El lenguaje corporal de Ana Boyer y Fernando Verdasco en su entrevista: claves y significado

El matrimonio se mostraba como nunca antes les habíamos visto ante las cámaras de ‘Mi casa es la tuya’, el programa de entrevistas de Bertín Osborne que se emite en Telecinco. Pudimos observar a un Fernando Verdasco hablando sin parar, muy cómodo y relajado con el presentador, recordando anécdotas; Ana ha demostrado ser algo más tímida y fue soltándose poco a poco.

El tenista recibía al cantante en la espectacular casa de Isabel Preysler en la urbanización Puerta de Hierro, y ambos charlaban a solas por momentos y con la presencia de las dos hermanas y el padre de Verdasco en otros. Además de su mujer, Ana, que llegó la última para comer con el resto en el exterior de la casa.

Fernando estuvo un buen rato sentado en un sillón de exterior recordando su infancia con Bertín y se mostró muy suelto en la entrevista. Miraba hacia un lado cuando el cantante le preguntaba por detalles de su vida, como cuando contó cuándo había decidido dedicarse profesionalmente al tenis o cómo le pidió que se casara con él a la hija de Isabel Preysler.

No se mostró incómodo en ningún momento ni con ninguna pregunta. Su lenguaje corporal indica que estaba a gusto y, de hecho, se declaró fan del programa de entrevistas. Habló de todo, de cuándo conoció a su actual esposa, de que cuando la vio tuvo un flechazo a pesar de estar en una relación anterior que dejó al poco tiempo, de que estuvo “pico y pala” detrás de ella para conquistarla.

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Habló de las tretas de su familia para que dejara de llorar cuando le dejaban en un parque en casa con tan solo un año, ponerle partidos de tenis en televisión. Y todo lo hizo muy bien hilado y relajado, demostrando ser un hombre maduro que está acostumbrado a los medios y se siente cómodo en ellos, incluso hablando de sus recuerdos más íntimos.

No fue el caso, al menos al principio, de Ana Boyer, que se mostró mucho más tímida, aunque extremadamente educada. Respondió a todas las preguntas de Bertín, aunque en un momento dado la vimos muy incómoda, Fue cuando el presentador recordó que pasó una noche con Isabel Preysler y con la propia Ana en la presentación de una marca de champán y al día siguiente vio en los medios un tremendo enfado con el que entonces era pareja de la socialité.

Ana pronunció el nombre de “Mario” refiriéndose a Mario Vargas Llosa muy tímidamente, con la cabeza agachada y las mejillas ligeramente sonrosadas. Ese momento la incomodó, aunque salió airosa. Bertín reveló que él pareció ser el motivo de la trifulca de la que hablaban los medios, puesto que se sentó junto a Isabel Preysler.

Pero, poco a poco, Ana se soltó y contó anécdotas divertidas e incluso habló de su madre y su hermana, además de su marido y sus hijos, o cuando conoció a Pierce Brosnan y tenía excrementos de pájaro en el pelo. Pero, sin duda, uno de los mejores momentos en cuanto a lenguaje corporal fue cuando Fernando Verdasco vio que a su mujer le había caído algún trocito de árbol o alguna flor en el pelo y se lo retiró con mucho cuidado y cariño.

Ella en todo momento se mostró pendiente de él, mirándole tiernamente, aunque siempre discreta y algo crítica, pues reconoce que en estos años solo le había cocinado unas tortitas para desayunar. Demostraron ser una pareja unida y muy sólida que mantiene una estupenda relación con la familia política. Ana se mostró relajada con su suegro y sus cuñadas, al igual que Fernando habló maravillas de la familia de su esposa.