo. Mi vida está llena de muchísimos amigos, que son a los que les abro las puertas de mi casa".

Además de llevar sus negocios, que le han hecho económicamente muy potente, tiene la Fundación López Mariscal, a la que bautizó con su primer apellido y el de su mujer. "Lo hice después de tener una experiencia muy dura y me di cuenta de que tenía que devolver a la sociedad todo lo que había recibido". Sus hijos también son patronos de esta entidad que tiene como fin ayudar a los distintos colectivos de Ubrique y su comarca. En Navidad organiza un almuerzo multitudinario en el que se reparten becas y están presentes asociaciones de vecinos, ONGs y fundaciones que reciben dotaciones económicas importantes. El año pasado una de ellas fue la Fundación Querer, que preside la periodista Pilar García de la Granja.

placeholder El pequeño Julián, con un miembro de la Legión. (Cortesía)
El pequeño Julián, con un miembro de la Legión. (Cortesía)

Vive en Ubrique con su mujer, sus hijos y nietos. Tres días por semana se traslada a Madrid para manejar sus muchos negocios. Ahí comienza la diferencia. No recibe en un despacho de cien metros cuadrados ni en la antesala hay un equipo de secretarias. José Luis López concierta sus citas de trabajo y se encuentra con sus posibles socios en un hotel, a la vista de todos. Antes de su primera reunión, a las siete de la mañana, ha corrido por el Retiro. Y después comienza su jornada maratoniana.

Una vez al mes hace lo mismo través de la Fundación López Mariscal, que tiene la sede en Ubrique. Estos encuentros son diferentes a los de Madrid porque aquí la realidad es otra. Son ciudadanos del mismo pueblo o de la zona a quienes el empresario ayuda y estudia sus peticiones. Lo mismo puede ser la instalación de aire acondicionado, una escuela que sufragar, una operación complicada fuera de España o pagar la estancia en el Reino Unido de jóvenes con pocos recursos para que aprendan inglés. Todo es posible en el mundo solidario que ha creado a su alrededor y que sorprende a los que no lo conocen. Un filántropo que tiene su cuartel general y familiar en un pueblo de Cádiz de 17.000 habitantes.

En junio tiene previsto organizar su cumpleaños a lo grande en Sevilla.

Si el Jueves Santo la Legión llegaba a Málaga cumpliendo con una tradición que se remonta al 17 de abril de 1930, el pueblo de Ubrique se estrenaba este año con 150 integrantes del tercio duque de Alba, con base en Ceuta. Desfilaron por las calles de la localidad antes de la procesión de 'la Borriquita' el pasado Domingo de Ramos. Esta iniciativa partió del empresario José Luis López, al que se le conoce como 'el Turronero' y que él mismo explica para Vanitatis.

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