Meritxell Batet renuncia a su acta de diputada, su vida fuera de la política: de joven camarera a su relación sentimental
Después de cuatro años, la catalana ha anunciado a través de X (Twitter) que abandona la política y renuncia a su acta de diputada. Descubrimos su faceta menos conocida
El pasado agosto, a sus 50 años, Meritxell Batet anunciaba que dejaba la primera línea del partido como presidenta del Congreso de los Diputados para dar un paso atrás, mediáticamente hablando. Desde 2019 ostentó ese cargo y lo compaginó con la maternidad entre viajes de Madrid a Barcelona. Tan solo un mes después, ha comunicado una nueva decisión que ha apenado e impactado a partes iguales al mundo de la política.
"Con estas líneas quiero comunicar que dejo la primera línea de la política y que he renunciado a mi acta de diputada. Han sido 19 años intensos como diputada del Congreso de los Diputados, ministra del Gobierno de España y presidenta del Congreso", ha publicado hace escasos minutos en su cuenta oficial de X (Twitter), anunciando así su retirada.
Con estas líneas quiero comunicar que dejo la primera línea de la política y que he renunciado a mi acta de diputada. Han sido 19 años intensos como diputada del @gpscongreso, ministra del Gobierno de España y presidenta del @Congreso_Es .
— Meritxell Batet (@meritxell_batet) September 6, 2023
Nació el Día del Padre de 1973 en la ciudad de Barcelona. De padres separados, Batet vivió junto a su madre, que trabajaba como dependienta. A través de becas, se pudo pagar los estudios en Derecho mientras lo compaginaba trabajando como camarera en varias salas de fiesta. Durante esos años, su madre se quedó en paro y el único dinero que entraba en esa casa era el que podía ganar ella. Asimismo, quería ser bailarina, pero tras un accidente se rompió el tobillo y eso le impidió perseguir ese sueño.
Por otro lado, nunca tuvo interés por la política y comenzó a estudiar luego un doctorado en Derecho Público en la Universitat Pompeu Fabra para ser profesora universitaria. Según cuentan amigos cercanos a 'La Vanguardia', Meritxell ''es más de las que escuchan que de las que hablan''. De esta manera, a partir de 1997, comenzó como profesora de Derecho Administrativo y más tarde, desde 2002, de Derecho Constitucional en la misma universidad.
Sin embargo, en 2001, su vida daría un giro y comenzaría su andadura política. El director de su tesis, Josep Mir, era íntimo amigo del primer secretario del PSC, Narcís Serra, y fue quien recomendó a Batet para el partido. A partir de ahí, comenzaría como independiente hasta que militase. En el transcurso de este año, también inició una relación con el político catalán Héctor López Bofill, por la cual era común verla en las playas de la localidad costera de Altafulla, donde el político reside.
En 2004, fue por primera vez diputada y conocería al que fue uno de los amores de su vida: José María Lassalle. Este cántabro, siete años mayor que ella, por aquel entonces ejercía de diputado por el Partido Popular. Aunque tuvieran posicionamientos ideológicos contrapuestos, siempre fue más importante los aspectos que les unían, al igual que le pasó a Inés Arrimadas con su actual marido.
En 2005, ocho meses después, se casaron en la colegiata románica de Santillana del Mar (Cantabria). Fue una ceremonia muy íntima donde se solicitó que la prensa no acudiera. De esta unión, en 2013, nacieron sus hijas mellizas. Su llegada al mundo se produjo cuando ella seguía ejerciendo de diputada y él como secretario de Estado de Cultura a lo largo de la primera legislatura de Mariano Rajoy. Sin embargo, se divorciaron a los dos años, al mismo tiempo que él fue nombrado secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital.
Volcada en su carrera política en Madrid y en sus hijas, Meritxell fue ministra de Política Territorial y Función Pública hasta que asumió la presidencia del Congreso. Pese a ello, ha mantenido su vivienda, que compró en 2004 en el barrio de Gràcia, y que muchas veces le sirve como refugio del frenesí político.
Actualmente, tiene una relación sentimental con el que fuera ministro de Justicia, Juan Carlos Campo. Se conocieron entre las filas del partido y, desde entonces, ya llevan aproximadamente casi tres años juntos. El pasado verano estuvieron en Zahara de los Atunes junto a las hijas de Batet, según el diario 'El Español'. Otra de sus aficiones es la ópera, donde se les pudo ver en varias ocasiones.
Tras las elecciones del pasado mes de julio, Meritxell inicia también un nuevo ciclo político y personal en el que renuncia a una posición de profunda relevancia mediática. ‘‘A mis hijas les inculco el valor del esfuerzo y del trabajo. Creo que van a vivir en un mundo un poco más igualitario, pero saben perfectamente que tendrán que luchar todos los días para conseguir sus sueños y sus objetivos’’, respondía en una entrevista sobre liderazgo femenino para Vanitatis.
El pasado agosto, a sus 50 años, Meritxell Batet anunciaba que dejaba la primera línea del partido como presidenta del Congreso de los Diputados para dar un paso atrás, mediáticamente hablando. Desde 2019 ostentó ese cargo y lo compaginó con la maternidad entre viajes de Madrid a Barcelona. Tan solo un mes después, ha comunicado una nueva decisión que ha apenado e impactado a partes iguales al mundo de la política.