Qué transmitía el lenguaje corporal de Ana Soria y Enrique Ponce en su primera entrevista en televisión

La visita de Enrique Ponce y Ana Soria a ‘El hormiguero’, el programa de Pablo Motos, era una de las más esperadas, no porque tuvieran grandes proyectos que promocionar, sino porque era la primera vez que hablaban públicamente desde que se confirmó su relación. Hasta el momento siempre habían intentado permanecer al margen de la prensa, pero parece que ahora había llegado el momento perfecto para que se presentasen en sociedad y hablasen de cómo empezó su relación. Una entrevista, con algunas condiciones, ideal para que la gente pudiera conocer un poco más a Ana y a Enrique con Ana.

Esto es algo que ella quiso dejar claro durante la entrevista, pues, tal y como dijo, a lo largo de este tiempo todo el mundo la ha juzgado sin conocerla. Para ella ha sido una experiencia complicada e incluso tuvo que dejar algunos aspectos de su vida apartados. Por suerte para ella siempre tuvo el apoyo de Enrique, quien parece más acostumbrado a ser el centro de todas las miradas.

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La pareja acudió a divertirse a ‘El hormiguero’, pero también a desvelar cómo se conocieron, cómo se enamoraron y cómo afrontaron los momentos más complicados de su relación. Una historia de amor que continúa siendo sólida y por la que ambos apuestan a pesar de la diferencia de edad (“El amor es solo un número”, decía él. “El amor no se piensa, se siente”, confirmaba ella).

Una entrevista que estuvo marcada por lo que contaron, pero donde también merece la pena destacar cómo lo contaron. En este tipo de citas, todo es importante, las palabras, pero también las miradas, los gestos y los silencios. Ellos tuvieron un poco de todo, también algunos nervios.

Así lo ha asegurado Sonia El Hakim, presidenta de la Asociacion Española de Comunicación no Verbal e invitada en ‘Espejo público’, quien ha destacado que, en este caso concreto, parecía ser él quien tomaba la iniciativa, quien se encargaba de transmitir tranquilidad a su pareja.

Esto se veía en algunos de los gestos de Ana, al tocarse el codo mientras buscaba una conexión visual con Enrique, en lo que se conoce como “gesto adaptador”, que “no tiene intención de comunicar nada a los demás y solo sirve para gestionar nuestro propio estrés, para sentirnos un poco más cómodos”.

Un gesto que se hace “en situaciones en las que nos sentimos especialmente cohibidos, vulnerables”, porque se usa para cubrir la zona de los órganos vitales. Asegura que no es posible saber si en su relación habitual actúan de la misma forma, pero no le sorprende demasiado en este contexto, al fin y al cabo, era la primera vez de Ana en televisión.

El momento en el que la pareja revela cómo fue su primer encuentro, cómo cruzaron miradas por primera vez, es uno de los que más interés general. El Hakim quiere destacar el modo en el que lo relatan, que es clave para revelar que, efectivamente, fue así. Lo narran de forma conjunta, se interrumpen el uno al otro, completan lo que cuenta la otra persona, se acompañan en el relato y suman datos extra…

“Durante esta entrevista, vimos muchas búsquedas, sobre todo de ella hacia él”, desvela la experta, llamando la atención sobre el canal háptico, es decir, la importancia del tacto y la conexión física entre ellos. “Esto cumplía dos roles, el primero el afecto, pero también buscaba ese sosiego, esa tranquilidad que él le estaba dando”.

En esta entrevista, la primera, Ana se muestra nerviosa y un tanto tímida, coloca los hombros hacia delante, pone las manos bajo la mesa, baja la mirada en algunos momentos cuando es Enrique quien habla… Detalles que la experta asegura que son habituales ante una situación como la que ha vivido.

“Es timidez en una situación que le resulta hostil”, pero destaca que entre ellos hay un gran contacto visual a lo largo de toda la entrevista: “Sí que existe una conexión entre ellos, no solo a través del contacto visual, sino a través del tacto”.